Alberto Núñez Feijóo, líder de la oposición de España

"Con inseguridad jurídica, no se crece''

Si hoy fueran las elecciones en la Madre Patria, el Partido Popular sería la fuerza más votada, destacan las encuestas. Nuñez Feijóo vislumbra un cambio de ciclo ideológico que debería entusiasmar a las fuerzas de la libertad de América latina.

No sólo se trata de prebendas. El populismo es una fe caliente, sea su versión izquierdista (como el camporismo que nos gobierna) o de extrema derecha (como Vox). Por eso su atracción para millones de personas fatigadas, desorientadas,  ofendidas, deseosas de creer en cualquier cosa por más de que se trate de una colección de disparates... ¿Cómo hacer, entonces, que una fe fría -como el realismo político- resulte atractiva para el votante? Es una de las preguntas del millón en todas las democracias occidentales.

Sobre estos temas de fondo y otros de coyuntura como el intento del gobierno nacional de estatizar las dos mayores autopistas, administradas por un consorcio español, conversó este diario con Alberto Núñez Feijóo (Ourense, 1961), líder del Partido Popular, la principal fuerza de oposición de España.

La charla con el hombre que gobernó Galicia entre 2009 y 2022 fue el domingo pasado en las terrazas del City Hotel, a metros del Cabildo. Esa tarde espléndida, miles de personas celebraban en la Avenida de Mayo (¿donde sino?), el día de España. Hermosa casualidad.

Llega usted a una América latina que ha decido virar de nuevo hacia el populismo. Primero Argentina, después Chile, Colombia, Brasil, como fichas de dominó que van cayendo. ¿Cuál es su mensaje a los dirigentes republicanos y liberales? ¿Hay lugar para la esperanza?

Es esta mi primera visita a América latina como jefe de la oposición de España y candidato a presidente de gobierno. Días atrás visité al presidente Lacalle Pou en Montevideo; en Buenos Aires me reuniré con el ex presidente Macri, con el jefe de Gobierno, Rodríguez Larreta, y con la señora Patricia Bullrich. Participaré en actos en la Camara de Comercio y con la comunidad gallega. Es una visita política, por encima de todo. Luego partimos hacia Santiago de Chile; vamos a Vaparaíso a reunirnos con dirigentes, legisladores y con el bloque de partidos que ganaron el referendum constitucional. Finalmente, iré a Quito, invitado por el presidente Lasso.

Bueno, las crisis, las redes sociales, el covid, la falta de comunicación correcta de los partidos tradicionales, todo esto provoca muchas inquietudes. En Europa, se añade la guerra, la crisis energética, la suba de la tasa de interés. En fin, hay un caldo de cultivo para aquellas formaciones políticas que dicen a la gente lo que quiere oír, que dicen tener soluciones para todo pero que en definitiva nunca resuelven nada, al contrario, agravan los problemas. Hay ciclos en la vida. Estamos en un ciclo populista -en un sentido y otro del arco ideológico- que a menudo prima sobre los partidos del esfuerzo, de la cultura del trabajo, de la racionalidad. Yo soy optimista. Tarde o temprano, la gente percibe el vacío y la irracionalidad del populismo y será de nuevo el turno de nosotros, de las fuerzas de la gestión realista de las dificultades.

En mi experiencia e íntima convicción, hay sólo dos formas de gobernar. La primera es la honesta, la que invariablemente sufre un desgaste con su gestión de gobierno. La segunda es la lírica, la populista. Cuando termina, el país en su conjunto tienen más problemas que los que tenía cuando tomó el mando ese político.

-¿Cómo hacer hoy para que una fe fría, como es el realismo político, resulte ser atractiva para las votantes? La plebe parece reclamando otra cosa; sangre en la arena en el circo, los más exaltados. Una identidad colectiva, una fe cuasi religiosa, los más desencantados.
A veces, la razón por lo poderosa que es se olvida de la emoción. Cuando un partido político no genera entusiasmo, se ciñe a la crítica exclusivamente, al pesimismo lógico de una mala situación, genera desilusión. No seré yo quien diga que no hay que decir la verdad en política, pero eso sin un horizonte, sin un mensaje de optimismo, es inútil. Un mensaje irracional meramente emocional es un problema; un mensaje racional frío, también.

-¿Cuál ha sido su fórmula del éxito en Galicia, para ser imbatible durante tantos años? Resúmala en una frase
Decir siempre la verdad a los gallegos. Me tocaron varias crisis y momentos de gran austeridad, como la crisis financiera de 2008. Nos tocó el covid. Les dijimos a nuestro pueblo siempre lo que deberíamos afrontar, que con menos debíamos hacer más y que el dinero es un bien escaso. Hubo un ejercicio de realismo, una comunicación intensa y una honestidad tanto en los planteos como en la ejecución de las acciones. Así, fuimos aumentando nuestra adhesión popular hasta el resultado histórico del 2020 que conseguimos el 47,96% de los votos.

INVIERNO DEL DESCONTENTO

-¿Se viene el invierno del descontento en España?
Probablemente sí. España viene desde el año 2019 dopada, con mucho gasto público. Somos el país de la OCDE que más ha incrementado los impuestos. Nuestro crecimiento económico es decepcionante, estamos a la cola de la Eurozona. No podemos ser la nación que aumentó su deuda pública un 20%, mientras el resto de nuestros vecinos lo hizo sólo un 10 %.
En el plano político, tenemos un gobierno excesivamente personalista. El presidente Sánchez ha deshonrado las tradiciones socialdemócratas al trabar alianza con los comunistas y con los populistas de izquierda, y mantiene, por su debilidad, como socios parlamentarios a los independentistas catalanes y vascos. Es lo que el anterior vicepresidente de Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, la coalición Frankestein.

-Uno puede suponer que la situación está madura para un cambio de ciclo en España, ¿verdad?
Si las elecciones se celebraran hoy, sin ninguna duda. Lo afirman las mismas encuestas que paga el gobierno.

-Y ante esa posiblidad cierta de un triunfo del Partido Popular en las elecciones, lo más probable sería un gobierno de coalición, verdad. ¿Incluiría a Vox?
Vox se crea basicamente como consecuencia de las medidas difíciles que tuvo que tomar el PP para evitar la intervención de la Unión Europea por el descalabro de las cuentas públicas que nos había dejado Rodríguez Zapatero. Hubo que congelar prestaciones, bajar el gasto público, sanear bancos y cajas. Esto se unió a la declaración de independencia de los radicales catalanes. Se creo un caldo de cultivo para un giro del partido hacia posiciones de derecha más dura. Y ahí, surge Vox.
También hubo otra escisión, surgida en Cataluña, de un ala liberal que dio lugar al partido Ciudadanos. Se partió en tres el Partido Popular.
Hoy, las previsiones de voto de Ciudadanos es del 1 al 2 %. Vox se ha estancado. Las últimas elecciones la muestra en muchas regiones como una fuerza en retroceso.
Nuestro mensaje a los ciudadanos es el siguiente: ¿España va a aguantar una década entera de coalición Frankestein (los cinco de la actual y otros cinco)? ¿Cual es el voto seguro, la alternativa de cambio? Es lo que hemos propuesto en Galicia y en cada una de las regiones donde se han celebrado elecciones en estos años. Y nos fue muy bien.
En Madrid, en las últimas elecciones., Vox quedó como una porción minoritaria y al PP sólo le faltaron dos escaños para la mayoría absoluta. Y en Andalucía, en junio, donde los populares conseguimos una mayoría contundente. Este es nuestro proyecto: el de Galicia, Andalucía y Madrid. Le decimos a los españoles, si nos unimos, gobernamos. Y conste que no digo, ganamos. Digo gobernamos.

-¿La conoce a Giorgia Meloni? ¿Cuál es su opinión sobre la primer ministro de Italia?
No, no la conozco. He leído sus declaraciones y me gustaría señalar una decisión muy importante que ha tomado cuando formó gobierno que es designar como ministro de Relaciones Exteriores y primer vicepresidente al señor Antonio Tajani, que es un europeísta convencido. Italia no va a hacer un Brexit.

EL SOCIO MERCOSUR

-¿Ve alguna posibilidad de que entre en vigor el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea? ¿Cómo le explicaría usted la importancia de esta asociación a los levantiscos ganaderos de Galicia?
La Unión Europea le había impuesto a la ganadería de Galicia una severa restricción a la producción de leche. Fue duro al principio, pero después se han recuperado muy bien y hoy compiten en igualdad de condiciones con ganaderos alemanes, franceses y holandeses. Yo creo que los miedos iniciales de los agricultores europeos se van a vencer. Todos vamos a ganar con la ampliación de un mercado a 750 millones de habitantes. Es el futuro. La competencia siempre es beneficiosa.
Yo pienso que el Mercosur es un proyecto muy interesante. Sería una alianza importantísima para las dos partes: piénsese que incluirá el 25 por ciento del Producto Bruto global. Si no vemos esto; resignemos definitivamente a que el eje de la economía global se desplace a Oriente.

Y nosotros tenemos la energía que demanda Europa (Rusia ya no será más un socio confiable). Y ustedes cuentan con el capital y la tecnología que nuestro país necesita...
La asociación es inevitable es términos de realismo político.

-Ha extraído alguna lección de estos tres años de giro hacia el populismo en la Argentina.
Soy muy respetuoso de las decisiones que toman los pueblos, pero los datos son lapidarios. La pobreza es impresionante, la inflación atroz, la deuda parece incontrolable. Que ocurra en un país joven, en un país con tantos recursos habla de la responsabilidad de su conducción política.

-El gobierno nacional intenta estatizar las dos principales autopistas de acceso a la Ciudad de Buenos, que están en manos de una empresa española. ¿Abertis se ha contacto con usted para plantearle el problema?
No, no han hablado conmigo. Pero lo he leído y me obligan a recordarle al gobierno argentino que la seguridad jurídica, la previsibilidad, las garantías del cumplimiento de los contratos son esenciales para el crecimiento. No conozo ninguna nación que se haya desarrollado incumpliendo los contratos y las concesiones. Hay que huir de las improvisaciones. Las soluciones a los problemas complejos nunca son fáciles. Cuando un paciente tiene una pluripatología y concurre a un médico, al especialista nunca se le ocurre una solución fácil, aplica un tratamiento complejo. Yo pienso que si Argentina quiere recuperar el crecimiento económico debe respetar a rajatabla la seguridad jurídica. Y si quiere distribuir la riqueza, primero tiene que crearla.