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Drogas: la velocidad de la decadencia

La cultura de la cancelación es oponerse a todo lo políticamente correcto, como se hacía en Roma cuando se practicaba la cancelación de la memoria al asesinar a un emperador.

El exhaustivo informe de Naciones Unidas del 27 de Junio del 2022 reveló el crecimiento de la fabricación de cocaína, la expansión de las drogas sintéticas a nuevas regiones y las continuas discrepancias en la accesibilidad a tratamientos, especialmente para las mujeres.­

El informe también revela que la Argentina es el mayor consumidor de cocaína en América latina. Es un verdadero problema de la salud pública que no ha sido tomado suficientemente en cuenta en la opinión pública. Después sigue Uruguay que pasó al primer plano luego de la legalización de la venta de marihuana que, como era lógico, llevó al aumento del consumo de otras drogas como la cocaína.­

El cerebro una vez que se ha alterado en sus sistemas químicos y eléctricos de motivación ya no distingue drogas y máxime en edades puberales y juveniles en un marco de desvinculación familiar. ­

Además, el informe relacionó la legalización del cannabis con un aumento en su consumo. Subió un 26 por ciento la cantidad de consumidores registrados desde el 2020 al 2010 (284 millones de personas) y esta comparación se hace groseramente superior en la generación juvenil (adolescentes y jóvenes). Mencionó también el informe a la legalización del cannabis con un aumento en su consumo y a la vez junto al aumento de la producción legal la producción ilegal, que ha dimensionado su acción, abonado todo esto y sustentado por los estados.­

Los Estados Unidos, actualmente, es un ejemplo con lo que sucede en Colorado, San Francisco, Nueva York y Washington, así como en Uruguay. O sea, se vende por dos mostradores; siendo el ilegal el dador de mayor potencia a las dosis y por ende mayor letalidad. Además, se sobrecargan los sistemas de salud con la `vista gorda' y los `oídos sordos' de los administradores políticos. La esquizofrenia aumenta (está comprobado que a mayor dosis de cannabis consumida por una persona los síntomas depresivos, amotivacionales y psicóticos aumenta), asimismo los intentos de suicidio y las autolesiones.­

Por otra parte, se vende siguiendo las pautas de lo que se denomina regulación del cannabis, pero no se regula la potencia de los principios psicoactivos, dañinos del sistema nervioso. Se va aumentando la potencia hasta llegar al 85 por ciento o 90 por ciento con toda una industria alimenticia en desarrollo (brownies, tortas, caramelos e incluso cosméticos). Los caramelos van asegurando una población infantil.­

Según el informe, el 40 por ciento de los países declaró que la marihuana esta relacionada con el mayor consumo de drogas. Es la droga de iniciación y droga de acompañamiento en el consumo ya lanzado.­

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CULTURA DE LA CANCELACION­

Es imposible no leer esto sino en clave cultural, ya que el aumento tiene una doble arista ligada en primer lugar a una sobreoferta escandalosa, no solo en sus fuentes de producción sino, incluso, en las casas de los propios pacientes: miles de `in-door' de marihuana en los dormitorios o en los jardines. También aumenta esta sobreoferta con la multiplicación de vías de ventas a través de la tecnología, y por otro lado, con la cancelación del discurso preventivo en ámbitos sociales y familiares, así como en los educativos. Se perpetra de esta manera un verdadero genocidio soterrado lanzando a miles a un consumo voraz de sustancias que dañan la libertad de las personas y dementizan a miles. Investigadores del Unity Health Toronto y el CIEM de Canadá realizan un estudio que revela que las urgencias y las hospitalizaciones son un 22 por ciento más altas entre quienes consumen cannabis y quienes no lo hacen (lesiones físicas graves y daños respiratorios).­

Cancelación seguida de una propaganda en donde lo que esclaviza libera apostando a un relato creencial que simula y oculta la realidad de los daños. Al mismo tiempo, las percepciones erróneas sobre la magnitud del problema y los daños asociados están privando a las personas de atención y tratamiento, y conduciendo a los jóvenes hacia comportamientos nocivos. Se pregona el consumo cuidado (con argumentos baladíes como el consumo de agua, cortar las dosis en porciones, hacerlo en compañía, etc, etc.) eludiendo el daño que se va generando en el sistema nervioso y la personalidad, así como en la vida social.­

Cuidado con el consumo debería ser la consigna socio-preventiva acompañada de un verdadero movimiento masivo preventivo de escolares, niños, padres, líderes, escuelas; todo esto municipio por municipio. Se va privando a miles de la atención necesaria por la percepción errónea que el discurso de la cancelación propone y de esta manera el tratamiento está lejano.­

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DETECCION PRECOZ­

La prevención masiva y la detección precoz son fundamentales. Todo esto luce siniestramente cancelado. La pandemia agregó un problema central, ya que la falta de socialización escolar y el encierro llevaron a conductas en donde, según el informe de Naciones Unidas, aumentó el consumo de marihuana, especialmente en cantidad y frecuencia de uso.­

Las Naciones Unidas en relación al cannabis recomienda algo que suena a `chiste' en el actual contexto cultural que vivimos y en la cultura de la cancelación de todo discurso preventivo de los daños, de detección precoz de una enfermedad que es crónica, progresiva y terminal. Recomienda informar a la población sobre los daños del cannabis, actuar sobre las ideas erróneas de los riesgos de la marihuana y poner a la salud y a la seguridad pública por sobre todo.­

Todo esto va unido a un componente esencial, vivimos de alguna manera en una sociedad desvinculada en donde se presencia una megabarbarie organizada (E. Morin) en donde la errancia de los amores (crisis central de la vida familiar y socio-barrial), el individualismo y la masificación de las drogas y el alcohol causan estragos. En este contexto cultural de desvinculación y de cultura de la cancelación crecen las enfermedades sociales.­

La hipocresía social se cubre con lograr un certificado de discapacidad que aseguran un transporte gratis y un hospital cercano para el buen morir y alguna prebenda estatal. Es interesante ver cómo van aumentando los certificados de discapacidad para patologías psiquiátricas ligadas al consumo de drogas en los últimos años.­

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INGENIERIA SOCIAL DEL CONSUMO­

La masividad del consumo requiere de un proceso de neuro-marketing y la contratación de expertos en química de alto nivel de calidad que generan centenares de productos a la venta con múltiples puntos de oferta. La experiencia nuestra nos muestra lo siguiente:­

A) La implantación de la cultura de la aceptación social de las drogas.­

B) El contagio rápido joven a joven a través de una presión continua en ámbitos juveniles (boliches, clubes, barras bravas, escuelas, etc).­

C) La anomia institucional es la ceguera de los que ven con una verdadera `anemia' de valores.­

D) La promoción permanente de la liberación de las drogas unido a la minimización de los daños.­

E) El silencio ante los efectos dañinos individuales y sociales.­

F) La venta tipo `tupper' en los barrios o por vías tecnológicas.­

G) La escasa o nula respuesta comunitaria. Esto significa el adormecimiento de la conciencia social. Batalla ganada.­

Rosario es un ejemplo de esta ingeniería social exitosa. Durante 30 años se intentó abortar todo movimiento preventivo con la excusa de la llamada reducción de daños en una interpretación peculiar y errónea y así creció la venta ilegal, y la `narco-cultura' de la dominación es no solo cultural sino de territorios.­