Tengo unas PASO, si no te gustan, tengo otras

La Argentina es ese extraño país donde las normas se crean para ser incumplidas. O modificadas de forma permanente según como les quepa a los intereses de uno u otro sector político. El caso más concreto es el reinicio de una discusión que asoma cada dos o cuatro años: la idea de suspender o eliminar las elecciones primarias. Desde que se crearon en 2009, pasaron ya tres comicios presidenciales y, al menos en los dos últimos, a esta altura del año anterior, se empezaba a discutir si eran necesarias hacerlas o no. Pues la historia vuelve a repetirse. Se verá si el resultado es el mismo que hasta ahora. Es decir, mantener las reglas de juego electoral. Porque en otros rubros, las tentaciones de cambios son permanentes. Y se concretan en muchos casos.­

La primera elección presidencial donde se aplicaron las PASO fue en 2011. Allí, para las candidaturas presidenciales no tuvieron mucho sentido porque entre frentes electorales no hubo competencia y sólo permitieron ver que Cristina Kirchner se iba a encaminar a ganar con una ventaja histórica. Fue el año del 54 por ciento de quien es actualmente la vicepresidente. Sí, en cambio, le sirvieron para candidatos locales en municipios donde, aun sin competencia interna, les permitió ajustar las campañas de cara a la general para no perder sus territorios o ganarlos con más amplitud.­

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ANTECEDENTES­

El año 2015 fue el momento donde mayor interés despertaron ya que permitió resolver dos internas interesantes. Por un lado, la definición de la candidatura presidencial de Cambiemos con tres fórmulas que le dieron volumen al triunfo de Mauricio Macri en las PASO. Y, por otro lado, la puja bonaerense del Frente para la Victoria, que midió las fórmulas Aníbal Fernández-Martín Sabatella frente a Julián Domínguez-Fernando Espinoza. Esa contienda, plagada de operaciones, le abrió la puerta a la consagración, en ese octubre, de María Eugenia Vidal como gobernadora.­

Casi cuatro años después, fue desde la provincia de Buenos Aires que comenzó a gestarse la idea de suspender las PASO para evitar que el desgaste de la gestión de Macri lo golpeara antes de tiempo y lo dejara casi sin chances, lo que finalmente sucedió. Y desde las usinas bonaerenses de Cambiemos gestaron el Plan V que incluía desprender el comicio nacional del provincial para evitar perder el territorio ante la debacle nacional del macrismo. El argumento para plantear el cambio de reglas es el mismo que se escucha por estas horas: ¿Vale la pena tanto gasto en un país en crisis? Esa pregunta se la hacían importantes dirigentes de Cambiemos que hoy claman porque no se modifiquen las reglas con la misma excusa. Una leyenda urbana atribuye a Groucho Marx la frase: "Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros". Más simple: lo que antes me convenía ahora me perjudica y viceversa.­

La apelación al recuerdo del Plan V del 2019 ideado por la propia María Eugenia Vidal, Federico Salvai y Cristian Ritondo entre otros, vuelve a posarse en la actual interna del PRO. Atribuyen en aquellos tiempos a acciones decididas desde el Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich con la coordinación de Marcos Peña desde la Jefatura de Gabinete la aparición de ciertos "detalles" que terminaron de convencer a Vidal de abortar la misión de desprenderse de la suerte de Mauricio Macri.­

Por aquellos antecedentes, algunos se guardan bajo siete llaves y otros han ido saliendo a la luz, es que resultó sorprendente en algunos sectores la simbiosis que mostraron días atrás Patricia Bullrich con Cristian Ritondo para aunar esfuerzos en territorio bonaerense. Todavía repican las declaraciones de la jueza Sandra Arroyo Salgado sobre el supuesto vínculo de colaboradores muy cercanos a Ritondo con bandas de narcotraficantes. Un punto que le resultaría difícil de explicar a Bullrich, quién se coloca la cucarda de haber combatido al narco como nadie durante su gestión nacional.­

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QUE DIJO BULLRICH­

En una reciente recorrida por el distrito de Moreno, en el conurbano bonaerense, este medio le preguntó puntualmente por esta cuestión a Patricia Bullrich.­

- ¿No es contradictorio hablar de combate al narcotráfico y hacer acuerdos con quienes son sospechados de haber tenido connivencia, según dijo la jueza Sandra Arroyo Salgado? ­

- PB: Lo que planteó la jueza es que una de las personas que había trabajado en el Ministerio de Seguridad fue abogado de narcotraficantes. A mí me parece que alguien que trabaja en un gobierno, sea asesor o abogado, no puede estar en la misa y en la procesión. Y así fue que lo echaron. Pero... es verdad, Sandra Arroyo Salgado lo dijo y creo que eso esta mal. Eso nos mancha. Porque si hubo una buena gestión contra el narcotráfico fue la que hizo Cristian Ritondo en la Provincia y yo en la Nación. Tener una mancha así, a nadie le gusta".­

Lo llamativo es que ese funcionario, al que se refieren Bullrich y la jueza Arroyo Salgado fue el jefe de gabinete del Ministerio, no un empleado de tercera línea. Y no fue eyectado de manera inmediata. Lo echaron cuando la presión interna se hizo insoportable y las declaraciones de Elisa Carrió habían explotado. Como tantas otras veces, vuelve a sobrevolar el fantasma de Jorge "El Fino" Palacios como privilegiado conocedor de cada uno de los actores, que podría dar por tierra la teoría del desconocimiento sobre quienes asumían en sus cargos el 10 de diciembre de 2015 en el área de seguridad bonaerense.­

Lo relatado es tan sólo una arista más del nivel de pujas internas que se viven en Juntos por el Cambio y en el PRO en particular. La eliminación de las PASO, si sucediera, complicaría mucho la manera en cómo se ordenarían las candidaturas.­

Patricia Bullrich camina el Gran Buenos Aires, lo mismo hace Horacio Rodríguez Larreta, quien suma volumen territorial en cada una de las secciones electorales.­

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SE POSICIONA SANTILLI­

En cuanto a sus referentes bonaerenses, las cosas son distintas. Por un lado, Larreta tiene uno sólo y es Diego Santilli. Por el lado de Bullrich, está más disperso. Ella se muestra con Javier Iguacel y Joaquín De La Torre además de haber acordado trabajar en conjunto con Cristian Ritondo.­

Los conocedores de la puja en el PRO aseguran que, en el final del camino, Ritondo no será el candidato de Bullrich. Pero aún hay un largo tiempo para transitar. Y sobre todo porque hay un factor central y es el juego de Mauricio Macri. Sin definirse como candidato, hace todo lo que haría alguien en campaña. En su caso, habría que tomar aquella frase de Néstor Kirchner: "No vean lo que digo, sino lo que hago".­

Hay números que le permiten entusiasmarse a Diego Santilli. Las encuestas muestran que, en el conurbano profundo valoran la gestión de Rodríguez Larreta y, además, hay distritos donde "el Colorado" mide mejor que el jefe de gobierno porteño. Y a ello le añaden que hay referentes en comunas que están muy bien en la encuestas y podrían capturar esos distritos. "Todos esos casos están con Horacio y Diego, no con Patricia", explican desde ese sector mientras suman millas en sus recorridas por el Gran Buenos Aires.­

La discusión sobre PASO sí o PASO no es una nueva muestra de la desconexión de la sociedad política en general con los problemas de la gente. No parecen alcanzar las cada vez más claras señales de que se están configurando fenómenos novedosos que en otros países cambiaron el statu quo de la política.­

Solo por el "ombliguismo" propio de los argentinos quizá se crea que por estas latitudes no sucederá lo mismo.­