Biografías danzadas, entre la pasión y la vulnerabilidad

"Dos bailarines desnudos". Dramaturgia: Florencia Werchowsky, Alejandro Quesada. Dirección: F. Werchowsky. Música y diseño de sonido: Diego Voloschin. Vestuario: Victoria Nana. Intérpretes: Luciana Barrirero, David Gómez, A. Quesada (voz en off). Los lunes, en el Centro Cultural 25 de Mayo.

Como opuestos inseparables y en entredicho constante, el dolor y el brillo conviven en los cuerpos de los bailarines clásicos profesionales. Cuando los reflectores se apagan y cesa el rumor de los aplausos, renancen en ellos los fantasmas del error y la exigencia, propia y ajena, que en ocasiones alcanzan niveles insospechados. ¿Dominan los artistas a sus cuerpos o son los cuerpos los que los dominan a ellos? El interrogante recorre los setenta minutos que dura esta experiencia teatral llamada `Dos bailarines desnudos'.­

Luciana Barrirero y David Gómez, los protagonistas, son verdaderos artífices de la danza de alto rendimiento. Tanto, que integran el exigente Ballet Estable del Teatro Colón. Este dato de la realidad reconfigura toda la trama porque revela que el libro, si bien no lleva su firma, tiene un indudable tinte autobiográfico.

Una voz en off los acompaña en un repaso corporizado y sin melodrama por tópicos vinculados a la profesión como la alimentación y el peso, la forma en que se iniciaron en la actividad, la competencia, la sexualidad, las asimetrías de los cuerpos y más.

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TANGIBLES­

Hay en la obra un humor bien dosificado: David es sordo de un oído y Luciana convive con un hombro dislocado, cuestiones a las que vuelven una y otra vez como un modo de descomprimir los pasajes más intensos y emotivos. Hay también secuencias de baile, pero definitivamente no es este un espectáculo de danza sino uno que habla sobre ella.

En la Sala Redonda del Centro Cultural 25 de Mayo el público se ubica en círculo y la puesta, a la que complementan proyecciones en la cúpula, se abre a 360 grados. La disposición funciona como una invitación a conectar con las historias reales de estas etoiles de carne y hueso, cercanas y tangibles.­

Los bailarines de cualquier disciplina se sentirán identificados con las historias de David y Luciana, tanto como cualquier otro que abrace una expresión artística con verdadera pasión, como lo hacen ellos.­

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Calificación: Bueno­