Entre tanta metáfora, una buena idea que se pierde

'Cocinando con Elisa'. Autoría: Lucía Laragione. Dirección: Mariana Giovine. Diseño de vestuario y escenografía: Alejandro Mateo.Diseño de iluminación:Fernando Chacoma. Música: Martín Pavlovsky. Actores: Gabriela Villalonga, Luciana Procaccini. En el teatro Beckett (Guardia Vieja 3556), los sábados a las 18.30.

Existen obras de teatro que llegan al corazón por diferentes caminos. Por un libro que emociona, por actuaciones memorables o simplemente por espectadores que se vinculan con ella de una forma subjetiva, como necesitando aquello que solo se ofrece en ese escenario. Puede ser un drama, una comedia o un clásico, es indistinto. Y otras, como 'Cocinando con Elisa', que quedan ahí, en el estadio de los peros, no por alguna cuestión técnica en particular sino porque entre tanta metáfora la idea principal se pierde. Es correcta, tiene argumentos sensibles pero...­

Escrita por Lucía Laragione, la obra ganó diversos premios y fue representada en diferentes países de Europa. En la Argentina tuvo otras versiones; la más recordada es la de Norma Pons en 1997. Sin embargo, luego de ver la de la directora Mariana Giovine uno creería que en esta ocasión no podría estar mejor interpretada que por Gabriela Villalonga y Luciana Procaccini. Dos actrices que logran convertirnos en testigos privilegiados de lo que sucede en esa cocina. Villalonga como la chef autoritaria Nicole y Procaccini como su ayudante Elisa, hacen de la obra una masterclass de actuación.

Gestualidad, voz siempre en tono, modulación y postura, tanto para decir como para recepcionar. Sin embargo, a todo lo positivo le sigue un pero. Y en este caso es la magia de ellas que se pierde por no tener un ancla que recuerde dónde están paradas. Ahí la directora debió prender una luz entre tantas sombras y alegorías.­

­

EN SEPIA­

La escenografía tampoco podría ser mejor. Una cocina de época o de estancia, en la que se cocerá sudor, sangre y lágrimas. Todo en su lugar, bajo un mismo tamiz, como una fotografía en sepia con movimiento apaisado en HD. Y dentro de esa espacialidad culinaria de ollas, alimentos y especias, hará su juego una intertextualidad demasiado encriptada con la intención de translucir algunos mecanismos de violencia que recuerdan a nuestra peor historia.­

'Cocinando con Elisa' no se padece e incluso hasta se disfruta, pero con porqués y paraqués muy lejanos, como casi por fuera de la obra. En ningún momento se toca esa fibra teatral que el espectador porteño pone en juego cada vez que paga una entrada de teatro independiente. Tal vez al final, pero la partida parece haber sido perdida hace rato.­

­

Calificación: Buena­