​Historias de emigrantes: los Echeverría

El desafío de generar confianza

En el año 2000, el consultor internacional Tomas Echeverría dejó la Argentina para buscar posibilidades de crecimiento en el exterior. Hoy su historia inspira a las nuevas generaciones de migrantes que buscan tranquilidad y seguridad.


A Tomas Echeverría la oportunidad de radicarse con su familia en Chile, a partir de una oferta de la consultora Accenture donde trabajaba, fue el primer paso para comenzar una experiencia que transformaría su vida. Así, en el 2000 con su esposa Mercedes y su hijo Santiago de un año decidió viajar al país vecino para extender su experiencia internacional.

La posterior llegada de sus hijos Juan y Felipe, todos nacidos en la Argentina, y una nueva oferta laboral para trabajar en la ciudad de Weston, a una hora al Noroeste de Miami en los Estados Unidos, terminó afianzando su carrera en el exterior. Allí obtuvo la Green Card que permitió al grupo familiar residir allá para finalmente conseguir la ciudadanía americana.

Hoy, después de tantos años de vivir lejos de la Argentina pesan en una balanza los fuertes lazos afectivos que aún mantiene con su país de origen y, simultáneamente en su memoria, surgen también los recuerdos de los desafíos que tuvo al emigrar hacia el norte. "El mayor desafío en lo laboral fue ganarse la confianza del americano. Que confíen en tus conocimientos sobre el mercado Latinoamericano, en tu trayectoria profesional, entre otros aspectos. Al poco tiempo de interactuar con ellos uno se va ganando esa confianza. Esa interacción debe ser genuina y sincera, sin `sobre venderse' o generando altas expectativas o promesas que luego uno no puede cumplir, porque ahí se pierde la confianza", destacó Echeverría en un dialogo con La Prensa sobre las dificultades que afrontó al llegar a su actual residencia.

Luego agregó que "el otro desafío más relacionado con la familia fue la inserción de los chicos en el colegio. El adaptarse al idioma fue complicado los primeros meses para ellos. Si bien ellos tenían ingles en el colegio de Argentina, no es lo mismo cuando todo el contenido y el aprendizaje es en inglés, fue un poco estresante para ellos hacer ese `curso intensivo de inglés'. A los seis meses de estar aquí ya se desenvolvían en ingles sin mayores problemas".
 
MIGRACION

Las siguientes olas migratorias han marcado la historia de la Argentina. Incertidumbre, crisis económicas y la imposibilidad de proyectar un futuro son algunas de las razones que se mencionan en el momento de emigrar. "Creo que las sociedades más desarrolladas son el resultado de pueblos con una conducta cívica más evolucionada, el país lo hacen las personas y cuanto más desarrolladas cívicamente estén las personas más desarrollado terminara siendo su país. Al hablar de desarrollo me refiero a su educación, pero también a sus valores, su sentido de comunidad y su sentido de pertenencia con esa comunidad. En este sentido, creo que hay muchos argentinos que buscan desarrollar todo su enorme potencial fuera de Argentina porque el país no le ofrece estas posibilidades de crecimiento. El sacrificio vale la pena. Hay otros que no están dispuestos a realizar ese esfuerzo y se resignan a aceptar la realidad delegando esa posibilidad de emigrar quizás para sus hijos en el futuro. Llevamos 18 años fuera de Argentina y en perspectiva uno ve al país discutiendo los mismos problemas que décadas atrás. Poco se entiende que, teniendo los mejores profesionales de la región en las empresas del sector privado, tengamos tan mala gestión en el sector público. Poco se entiende el infantilismo de una parte de la sociedad que pretende que el estado les resuelva todos sus problemas", se lamentó el consultor.

En primera persona Echeverría sabe lo difícil que es volver a empezar en otro país a desarrollar una carrera, pero aún más los lazos afectivos con la nueva tierra que se elige para vivir. "Cuando llegamos los cinco a EEUU en el 2010 vinimos con 13 valijas y una jaula con el perro. Fue un `empezar de nuevo', literalmente. La compañía me pago un hotel por 15 días hasta que conseguimos una casa para alquilar. La casa estaba sin muebles y colchones fue lo primero que compramos el día que nos la entregaron. Empezar de nuevo no es fácil. Sin embargo, creo que es clave como uno vive ese momento de transformación, eso aplica para este ejemplo como para cualquier proceso de cambio en la vida. Disfrutar cada momento, disfrutar el recorrido, `el viaje' y no solamente el llegar al objetivo o al destino final. Uno lo vive con menos ansiedad y con más alegría. De a poco la casa se fue amoblando, los chicos se adaptaron de a poco al colegio, nuevo idioma, etc. y luego de 6-8 meses ya estábamos más insertados en el día a día de la nueva ciudad donde vivimos. Todo fue un aprendizaje del cual uno termina saliendo fortalecido", remarcó el argentino.

Consultado sobre la posibilidad que se tiene para ahorrar y poder proyectarse económicamente, Echeverría fue categórico al decir que "la inflación es muy baja, lo cual permite planificar los gastos de acuerdo a los ingresos y la economía familiar se hace muy predecible. Sin embargo, la cultura americana es muy consumista y uno en cierta medida es influenciado por esa cultura, es fácil acceder a la tecnología, acceder a un auto y pagarlo en cuotas mensuales, comprarse una casa con un crédito a 30 años con muy baja tasa de interés, etcétera. En ese sentido hay que tener cuidado de no generar mucha deuda de corto/largo plazo sobre todo si el ingreso no está bien asegurado".

ALTERNATIVAS

Es inevitable realizar comparaciones entre la Argentina y los demás países del mundo. Que nuestro país es el mejor en fútbol, que tuvo a Maradona como referente o que la carne tiene el mejor sabor son algunos clásicos elogios que recibe el país. Pero en los últimos años conceptos como inseguridad, falta de infraestructura y de respeto a las instituciones termina generando una visión desfavorable del país.

Consultado sobre esta comparación entre los dos países, Echeverría dijo que: "Se trabaja durante todo el año y sólo existen 4 o 5 feriados. Sin embargo, el trabajo diario deja tiempo para hacer otras cosas fuera del horario laboral, como llevar a los chicos a practicar algún deporte o hacerlo uno mismo. Hay una mejor calidad de vida producto de una mejor infraestructura. La ciudad ofrece muchas alternativas de recreación, especialmente deportivas, que promueven el tiempo de esparcimiento fuera del horario laboral. Trasladarse en auto a todos los lugares sabiendo que estacionar no será un problema porque siempre hay espacios suficientes. Ese tipo de cosas reducen el stress diario fuera del trabajo y eso se percibe en la interacción con las personas. Se percibe ese sentido de comunidad y respeto por los demás. Lo ves en el tránsito, en la fila del supermercado, en la interacción con desconocidos. Si tuviéramos la misma agenda semanal que tenemos aquí, pero en Argentina, creo que la falta de infraestructura y el mal humor social en la interacción con los demás harían una diferencia grande en cómo se vive el día a día. Para poner un ejemplo, algo que me paso hoy en el supermercado donde fui a comprar un solo producto: Al llegar a la caja, delante mío en la fila estaba una señora mayor, de unos 75 años, que al ver que yo tenía un solo producto le dice a la cajera que me atienda a mi primero así no tenía que esperar. Ese es el sentido de comunidad y de ayudar al otro al que me refiero. En el transito se ve muy marcado también sobre todo en el cuidado y prioridad de los peatones".

VINCULOS

Pero de la mano de las mejores proyecciones profesionales y personales, dejar a tras a la familia y amigos en la Argentina siempre pesa en el corazón de un migrante. "Alejarse de la familia es un impacto grande y que va aumentando con el paso del tiempo. Los primeros años los familiares vienen a visitarte o uno se organiza las vacaciones en Argentina para estar con la familia. Con el paso de los años ya los viajes no son tan frecuentes y ese distanciamiento se siente más. De todas formas, uno está en permanente contacto con los seres queridos, amigos y hoy la tecnológica acorta mucho esas distancias", resaltó Echeverría.

En tanto, sobre las tradiciones, el profesional destacó que: "quisiera que conservaran el valor de los amigos cercanos, el valor de la familia y las reuniones familiares, la interacción social".

Por último, al ser consultado sobre lo que más extraña del país, indefectiblemente el tema de los vínculos salió espontáneamente. "Las relaciones que se construyen en EEUU son con mucha gente, pero son relaciones más bien coyunturales, no todas las veces duraderas. Hay más interacción y más relacionamiento, pero ese relacionamiento es más superficial. Los chicos todos los años cambian por completo los compañeros de colegio. Cambian también los equipos de deporte. El sistema funciona así. En Argentina, en cambio, quizás uno construye menos relaciones, pero las mismas son profundas, son más íntimas y de confianza y sinceramiento permanente. Eso es algo que se extraña de Argentina. Uno sigue manteniendo esas relaciones estrechas con los mejores amigos, que aquí en EEUU es más difícil de construir", concluyó.