Cumplió 40 años la Coupé Renault Fuego

¿Cómo un vehículo puede convertirse en un clásico en 10 años? Conjugando estilo, potencia, innovación y personalidad.

Con esos pilares, el 25 de julio de 1982 comenzó a producirse en la planta que Renault tiene en la barrio cordobés de Santa Isabel la coupé Fuego.

El modelo se vio por primera vez en el salón de Ginegra de 1980. Su imagen rupturista cautivó rápidamente a los amantes de los automóviles que terminarían de enamorarse de este icónico modelo al conocer sus prestaciones.

En la Argentina, el plan se inició un año antes, cuando una fuerte inversión para la modernización de su planta cordobesa. Desde el 25 de julio de 1982, hasta el 9 de septiembre de 1992, salieron de la línea de producción 19.952 unidades de la Fuego.

La versión GTX era la de entrada de gama. Poseía un 50% de piezas de fabricación nacional, pero un año más tarde ya contaba con un 63% de integración local. Compartía el motor M 2000 de 1995 cc con el Renault 18, con algunas modificaciones para lograr una potencia de 103 CV que le permitió alcanzar una velocidad máxima de 185 km/h y acelerar de 0/100 km/h en 11″. Tenía todas las prestaciones, tecnología y equipamiento de un auto deportivo de comienzos de los años ochenta.

Cabe menciona, que el nacimiento de la Renault Fuego coincidió con el fin de la producción del Torino. Si bien el plan nunca fue que un modelo reemplazara al otro, fue inevitable esperar que la Fuego alcanzara el enorme éxito del Toro. Si bien no lo logró, las ventas del entonces nuevo vehículo fueron en franco crecimiento.

Por tal motivo, en 1985 se incorporó la dirección hidráulica, caja automática de tres relaciones (como opcional) y un nuevo sistema de encendido electrónico, el primero de su tipo instalado en un auto de producción nacional.

Ya para 1987 se la equipó con un nuevo motor J6T–792 de 2165 cc y 116 CV que alcanzaba una velocidad máxima de 193 km/h y aceleraba de 0 a 100 en 9 segundos.

Al año siguiente recibió cambios estéticos y actualizaciones en su equipamiento. Pero fue a fines de 1988 que el público explotó con la llegada de la versión más extrema de la Fuego: la GTA Max. Esta tenía una potencia de 123 caballos y su velocidad punta llegaba a los 200 kilómetros por hora. Una locura para la época.

Así se completó la gama que finalmente dejó de producirse en 1992, no sin dejar un rastro imborrable en la historia de la industria automotriz local.

La flama de la coupé Fuego nunca se apagará y dejará rastros como el del 3 de abril de 1988, cuanto ll piloto multicampeón Juan María Traverso ganó la carrera del TC200 de General Roca (Río Negro) con una coupé Fuego envuelta en llamas.