Por Pedro Von Eyken *
Hoy me enteré que una gran amiga argentina, residente en Haití hace más de tres décadas, fue secuestrada la semana pasada por una de las bandas criminales que han crecido en ese país durante los últimos tres años. Escuché recién un audio de ella, todavía conmocionada. Ya me extrañaba no recibir sus whats apps durante una semana. Por razones obvias, omitiré su nombre. Fue liberada el jueves pasado luego de pagar rescate. Está casada hace muchos años con un renombrado cineasta haitiano, dedicado a filmar documentales, en especial, sobre la época de los Duvalier. En esa larga etapa vivieron exiliados en la Venezuela democrática.
Esto es Haití hoy, mucho peor que cuando me fui. Al desorden político y la pobreza agobiante que conocí, se le suman desde 2019 bandas fuertemente armadas que secuestran. Un embajador y altos funcionarios del gobierno, suelen tener allí custodias armadas y automóviles blindados. Yo los tenía. Pero ello no evitó que el embajador de Chile y su mujer, en marzo de 2019, fueran atacados allí por una de esas bandas. Debieron hacer cuerpo a tierra, la señora fue herida y su chofer murió. El shock post traumático fue fuerte pero se levantaron y siguieron. Yo estaba de vacaciones en Buenos Aires pero ordené a mis gendarmes que brindaron asistencia inmediata. La Gendarmería Nacional Argentina nuevamente demostró lo que vale, esta vez en el convulsionado Haití.
Luego del "percance", Chile aumentó la custodia de su embajador en ese país caribeño y enseguida, para compensarlo del muy mal trago, trasladó a su embajador como jefe de misión a Praga.
Mucha gente, sin embargo, sigue asociando la vida diplomática con los cócteles, los autos alemanes, vivir en Londres, París o Nueva York y las "jubilaciones de privilegio", que no son tales.
Al respecto, he relatado en las redes que la embajadora argentina en Ucrania desde 2019 (sí, una mujer), compañera mía del ingreso al Ministerio en 1983, durante los bombardeos rusos de hace unos meses no pudo ir a la embajada y pasó varios días en el sótano de su casa, en la que también cobijó a un grupo de argentinos. Estas cosas tienen que saberse y yo no me voy a cansar de contarlas.
* Exembajador argentino en Haití (2017-2019).
