Con perdón de la palabra

Homero y sur

Hay que tener espaldas robustas para sobrellevar el llamarse Homero, con la pretenciosidad que eso supone. Homero Manzi las tuvo. Y todos nos acostrumbramos a que un gran poeta argentino se llamara así.

Su verdadero apellido era Mancione y su nombre completo Homero Nicolás. Aunque porteño hasta la maceta, había nacido en Añatuya, Santiago del Estero.

Perteneció a FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) esa fracción del partido radical acentuadamente nacionalista, amiga de los militares del GOU, a la cual también perteneció Arturo Jauretche.

Usaba una pequeña barbita.

Y le puso letra a Barrio de Tango, Milonga Sentimental y Sur.

Es de Sur que quiero hablar. Porque quizá la suya sea la letra de tango más poética que se haya escrito. Voy a repasarla a pantallazos,  paladeándola.

San Juan y Boedo antiguo

y todo el cielo,

Pompeya y más allá la inundación,

tu melena de novia en el recuerdo

y tu nombre flotando en el adiós.

 

La esquina del herrero, barro y pampa,

tu casa, tu vereda y el zanjón

y un perfume de yuyos y de alfalfa

que me llena de nuevo el corazón.

 

Sur, paredón y después.

Sur, una luz de almacén...

A algún estúpido se le ha ocurrido  considerar de segundo orden la poesía de una letra de tango. Lo invito a callar, oyendo la estupenda perfección de los versos que acabo de transcribir parcialmente. Ya se quisiera haberlos escrito algún vate académico laureado.