Con la simpleza de lo auténtico

El musical 'Popotitos' recupera el espíritu barrial y la contagiosa música de los años '60.

Ahora que un famoso trío amoroso se ha vuelto cuestión de estado, 'Popotitos', el nuevo musical de Augusto Alvarez y Gustavo Guzmán, llega para demostrar que los vaivenes de pareja se pueden contar desde el teatro con mayor gracia, arropados con melodías pegadizas y con un final abierto que invita al debate posterior mientras se siguen tarareando las canciones.

Se trata de la primera obra que estos amigos escriben y dirigen en conjunto. Guzmán y Alvarez se conocieron hace más de una quincena de años audicionando para el rol protagónico del musical 'Houdini', que dirigió Ricky Pashkus. Volvieron a encontrarse tiempo después en las pruebas de 'La Bella y la Bestia' y desde entonces se acompañan en su recorrido sobre y debajo de los escenarios. Además de ser un reconocido docente de canto, Augusto Alvarez trabajó como coreógrafo e intérprete en varias producciones teatrales. Guzmán participó de títulos como 'Company', 'Sweeney Todd' y 'Piaf', y es guionista, productor y director de espectáculos para eventos de gran envergadura.

 

CLUB DEL CLAN

La alianza creativa entre ellos se forjó a fuego lento y tiene su primera expresión acabada en esta obra que presentan los martes a las 21 en el teatro Premier. El germen del proyecto estuvo atado al Club del Clan, aquel programa de televisión de los '60 devenido en fenómeno musical, que catapultó la carrera de artistas como Palito Ortega y Violeta Rivas e influyó decididamente en la juventud de la época. Durante casi siete años la idea de contar una historia sencilla ambientada en un barrio porteño a través de aquellas canciones fue madurando en los autores, hasta que, aislamiento mediante, se decidieron a llevarla a escena.

"De algún modo, la pandemia nos envalentonó -confiesa Augusto Alvarez-. Por como está el país, entendimos que teníamos entre manos un lindo producto que venía a ocupar un espacio que estaba vacío. Esta es una obra de teatro musical con una idiosincrasia claramente argentina, hecha en la Argentina y para argentinos. Ese condimento nos sedujo un montón'', explica.

"Siempre tuvimos como objetivo ofrecer un cuento bien narrado pero sin mayores pretensiones que eso. Y sabíamos que la música en sí misma iba a colaborar para lograrlo'', aporta Guzmán. El repertorio intercala muchos de los hits de aquellos tiempos: 'Sóplame un beso', 'Media novia', 'Despeinada', 'El camaleón', 'Sola solita', 'El baile del ladrillo'. Claro que la mano diestra del director musical Diego Rivas ha hecho que algunas de esas melodías aparezcan reversionadas en ritmos como la bachata o el merengue.

 

EL REGRESO

Sheila Saslavsky (Leticia) y Stella Maris Faggiano (Noemí), en dos interesantes actuaciones, son pilares fundamentales del trío protagónico que completa Diego Cassere (Raúl). El relato comienza con Leticia y Raúl en su juventud, como una pareja de bailarines amateurs con futuro promisorio, y los reencuentra veinte años después, ya en los '80, cuando ella ha vuelto de Europa para tratar de recuperar al hombre que no pudo esperarla : Raúl se casó con Noemí.

La acción pendula entre el pasado y el presente, pero también entre la casa del matrimonio que se ve sacudido por el retorno de aquella noviecita, la peluquería donde Noemí se luce como peinadora y el taller mecánico con el que Raúl se gana la vida y donde comparte las horas con sus amigos de juventud. "Nos preocupamos por tener personajes bien definidos, barriales, bastante arquetípicos. La contraposición entre Noemí y Leticia era importante para la trama, una muy a tierra y la otra más volátil. El varón debía tener una cuota seductora y de galán, pero a la vez ser algo torpe en sus relaciones '', define Álvarez.

En el elenco de 23 artistas (se presentaron casi trescientos postulantes a las audiciones abiertas) sobresale también Adrián Juan, un joven comediante que aporta la dosis de humor justa a esta propuesta que marca el debut de Cúbika Producciones, la empresa creada por Alvarez y Guzmán para desarrollar este y otros proyectos artísticos. El equipo creativo de 'Popotitos' se completa con Lucila De Stéfano, a cargo de las vibrantes coreografías; Alejandra Robotti en el colorido diseño de vestuario, Pablo Alfieri en la iluminación y Flor Muriel González en el diseño escenográfico.

"Trabajar de a dos es todo un aprendizaje'', confía Guzmán sobre la experiencia de escribir y dirigir teatro en dupla. "Se consiguió porque ante todo somos amigos''. Y remata Alvarez: "Hoy 'Popotitos' es una realidad. Queremos que la obra llegue a las familias porque no hay golpes bajos ni momentos oscuros. Es un cuento muy simple, ¡con lo difícil que resulta hacer algo así! Que la gente se vea representada en esta historia es muy importante para nosotros''.