ARA San Juan

Macri presentó un escrito, se negó a responder preguntas y pidió su sobreseimiento

“Yo no espié ni mandé a espiar a nadie”, reiteró el ex presidente en Dolores.

 

El ex presidente Mauricio Macri presentó un escrito de descargo ante el juez federal subrogante de Dolores, Martín Bava, y se negó a responder preguntas en el marco de la causa por presunto espionaje a familiares de víctimas del ARA San Juan.

Su abogado, Pablo Lanusse, aseguró a la salida de los tribunales de Dolores que Macri "no espió ni mandó a espiar a nadie" y responsabilizó al actual gobierno, al que calificó de "inepto", por la situación judicial del ex mandatario.

"Jamás espié ni ordene espiar a alguien", resaltó Macri ante el magistrado. Lo dijo en un escrito en el que cuestionó al juez de Dolores por el "tinte político" de la causa en su contra y pidió ser sobreseído, más allá de que consideró públicamente que el magistrado ya tiene firmado su procesamiento.

Antes de presentar el escrito, Macri le dijo al juez que "estaba apurado" para resolver su procesamiento antes de las elecciones del 14 de noviembre próximo.

"No quiero hacerlo demorar más", le dijo al juez irónicamente y presentó un escrito de varias páginas. Para Macri, no existe prueba en su contra y tampoco el juez pudo explicar cómo, cuándo, ni dónde espió: "Jamás utilice información de inteligencia alguna respecto a familiares del ARA San Juan".

"Soy absolutamente inocente" y "repudio la parodia", fueron otras de las frases del ex mandatario en su escrito. "Además, ha quedado demostrada su carencia de independencia del poder político de turno, como quedó en evidencia luego de la bochornosa audiencia del pasado 28 de octubre del corriente año, que Usted tuvo que aceptar -resignado- que debía suspender por un error exclusivo y excluyente del Juzgado a su cargo", le aseguró.

Esto último fue porque en la citación de la semana pasada se suspendió porque el juez no había pedido la autorización previa al poder ejecutivo para relevar lo a Macri del deber de guardar confidencialidad. Ahora el juez cuenta con diez días hábiles para resolver si procesa o no a Macri.

Macri llegó en auto a las 11.50 al edificio de la Municipalidad de Dolores, donde desde más temprano se habían congregado algunos dirigentes del PRO, como Cristian Ritondo, Hernán Lombardi, Gabriela Michetti y Martín Yeza, para brindarle su apoyo al exmandatario.

Minutos más tarde, acompañado por un reducido grupo de militantes, Macri se dirigió a pie hacia el juzgado federal de Dolores -ubicado a dos cuadras de la sede comunal-, al que fue convocado por cuarta vez luego de que el jueves pasado la indagatoria se suspendiera sobre la marcha, por el planteo de su defensa que sostuvo que para poder declarar el expresidente necesitaba ser relevado del deber de confidencialidad.

Este hecho derivó en una segunda recusación presentada por el abogado del exmandatario, Pablo Lanusse, que el propio magistrado rechazó el lunes "in limine" tras señalar que no había ningún motivo para que prosperara su apartamiento del expediente.

El incidente de recusación ya se encuentra en manos de la Cámara Federal de Mar del Plata que, a diferencia de lo que hizo en el primer intento de la defensa de Macri, convocó a una audiencia para el 12 de noviembre y recién después decidirá si confirma o aparta al magistrado.

Si bien la decisión adoptada por el tribunal de apelaciones no suspende la indagatoria prevista para hoy, en el ámbito judicial especulan con que la defensa de Macri podría intentar una nueva postergación bajo el pretexto de que la Cámara Federal de Mar del Plata no volvió a ratificar a Bava al frente del expediente.

Sobre la polémica vinculada con el supuesto deber de confidencialidad de Macri, el juez Bava resaltó el lunes que lo citó a indagatoria sin antes solicitar que le levantaran el deber de confidencialidad porque, a su criterio, no era necesario.

En la causa se investigan supuestos delitos de inteligencia "prohibidos por la ley" y no "actividades que hagan a la seguridad interior y/o defensa nacional" ante lo cual "no resultaba necesario el relevamiento en cuestión", sostuvo.

Pese a ello, luego de suspendida la indagatoria el juez envió un oficio al presidente Alberto Fernández para pedir que se releve a Macri de ese deber, algo que se concretó al día siguiente.

El expresidente está imputado por maniobras de espionaje porque, como presidente, era el responsable de fijar los lineamientos estratégicos y objetivos generales de la política de Inteligencia Nacional, según la ley de inteligencia, se sostuvo al convocarlo a indagatoria, en una resolución que firmó Bava el 1 de octubre pasado.

En la causa abierta a raíz de una denuncia de la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia Cristina Caamaño están acusados además los exresponsables de la AFI en el macrismo Gustavo Arribas y Silvia Majdalani,

Macri fue citado por primera vez para el 7 de octubre pasado, pero no se presentó porque estaba fuera del país y luego faltó a la segunda convocatoria, fijada para el 20 de octubre, oportunidad en la que su abogado presentó por vía remota la primera recusación contra el juez.

La tercera convocatoria fue la del jueves pasado, que se suspendió por el pedido de la defensa de Macri, acompañado por el fiscal Juan Pablo Curi.

En esa audiencia del jueves pasado, el expresidente llegó a escuchar la lectura de los cargos en su contra, antes de que su defensa pidiera la suspensión por no haberse hecho el pedido de relevarlo del deber de confidencialidad en base a la Ley de Inteligencia 25520.