Juventus Lyrica ha preparado una extraordinaria selección de fragmentos de grandes óperas­

Reabrirá sus puertas el Teatro Avenida­

 

­La pesadilla ha terminado, qué viva el arte. El viernes, reabrirá sus puertas el Teatro Avenida, después de dos años de pandemia y de una minuciosa puesta a punto de uno de los templos de la lírica más hermosos de Buenos Aires.

En Avenida de Mayo 1222, a las 20.00, se celebrará pues un espectáculo titulado la Gran Fiesta de la Ópera, que marcará, también, el reencuentro con el público de Juventus Lyrica, un espacio de formación y experimientación en el género lírico que le ha dado mucho a la Patria en las últimas dos décadas, en cuanto a la formación y promoción de talentos y la divulgación popular del Gran Arte. Al frente de este verdadero espacio de excelencia se encuentra la multipremiada Ana D'Anna, fundadora y ahora como directora artística. Este diario la visitó esta tarde en el Teatro Avenida. Interrumpimos una prueba de luces.­

-¿Qué es lo que el público verá en el Teatro Avenida?­

-La gente participará de una fiesta en la que se entremezclarán fragmentos de grandes óperas, con arias, dúos, tercetos, cuartetos, septetos... algunos muy divertidos, porque también incluimos operetas como La viuda alegre, El murciélago... Son treinta y dos números, habrá treinta y dos cantantes jóvenes con voces extraordinarias, y habrá dieciocho músicos en escena. El marco es inmejorable, el Avenida, que es nuestra casa, está precioso. Hemos trabajado duro para garantizar que el espectáculo esté vivo, porque el teatro es vida. Queremos que el público salga feliz. El teatro -como decía Shakespeare- tiene que ser espejo de humanidad. Nuestra propuesta es la alegría.­

-Después de dos años de pandemia, la alegría se necesita como el óxigeno, podríamos decir, ¿no?

-Nosotros no paramos en estos dos años. Paramos de estar arriba del escenario pero el trabajo de la asociación continuó. Es una gran felicidad volver a ensayar, por supuesto, y queremos trasmitirlo. Durante la pandemia hicimos cursos, tuvimos alumnos de México, Chile, Perú, Brasil, Uruguay, Colombia... ¡París!, y una voz extraordinaria de la República Dominicana. Muchos de los chicos argentinos que educamos en 2020-2021 van a debutar el viernes. Hay nuevos cantantes que se suman a los que habíamos formado.

-Esa era precisamente, la segunda pregunta: los intérpretes. La Asociación y usted en particular son muy reconocidos por la promoción de nuevos talentos durante más de veinte años.­

-He tenido la suerte de tener muy buenos maestros. Hedy Krila, Augusto Fernandes, Mario Castelnuovo... Después estudié música con Guillermo Graetzer, Leo Schwarz y María Kallay. Y me forme en danza con Igón Lerchundi, Roberto Escobar, María Fux... Todo ese conocimiento lo volque en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón... Yo venía con una gran experiencia escénica en Pergamino, que es el pueblo de mi esposo (NR: Horacio Jaunarena)... Fue una experiencia continua la de la Academia que fundamos apenas me recibí en el Colón, nunca dejamos de hacer óperas. Seis el primer año en 1999. Recuerdo cuando conocí a don Florencio Aldrey aquí, en un pasillo del teatro y él me saludó muy emocionado por lo que estábamos viviendo. Desde 1998 trabajamos en la formación de alumnos y con mucho éxito, pues se han sumado al Colón y a importantes elencos en el extranjero. Le aseguro que mañana el público podrá disfrutar de un equipo extraordinario. Son chicos muy talentosos.

FOTO: GUSTAVO CARABAJAL

-¿Cómo está la Asociación Juventus Lyrica?

-Seguimos adelante, pero la pandemia nos obligó a volver a 2018. Retomamos los abonados. Empezamos de cero la cuestión económica. Las satisfacciones morales son inmensas, pero necesitamos sponsors.

-¿La Asociación recibe ayuda estatal?

-El mecenazgo nos ayudó mucho, pero las prioridades -sabemos- no son las de la ópera. No nos alcanza hoy para una ópera entera pero sí para un tercio. ¡La ópera es carísima! Por eso digo que necesitamos sponsors. Nosotros llegamos a la gente, el público nunca nos ha abandonado. A sala llena, con doscientas personas paradas allá en el paraíso, recaudamos sólo el cincuenta por ciento de lo que gastamos. La que nos ayudaba muchísimo era Amalia Lacroze de Fortabat.

­FORMANDO UN PUBLICO­

-¿En estos veinte años de trabajo fecundo ha notado cambios en el gusto del público, persiste el gusto por lo clásico?

-Nosotros hemos generado audiencia. Hay un programa que ha creado mi hija, María Jaunarena, que también es regisseur y además estudio economía y se ocupa de la dirección ejecutiva de la Asociación. Se llama Juventus hace escuela, muy interesante, en el que se anotan colegios secundarios y primarios de los últimos años y vienen a nuestros dos ensayos generales. Los chicos, que nunca habían escuchado ópera, hacen un silencio sepulcral cuando se apagan las luces. Una vez le pregunte a uno de ellos qué le había parecido, sin darme a conocer, y me respondió: ¡Muy copado! (risas). Nosotros pensamos que el arte no es un adorno, sino que es una forma de mirar la vida. Y el arte del teatro genera reflexión, que es el elemento fundamental para generar cohesión en una sociedad.

-¡Vaya que nos hace falta la reflexión!

-Pericles gastaba más en el teatro que en la Armada. Y el teatro -además de ser espejo de humanidad, Shakespeare dixit- crea espacios de reflexión. El espectador se ve a sí mismo. Por eso la cibernética -que nos ofrece avances extraordinarios como dar clases a extranjeros vía Zoom- no sustituye de ninguna manera el acto de la presencia teatral. Los argentinos siguen yendo al teatro.

-La catarsis del espectador es sagrada, según los antiguos griegos.

-El teatro le devuelve al ser humano lo que el ser humano es. Cohesiona a la ciudadanía porque incita a la reflexión. Lo que está bien hecho queda para siempre, no cualquier cosa.

-Es posible que todos tengamos un sentido estético innato como tenemos una gramática generativa en el sentido que le da Noam Chomsky...

-Exacto. Pero a menudo el medio desafina el sentido estético, por eso es tan importar educar por el arte. Está estudiado que cuando esto se produce, los chicos rinden más en matemática, física, lengua, etc. Un estudioso como Herbert Read ha probado que el arte contribuye al desarrollo emocional e intelectual de las personas. Publicó un libro excelente: La educación por el arte.

-He leído de un colega que usted "combate los estereotipos de la ópera''. ¿Es así? ¿Y como se conectaría con el espectáculo del viernes?

-No, yo no combato nada. Lo que trato es que cada uno tenga su propia expresividad. Si miramos televisión, encontraremos hasta el hartazgo expresiones falsas como "¡Hola mi amor, te quiero''. Yo no estoy en contra de la expresión, pero me gusta que sea verdadera en el escenario. Cada uno debe encontrar su propia gestualidad para expresar sentimientos. Un estereotipo de la ópera es decir `buen día' como si se tratase de `en el cielo las estrellas, en el campo las espinas'. Se nos pegan a los cantantes cuando hacemos determinadas arias. Buscamos definir, en cambio, el `quién soy yo en el escenario'. Y como el ser humano es irrepetible, también debemos ser irrepetibles como actores y cantantes. Me gusta mucho la frase de Terencio: "Humano soy y nada de lo humano me es extraño''. Podemos interpretar hasta a un criminal, sin avalarlo en la vida privada, llegamos a comprender cómo llegó a eso. Y compadecer, es decir tener pasión con el otro. 

-Estas son las bases del buen arte escénico, ¿no?

Claro, por eso con estos jovenes tan talentosos que se presentarán el viernes en el Avenida queremos alcanzar la alegría. Tal vez sea esto la razón de que tanta gente nos siga: la alegría en el escenario.­

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