CFK es más brava como vice que como presidenta

Desde hace una semana, Cristina Kirchner ejerce la presidencia de la Nación. Y, aunque a muchos les cueste admitirlo, ha venido haciéndolo con prudencia y cautela.­

Con Cristina a cargo no se introdujeron desde la Casa Rosada cambios en ninguno de los temas sobre los que ella (directamente o a través de sus operadores más reconocidos) construye su agenda. La CFK presidenta vicaria no pone en práctica los reclamos de la Cristina Kirchner jefa de facción, la "Cristina brava" de la que se enorgullece su hijo Máximo. Un caso de personalidad dual.­

La oposición se queja de que la señora, gestora principal del enrevesado dispositivo de poder que impera desde diciembre de 2019, no admita sus responsabilidades y actúe recurrentemente como una figura crítica, disociada del engendro que creó. En rigor, es una protesta trivial: todo el mundo entiende que el Dr. Jekyll y Mr. Hyde son encarnaciones diferentes de una misma persona.­

Si en su interinato en la presidencia la señora de Kirchner se comportó con minuciosa discreción, atenta a no romper los efectos en custodia, como presidenta provisional del Senado, función habilitada por su condición plena y propia de vicepresidenta, se sintió en libertad completa para manifestarse por encima de las formalidades.­

Así, reunió a los senadores de los dos bloques que ella diseñó por cariocinesis más un puñado de satélites, completó el número del quorum e hizo votar por el cuerpo el presupuesto nacional, la designación de tres jueces adictos en la Cámara de Apelaciones de Luis Piedrabuena (Santa Cruz), un punto estratégico ante eventuales juicios contra los Kirchner en la provincia donde erigieron su primer señorío. Y, punto central, los nombres de los representantes institucionales que el Senado eleva al Consejo de la Magistratura.­

La vice se rodeó de esa mayoría de la Cámara Alta para enfrentar la resolución de la Corte Suprema que cuestionó "el ardid" utilizado para birlar un representante a la oposición (Luis Juez) y ubicar en su lugar a un oficialista, el rionegrino Martín Doñate.­

La Corte Suprema instruyó para que se reconociera la representación a Juez y la vice, escoltada por su corte senatorial, desobedeció. El resultado inmediato será que ni Doñate ni Juez se incorporen a Consejo de la Magistratura hasta que la Corte imponga su definición. Finalmente asumirá Juez.­

La vice no está en fuerza para imponer su voluntad pero puede, desde el lugar en el que se siente cómoda, alimentar con un conflicto de poderes el desgaste de las dos instituciones: el Congreso y la Justicia.­

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¿DEVALUACION DURANTE EL MUNDIAL?­

La cinchada por el Consejo quedó solapada, para la mayoría de la opinión pública, por la proximidad del Mundial de Fútbol y también, mal que le pese a alguna ministra, por la marcha de la inflación.­

El Indec informó el miércoles que los precios al consumidor crecieron un 6,3 por ciento. La cifra es más modesta que la que vaticinaban los oráculos más pesimistas. Pero tampoco representa un número para que el Ministerio de Economía saque pecho. La inflación no cae, apenas se estabiliza por ahora.­

Las nunca imparciales fuentes del mercado, aunque erraron en ese pronóstico, se atreven a otros. Aseguran por ejemplo que durante el Mundial de Fútbol el Palacio de Hacienda disparará una devaluación.­

Gabriel Rubinstein, el número 2 de Economía, aseguró esta semana que devaluar sin tener bien aferradas algunas variables es jugar con la chance de un "Rodrigazo" (es decir, de una explosión inflacionaria de todos los factores).­

Lo lógico es pensar que el gobierno no desea ese resultado. En cualquier caso, también es cierto que la sequía de dólares que padece el Central y la amplia brecha que separa la cotización oficial de las cotizaciones libres de la divisa, son dos asignaturas que requieren terapia de urgencia.­

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CALLOS IDEOLOGICOS

¿Con cuánta libertad cuenta el Ministerio de Economía para operar los males más sensibles? Da la impresión de que Sergio Massa cede parcialmente en algunos asuntos (produce gestos que parecen obedecer a la consigna de controlar a las grandes empresas, por ejemplo), mientras espera que la realidad argumente en su favor y ablande los encallecimientos ideológicos del sector más recalcitrante de la coalición de gobierno.­

La atmósfera electoral tensa las voluntades con mucha anticipación: hay un adelantamiento de expectativas provocado tanto por la ansiedad que reina en la coalición opositora, donde los principales candidatos dan por seguro que el gobierno se encuentra en retirada y que ellos serán los beneficiarios de ese final de ciclo, como por la inquietud del caleidoscopio oficialista, arrasado por pronósticos oscuros.­

Faltan nueve meses para que se libren las primarias y un año para las generales, un plazo que puede presenciar cambios copernicanos. Incrementar a destiempo el estrés puede tener consecuencias sensibles en una realidad económica delicada, con precios que triunfan sistemáticamente sobre los ingresos, y una situación social dramática, en la que 6 de cada 10 trabajadores ganan por debajo de la línea de pobreza.­

El papel de las fuerzas políticas solo secundariamente consiste en la pugna fiera por posiciones de poder. La función principal reside en mantener vigente el atractivo de las estructuras sociales , el beneficio de la disciplina colectiva, la conveniencia de obedecer sus protocolos y sus normas, la superioridad de los acuerdos cooperativos para avanzar con una perspectiva de largo plazo.­

La consolidación de estos objetivos sería una prueba de que el sistema político se reestructura y reencuentra su razón de ser.­