Fantasmas del pasado

Repasando bolillas: El Rodrigazo

Los norteamericanos le temen a la desocupación. Los alemanes le temen a la inflación. Los argentinos no le tienen miedo a nada, no por temerarios sino por dementes en el sentido técnico de la palabra. Por tal razón y ante la crisis desatada, conviene repasar algunas bolillas de nuestro pasado económico.

Después de la gestión de José Ber Gelbard, el tipo de cambio estaba artificialmente bajo y el déficit fiscal era del 14% del PBI, cubierto por emisión espuria. Las reservas, que eran de 1.400 millones a fines del 74, se habían reducido a 700 millones a medidos del 75.

El estricto control de precios solo traía desabastecimiento. El Pacto Social, sostenido por la figura aglutinante de Perón, zozobró cuando Isabelita asumió la presidencia. Como López Rega no simpatizaba con Gelbard, éste fue prontamente remplazado.

A lo largo de su gobierno, Isabel tuvo seis ministros de economía y a Gelbard lo sucedió Alfredo Gómez Morales, quien aplicó una política ortodoxa, sin resultados. Las reservas bajaron y la inflación rodeaba el 80% (¡nos falta poco!). Los sindicatos exigieron reabrir las paritarias.
Ante este panorama sombrío, Gómez Morales declaró que no tenía más que hacer y el brujo sacó de la galera al ingeniero Celestino Rodríguez. 

El 2 de junio de 1975 Rodríguez llegó a la casa Rosada a las 9 de la mañana. Esa mañana ,como lo hacía diariamente, había tomado el subte de la línea A desde su casa de Caballito.

Dos días después dio una conferencia de prensa donde anunciaba medidas como un incremento del 100% en el tipo de cambio y los servicios. Las naftas aumentaron un 180% y la energía el 75%. Los boletos de colectivo subieron el 50% y los de tren el 50%. Esta política de shock disparó la inflación, los sindicatos exigieron una actualización de los valores y fueron a una huelga general por 48 horas y finalmente acordaron aumentos del 180%, mientras Rodrígo renunciaba (terminó preso) y López Rega huía del país.

El país quedó al borde del default y obligó a una negociación con el FMI. Fue el comienzo de un largo período inflacionario.
Al pobre Rodrígo, lo sucedió Bonanni quien solo duró tres semanas en el puesto. Siguió Antonio Cafiero quien no logró modificar el rumbo y el déficit fiscal llegó al 12,4% del PBI, mientras la inflación del 75% ascendía al 182%. La inflación del 76 llegó al 444%.

Mondeli lo sucedió a Cafiero en plena hiperinflación ,situación caótica que facilitó el golpe de Estado de marzo del 76.

A estas similitudes debemos agregar el problema del endeudamiento del Banco Central, similar al del 89 con el plan Bonex, y el hecho que no tenemos reservas propias o, mejor dicho, estamos 5.000 millones abajo porque lo que queda en el Banco Central son swap con China. De más está decir que el gasto público crece por arriba de la inflación.

ISABELITO

La situación es mucho más difícil que la del 75, la debilidad de Alberto es semejante a la de Isabelita. La única diferencia es el poder de Cristina, quien ha precipitado esta crisis, ¿con la intención de salvar su difícil situación procesal?

El Rodrigazo fue la quiebra de un Estado empobrecido en un país rico (había solo un 10% de pobres). Esta es la quiebra de un Estado paupérrimo en un país con 50% de pobres.

¿Cómo va a reaccionar la gente en esta situación? ¿Cómo va a reaccionar un pueblo que vive de los planes sociales cuando las tarifas deban actualizarse con una inflación desatada?

¿Habrá violencia? ¿Habrá más piquetes? ¿Cómo reaccionarán los sindicatos?

Un final abierto... y lo peor del caso es que, cuando se cierre y todo sea historia y alrededor de la mesa de un bar evoquemos estos días con un "te acordás del lío cuando se fue Guzmán?".

Solo los memoriosos ,que en este país del no me acuerdo cada día son menos, recordarán lo que pasó y como terminamos en esta crisis y como llegamos a este caos... y volveremos a cometer los mismos errores demenciales.