¿Enfrentamos un nuevo terrorismo?­

­En Chile y en el sur de nuestro país un minúsculo, por ahora, grupo de terroristas, roba, incendia, ocupa, cobra peajes y apedrea a propietarios. Usamos la palabra terrorista porque es la que ha utilizado la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, para caracterizarlos. Atacan en nombre de un pueblo indígena que no existe más y hablan de la gran revolución Mapuche. Cuentan con el apoyo intelectual de viejos Montoneros, el kirchnerismo, la izquierda en general y el gobierno nacional.­

 

El asunto viene de lejos, y de Chile; fundamentalmente de la Araucanía donde se ha desarrollado la matriz guerrillera denominada CAM, Coordinadora Arauco Malleco, generadora de la que en nuestro país se denomina RAM, Resistencia Ancestral Mapuche. En su momento contaron con apoyo de las FARC, colombianas, y de patrullas perdidas de Sendero Luminoso, como en general de toda la neo izquierda latinoamericana y mundial y el kirchnerismo en particular, que han depositado en los `indígenas' la esperanza de la revolución que vendrá. Ya en su momento, Jones Huala, en 2017, y como jefe de la RAM había realizado declaraciones acerca de la necesidad de una revolución armada para alcanzar sus objetivos: esto es el acceso a la tierra que dice pertenecerle a `su pueblo' y la construcción de un socialismo, sustentado en las tradiciones culturales mapuches. Algo así como un socialismo paleolítico, novedosa versión del marxismo polifacético. Hasta ahora teníamos, el socialismo internacionalista, el socialismo nacional, el socialismo científico, el socialismo en un solo país, y ahora para sorpresa de todos, e incluso de Marta Harnecker, tenemos el socialismo paleolítico. Si Marx hubiera sabido los disparates que se realizarían en su nombre seguramente hubiera seguido el camino de su abuelo.­

Jones Huala, en el 2017, había expresado su admiración por Fidel Castro, la guerrilla del Vietcom, de Mao y del sandinismo. Todo eso macerado con el pensamiento mágico de las machis adolescentes, que identifican territorios y anuncian una especie de revolución cósmica, a la que se le adiciona el robo, el contrabando, la agresión a los símbolos patrios, y, también, es justo decirlo, el legítimo deseo de una vida mejor. Detenido, fue enviado a Chile.­

­SE AGRAVA EL ASUNTO­

El asunto no ha terminado, por estos días parece agravarse. Dos muertos en el 2017 y el miedo cotidiano de la gente de bien que se ve acechada por encapuchados sin rostro. Debieran atacar con el torso desnudo y el rostro pintado como lo hacían sus ancestros.­

La gobernadora de Río Negro, sin pelos en la lengua, habla de terrorismo e intenta persuadir al Ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, que esto es así, por lo tanto exige le envíe fuerzas nacionales. Como corresponde a la personalidad e ideología del Ministro, Fernández se negó a hacerlo, e invita a resolver el conflicto en una Mesa de Diálogo.­

Mesa de diálogo con quienes en su manifiesto dado a conocer en estos días afirman que rechazarán cualquier salida negociada ``porque creemos que no están dadas las condiciones como pueblo para ello, sino que debemos seguir acumulando fuerzas en la confrontación, creciendo en experiencia combatiente para un verdadero proceso de Liberación Nacional Mapuche''. O sea una nación Mapuche. Romper la Argentina. ¡Están locos!­

El nuevo gabinete nacional, signado como peronista, por cierto periodismo gorila e intelectuales añejos esperanzados, cara y seca de una misma moneda ¿va a dejar correr esta locura para que crezca la violencia, como en los años 60? No bastó aquella complicidad para repetir la tragedia. El Ministro dice no querer más muertos. Se trata, entonces, de negociar con los violentos, que en su manifiesto afirman no querer hacerlo. Ahí hay un problema.­

Que no quiera muertos el Ministro de Cultura, es sano. Pero que el Ministerio de Seguridad anticipe públicamente su estrategia pacifista evidencia un absoluto desconocimiento de su función. No están para gobernar el país.­

Volviendo a los violentos, la RAM nada tiene que ver con los descendientes de los mapuches, que son criollos argentinos, que respetan las instituciones, los símbolos patrios y la geografía política argentina. En tal caso el problema más grave, por ahora, no son los subversivos que amenazan alzarse en armas. Es el gobierno nacional que no toma el asunto con la debida gravedad que presenta y el kirchnerismo y la izquierda que en su alocada búsqueda de sujetos revolucionarios no dudan en aferrarse a la prehistoria.­

¿Dónde ha quedado aquella izquierda que explicaba el pasaje del feudalismo al capitalismo y del capitalismo al socialismo? En una línea de progreso ascendente. La izquierda mundial ha perdido el rumbo, del presente al paleolítico, para atrás, tan solo, retroprogresismo.­

­EL PROBLEMA DE LA CONSTITUCION DE 1994­

Los hombres que redactaron el artículo 75, inciso 17 crearon un problema con la legislación anterior. Hasta ese momento lo existente como cuerpo legal era la Ley 23.302 que en su artículo 1 decía: Declárase de interés nacional la atención y el apoyo a los aborígenes y a las comunidades indígenas existentes en el país...respetando sus propios valores y modalidades. A ese fin, se implementaran planes que permitan su acceso a la propiedad de la tierra. El artículo 2 define las características de una Comunidad: conjuntos de familias que se reconozcan como tales por el hecho de descender de poblaciones que habitaban el territorio nacional en la época de la Conquista o colonización. Por el artículo 5 se crea el INAI. Por el artículo 7 se dispone la adjudicación en propiedad a las comunidades indígenas existentes en el país, debidamente inscriptas. Las tierras deberán estar situadas en el lugar donde habita la comunidad.­

La Constitución dice: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos...reconocer la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan.­

Para un artículo periodístico sería muy extenso un análisis meticuloso de ambas normativas. Pero señalo algunas que complejizan el asunto, no es lo mismo comunidades indígenas en la época de la conquista, que en la época de la colonización. Porque el proceso de colonización se desarrolló durante largos años, y los mapuches ya habían ingresado al país, pero no estaban al momento de la Conquista.­

La Constitución habla de indígenas argentinos. ¿Argentinos en el presente? ¿O argentinos desde siempre? Y si es desde siempre, ¿desde cuándo? ¿Se aplicaría entonces el concepto de Utis Possidetis Juris? ¿Sirve este principio para determinar nacionalidad antes de su utilización generalizada en Hispanoamérica a partir de 1810? Todo está complicado. Amerita una Ley aclaratoria del artículo 75 inciso 17 y no postergar más los conflictos judiciales existentes. Igualmente lo constitucional en nuestro país es muy confuso imagínese el lector piquetes para que se cumpla el artículo 14 bis, por ejemplo, la participación en las ganancias de las empresas y el control de la producción y colaboración en la producción. En estos tópicos la Constitución del 49 no generaba conflictos.­

De todos modos, estas ausencias, de ninguna manera justifican la acción violenta de grupos autodenominados mapuches que pretenden crear un país aparte con el apoyo de la izquierda loca, que se detienen en ese punto, pero pretenden un país plurinacional. Ni una cosa ni la otra. Como tampoco la pasividad de un Gobierno y un Ministro al que le queda grande el cargo.­