Varones y mujeres conformamos la sociedad y le aportamos riqueza a partir de la complementariedad de los sexos. La semana pasada dos hechos radicalmente diferentes sirvieron de disparador para mostrar dos visiones sobre lo masculino y lo femenino.
La exdirectora de Igualdad y Género del Ministerio de Economía afirmó que la gestión menstrual acarrea un gasto de 5.000 pesos por año y aclaró que "no podemos dejar que nos digan que es lo importante en este momento para las mujeres y personas trans que menstruan" "Qué sea ley y que la marea roja -menstruante- nos lleve a otro logro feminista y nos hagan conquistar otro derecho".
Mientras tanto, por fuera de las ilusiones creadoras de fantasmas del feminismo queer, las enfermedades cardiovasculares han aumentado mucho entre la población femenina, constituyéndose en la primera causa de muerte. Aunque en el imaginario popular se cree que son enfermedades que afectan más a los varones, en 2020 fueron más las mujeres que fallecieron por esta razón. No está de más recordar que el infarto agudo de miocardio, las enfermedades cerebro vasculares, la hipertensión y los tromboembolismos figuran entre los efectos adversos más graves de las pastillas anticonceptivas y que las mujeres que las toman tienen de tres a seis veces más riesgo de contraer trombos venosos que las que no las usan.
El ministerio antes citado que tiene la idea fija de erradicar estereotipos de género ilusorios no advirtió que existen otros reales y perniciosos que habría que extirpar: ellas tardan más en consultar cuando tienen dolor en el pecho o trastornos cardíacos porque más fácilmente se les adjudica angustia o sintomatología psicológica. Campañas al respecto salvarían muchas vidas.
Un gran momento de oración, de paz y de esperanza, inundó la histórica plaza y la Catedral Metropolitana. Volvimos a darnos cuenta que los hombres tenemos una gran misión en la vida. No somos más importantes que las mujeres, pero tampoco somos menos.
También se rezó el Rosario de hombres en ciudades de la provincia de Buenos Aires, del Chaco, Entre Ríos, Río Negro, Salta y Tucumán. Lo mismo sucedió en ciudades de Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Paraguay y Perú.
Se ofrecieron tres intenciones principales: "la protección de la familia de los ataques de ideologías anticristianas y su restitución como célula básica de la sociedad; por nuestra Santa Madre Iglesia; por nuestra patria, para que Argentina recupere la fe y vuelva a Dios".
Argentina se sumó de esta manera a Polonia en donde comenzó esta iniciativa, que continuó en Irlanda y en España.
Hace tiempo que la cultura posmoderna y globalista ataca y menosprecia lo masculino, y muchos por no entrar en conflicto callan o adhieren a sus esloganes.
Asumamos sin miedo lo que somos, como hijos, como hermanos, como padres o como abuelos; junto a la magnífica compañera que Dios nos ha dado para tenernos en su vientre y darnos la vida y recorrer con ella el camino de nuestra existencia.
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