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Drogas: la velocidad de la decadencia
La cultura de la cancelación es oponerse a todo lo políticamente correcto, como se hacía en Roma cuando se practicaba la cancelación de la memoria al asesinar a un emperador.
El exhaustivo informe de Naciones Unidas del 27 de Junio del 2022 reveló el crecimiento de la fabricación de cocaína, la expansión de las drogas sintéticas a nuevas regiones y las continuas discrepancias en la accesibilidad a tratamientos, especialmente para las mujeres.
Los Estados Unidos, actualmente, es un ejemplo con lo que sucede en Colorado, San Francisco, Nueva York y Washington, así como en Uruguay. O sea, se vende por dos mostradores; siendo el ilegal el dador de mayor potencia a las dosis y por ende mayor letalidad. Además, se sobrecargan los sistemas de salud con la `vista gorda' y los `oídos sordos' de los administradores políticos. La esquizofrenia aumenta (está comprobado que a mayor dosis de cannabis consumida por una persona los síntomas depresivos, amotivacionales y psicóticos aumenta), asimismo los intentos de suicidio y las autolesiones.
Por otra parte, se vende siguiendo las pautas de lo que se denomina regulación del cannabis, pero no se regula la potencia de los principios psicoactivos, dañinos del sistema nervioso. Se va aumentando la potencia hasta llegar al 85 por ciento o 90 por ciento con toda una industria alimenticia en desarrollo (brownies, tortas, caramelos e incluso cosméticos). Los caramelos van asegurando una población infantil.
Según el informe, el 40 por ciento de los países declaró que la marihuana esta relacionada con el mayor consumo de drogas. Es la droga de iniciación y droga de acompañamiento en el consumo ya lanzado.
Cancelación seguida de una propaganda en donde lo que esclaviza libera apostando a un relato creencial que simula y oculta la realidad de los daños. Al mismo tiempo, las percepciones erróneas sobre la magnitud del problema y los daños asociados están privando a las personas de atención y tratamiento, y conduciendo a los jóvenes hacia comportamientos nocivos.
Las Naciones Unidas en relación al cannabis recomienda algo que suena a `chiste' en el actual contexto cultural que vivimos y en la cultura de la cancelación de todo discurso preventivo de los daños, de detección precoz de una enfermedad que es crónica, progresiva y terminal. Recomienda informar a la población sobre los daños del cannabis, actuar sobre las ideas erróneas de los riesgos de la marihuana y poner a la salud y a la seguridad pública por sobre todo.
Todo esto va unido a un componente esencial, vivimos de alguna manera en una sociedad desvinculada en donde se presencia una megabarbarie organizada (E. Morin) en donde la errancia de los amores (crisis central de la vida familiar y socio-barrial), el individualismo y la masificación de las drogas y el alcohol causan estragos. En este contexto cultural de desvinculación y de cultura de la cancelación crecen las enfermedades sociales.
La hipocresía social se cubre con lograr un certificado de discapacidad que aseguran un transporte gratis y un hospital cercano para el buen morir y alguna prebenda estatal. Es interesante ver cómo van aumentando los certificados de discapacidad para patologías psiquiátricas ligadas al consumo de drogas en los últimos años.
A) La implantación de la cultura de la aceptación social de las drogas.
B) El contagio rápido joven a joven a través de una presión continua en ámbitos juveniles (boliches, clubes, barras bravas, escuelas, etc).
C) La anomia institucional es la ceguera de los que ven con una verdadera `anemia' de valores.
D) La promoción permanente de la liberación de las drogas unido a la minimización de los daños.
E) El silencio ante los efectos dañinos individuales y sociales.
F) La venta tipo `tupper' en los barrios o por vías tecnológicas.
G) La escasa o nula respuesta comunitaria. Esto significa el adormecimiento de la conciencia social. Batalla ganada.
Rosario es un ejemplo de esta ingeniería social exitosa. Durante 30 años se intentó abortar todo movimiento preventivo con la excusa de la llamada reducción de daños en una interpretación peculiar y errónea y así creció la venta ilegal, y la `narco-cultura' de la dominación es no solo cultural sino de territorios.