Apuntes de un mundo que cambió

Memorias de Leonor Acevedo de Borges

Por Martín Hadis.
Claridad. 292 páginas.

Hay un rastro que va dejando la literatura que hace Martin Hadis. Detrás de cada uno de sus libros subyace, aunque surge evidente ante la calidad del producto final, un arduo trabajo de investigación y edición. Memorias de Leonor Acevedo de Borges no es la excepción a esta regla. Ya veremos por qué.

Hadis, investigador y docente universitario, con diploma de Harvard en literaturas germánicas medievales y maestro en antropología de la Universidad de North Texas, ha demostrado ser un escritor meticuloso. El orden y la prolijidad en el manejo de los datos son sus principales sustentos.

De alguna manera podría decirse que Borges es su pasión. Sobre quien considera fue "el más grande escritor argentino", Hadis ha construido su obra. Editó Borges profesor: curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires, y escribió Siete guerreros nortumbrios y Los ancestros ingleses de Jorge Luis Borges.

Su última aventura consiste en reproducir las experiencias de vida de Leonor Acevedo de Borges, madre del laureado escritor, para lo cual ejecutó una labor ardua. Confiesa el autor que demoró diez años en reconstruir el árbol genealógico de Borges, herramienta necesaria para poder atornillar los recuerdos que abarcan un abanico temporal de casi un siglo.

De allí que a lo largo de las páginas la consulta a las llamadas a pie de página resulten casi un movimiento de cabeza obligatorio, un ejercicio clave para comprender las raíces mismas de cada una de las historias.

Leonor Acevedo de Borges nació en 1876, cuando Buenos Aires tenía 200.000 habitantes y por sus calles caminaban personajes ilustres como Sarmiento y Avellaneda. Y murió en junio de 1975, cuando la NASA preparaba el lanzamiento de la sonda Viking al planeta Marte. La mujer lo vio casi todo en sus 99 años de vida.

Borges solía decir que algunas personas remarcaban con pena que Leonor no había llegado a cumplir los 100 años. "¡Qué admiración tan curiosa tienen por el sistema métrico decimal!", reflexionaba entonces con ironía. Su madre, además, consideraba casi una exageración o una falta de buen gusto haber llegado hasta esa edad.

Pero volvamos al comienzo. Es éste un libro que rezuma trabajo. Su embrión está dado en las anotaciones que Alicia Jurado fue realizando con paciencia en cada visita que le hacía a su amiga, Leonor Acevedo. En pequeños trozos de papel fue recolectando las anécdotas que, luego, pensó reunir en un libro. Diversas circunstancias hicieron que la idea primigenia quedara reducida a tan sólo un prólogo.

Sobre la base de estas anotaciones, y con el prólogo de Jurado como mascarón de proa, Hadis se lanzó a navegar en la vida de Leonor Acevedo. Organizó entonces el trabajo en capítulos que le dan orden al caos de los recuerdos. El libro termina por reflejar las postales de una Buenos Aires perdida en el tiempo, y de personajes fundidos en el origen mismo de la patria.

Fotografías de época y réplicas de algunos cuadros familiares son perlas extra que ayudan a recrear el ambiente de una ciudad que cambió de piel muchas veces entre el nacimiento y la muerte de la protagonista. "Cuando comparo aquel mundo de mi infancia con este tumulto actual pienso si este mundo es el mismo y si yo soy la misma, ¡claro que buena parte de un siglo ha transcurrido!".