Buena Data en La Prensa­

Argentina en su laberinto

­­Para salir de un laberinto, hay que tener buen sentido de orientación y memoria para no tomar por caminos equivocados. La mayoría de la sociedad argentina parece que hace décadas fue perdiendo el rumbo y sigue soportando las recetas que fracasaron en otras oportunidades. A veces parecemos vencidos y resignados.­

Solamente la selección de fútbol parece despertar el grito sagrado y el orgullo de ser argentinos. Triste imagen de nuestro presente.

CON LA DEMOCRACIA...­

En 1983, con el regreso de los gobiernos constitucionales, empezamos a endiosar la democracia y a utilizar el término para cualquier cosa. Fue Alfonsín el que con su famosa frase manifestó que con la democracia se come, se educa y se cura y el resto de la sociedad se engolosinó con su uso. Sabemos que esto no fue, ni es así. La democracia no basta para lograr que la gente se alimente bien, ni para tener un buen nivel educativo ni para cuidar efectivamente la salud de la población. Los resultados están a la vista.

En principio podemos decir que la democracia sería el mejor sistema para que los ciudadanos elijan libremente a sus representantes. Para que esta forma de elegir funcione bien, lo óptimo sería tener una sociedad informada sobre las propuestas de los distintos candidatos y con una buena formación en valores que apunten al bien común. Quizás esto pueda darse en pequeñas comunidades, pero por los resultados obtenidos no lo hemos logrado como país.

Con el pacto de Olivos de 1994, la casta política se puso de acuerdo para defender sus intereses y reformó la sabia Constitución Nacional de 1853/60 acortando el período presidencial a cuatro años y permitiendo la reelección del presidente entre otras cosas. Los partidos políticos se han convertido en estructuras que más que defender ideas y proponer políticas para el bien común, solo se dedican a ver cómo acceder y mantenerse en el poder y lograr así hacerse del manejo de grandes cajas de dinero público. Llegar al gobierno sea nacional, provincial o municipal, es para muchos, la gran oportunidad de hacer grandes negocios y de acomodar en cargos públicos a familiares, amigos y quizás amantes.

El art. 16 de la Constitución Nacional, establece que "todos sus habitantes son iguales ante la ley y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad''. Para la casta parece que la idoneidad no importa y que lo único determinante es ahora el sexo autopercibido. Es así que las listas sábana seguirán existiendo para mantener los cupos de género, y seguir obedeciendo a la ideología imperante. Así estamos. 

SIEMPRE LO MISMO

­Con la llegada de Perón al poder, empezaron los altos niveles de inflación y el envilecimiento de la moneda. La demagogia peronista necesitó financiarse emitiendo descontroladamente, provocando que la moneda dejara su principal característica que es la de ser reserva de valor.  ­

Déficit fiscal, tarifazos, decenas de planes económicos, deuda interna, deuda externa, reuniones con los organismos internacionales de crédito, pedidos de nuevos créditos, emisión de bonos, el dólar y las devaluaciones del peso, son temas que los argentinos hemos ido incorporado desde entonces. ­

­SOBERANIA O GLOBALISMO­

­El siglo XXI está exponiendo con claridad otro paradigma del cual, también tuvimos noticias en los últimos tiempos del siglo pasado: el globalismo.

Esta idea que fue tomando fuerza después de la Segunda Guerra Mundial, con el avance de las comunicaciones ha ido estableciendo cada vez mayor interdependencia entre los Estados, socavando sus soberanías. 

La ONU, el Banco Mundial, el FMI, la OMS, son algunos de los grandes organismos internacionales que condicionan las decisiones de los Estados miembros.

Es bueno promover la paz y la sana convivencia de los pueblos, pero eso no debería habilitar a ningún organismo mundial a imponer ideologías y culturas sobre cualquier país de la tierra.

Estamos viendo cómo estos organismos invierten grandes sumas de dinero para que se aplique la perspectiva de género, se habilite el aborto y se utilicen protocolos sanitarios y vacunas experimentales, y como los gobiernos del mundo vienen acatando todo esto casi sin excepción. Argentina es un claro ejemplo. Tanto el actual gobierno como el anterior, han sido y son promotores de todas estas nefastas políticas globalistas y de la agenda 2030.

HAY SALIDA

­Sabemos que no es fácil salir del laberinto.­

Habrá que volver a los valores que forjaron el gran desarrollo que tuvo nuestro país a principios del siglo XX y rebelarse ante las ideologías que los atacan. Tendremos que unirnos los que sostenemos que es fundamental defender la vida desde la concepción, la familia, la libertad y la propiedad y trabajar en conjunto. Habría que dejar de lado rencores. Y orientarnos mirando al cielo.  ­

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