Historias de vida

Andanzas de un director argentino en Nueva York

Por Federico Rabinovich *
Especial para La Prensa

 

Desde chico soñé con vivir en Nueva York. Cuando llegué por primera vez a la ciudad de visita, siendo un adolescente, confirmé que quería vivir acá en algún momento. Quince años después de esa primera vez desembarqué en la Gran Manzana con la idea de hacer películas. Decidí cursar un programa de dirección de cine en la New York Film Academy, ya que si bien llevaba una década haciendo comerciales de moda y marcas en Latinoamérica, nunca había incursionado en el cine.

Decidí que mis películas iban a estar basadas en Nueva York, un poco dado a que es una ciudad que me inspira con sus barrios tan diversos, su gente, sus encuentros inesperados. Siempre relacioné mis historias con situaciones cotidianas que me inspiraron. Mi primer corto, 'The Last Day' ('El último día'), nació de una conversación con amigos donde nos preguntamos qué haríamos si este fuese nuestro último día de vida, y llegamos a la conclusión de que lo mejor sería pasarlo como un día normal, con nuestra pareja, con amigos, caminando por la ciudad, porque los momentos más entrañables a veces son los más simples.

Mi segundo corto, 'Impossible to Clean' ('Imposible de limpiar'), fue inspirado por la obsesión que generaron los comienzos de la pandemia en Nueva York, donde la crisis sanitaria pegó muy fuerte.

'Who is Linda?', el corto que acabo de estrenar, es una historia que demoró mucho más tiempo en tomar forma. Cuando me mudé a Nueva York compré una línea de teléfono y empecé a recibir llamados preguntando por una tal Linda. Eran llamados de amigos, citas médicas, turnos con psiquiatras. Así fue que me empecé a obsesionar con quién era Linda y qué habrá sido de su vida. Eso me inspiró a crear un guion usando esto como base y canalizando la energía que me estaba generando este enigma.

El proceso de creación de 'Who is Linda?' fue espectacular pero también muy duro. Pasar de escribir una historia a darle forma a un guion, dirigir, cortar y editar me tomó meses. Filmamos durante la pandemia en Nueva York, donde había muchísimas limitaciones y requerimientos de seguridad. Todo demandaba el doble de tiempo.

El equipo trabajó incansablemente, muchos con pagos bajos ya que al ser una producción totalmente independiente teníamos un presupuesto muy acotado. Cuando lanzamos la película, en octubre, y nos empezaron a reconocer de varios festivales de cine independiente no lo podíamos creer.

 

COMPLEJIDADES

Pasar de la producción de comerciales a filmar películas fue un proceso de mucho aprendizaje. La dirección y filmación comercial te entrenan mucho en cuanto a la luz, el color, la fotografía de las escenas y la estética en general, pero hacer una película tiene otras complejidades, como mantener el ritmo en la historia, y el proceso de corte y edición puede tomar meses. Realmente, con la misma filmación se pueden crear muchas películas distintas. Cuando hago comerciales los hago para expresar lo que quieren mis clientes, pero cuando hago películas me enfoco más en lo que quiero comunicar yo y menos en la audiencia.

El camino me va a marcar cuando esté preparado para saltar a un largometraje. Ganas hay muchísimas, pero creo que todo llega a su debido tiempo. Hay tantos temas que me gustaría poder abarcar en un largo luego de la experiencia de hacer cortos...Pero siempre tengo presente la necesidad de poder mezclar lo comercial con lo ficcional y encontrar un equilibrio/armonía para contar una historia que mantenga al espectador pegado a la pantalla. La historia que me llevará a ese nuevo nivel en mi carrera me la guardo para mí, por ahora.

 

* Realizador argentino radicado en los Estados Unidos.