Un nuevo desafío para Lorena Romanin

La dramaturga estrenó "Ana y Wiwi", su primera obra para las infancias, en el Cultural San Martín

"Haciendo esta obra me di cuenta de que hablándole a los chicos también le hablo a la parte niña de los más grandes y de mí misma. Y es una parte muy -si no la más- valiosa de todas'', dice Lorena Romanin. La reconocida directora y dramaturga de piezas como 'Todo lo posible' y 'Como si pasara un tren' acaba de estrenar su primera obra para las infancias, 'Ana y Wiwi' en el Cultural San Martín (Sarmiento 1551).

Con funciones de jueves a domingos a las 17, la historia habla de la amistad, el amor, la ternura y el vínculo con los animales.

-¿Cómo surgió 'Ana y Wiwi'?

-A partir de las ganas de hacer teatro para el público infantil empecé a estar atenta a las imágenes que aparecían y que me interesaban para construir una historia con determinados condimentos para poder interesar a los niños. Durante un viaje por la ruta, el campo me apareció como un escenario posible y hermoso, que además fue parte de mi propia infancia. Y que traía por sí mismo un mundo estético y musical que me encanta.

-¿Con qué se van a encontrar las familias que elijan ver la obra?

-Con un espectáculo sensible. Con momentos divertidos y emotivos también. Una obra estéticamente muy linda, con música en vivo de Yacaré Manso, que le da a la puesta un toque increíble. A Wiwi le da vida una de las mejores titiriteras de Buenos Aires, Daniela Fiorentino. Y contamos con las actuaciones de Luciana Grasso, Mariano Mandetta y Jorgelina Vera, tres actores muy atractivos y talentosos.

 

NIÑO INTERIOR

-¿Por qué decidió trabajar para los más chicos?

-Hace tiempo que tenía ganas de incursionar en el universo infantil. Más exactamente desde que fui mamá. También fui programadora de teatro para niños en diferentes espacios por lo que estuve conectada y consumí ese tipo de espectáculos. Haciendo esta obra me di cuenta de que hablándoles a los chicos también le hablo a la parte niña de los más grandes y de mí misma. Y es una parte muy -si no la más- valiosa de todos.

-¿Es un desafío distinto escribir una obra para chicos?

-El desafío más grande fue generar una obra con muy poquito diálogo. Esa fue una búsqueda muy diferente a mis búsquedas habituales. También trabajar con un títere; eso es completamente nuevo. Más allá de eso no hice ninguna diferencia en mi forma de trabajar o de contar una historia. Por supuesto tuve en cuenta la mirada infantil, pero sólo eso. De todos modos me da mucha ansiedad saber cómo será recibida la obra por los niños.

 

OTRA EXPRESIVIDAD

-¿Qué diferencias encontró a la hora de pensar un espectáculo para las infancias?

-Busqué un tipo de expresividad diferente en las actuaciones. Por supuesto que la historia es afín a ese mundo pero me resulta a mí misma conmovedora. También tuve en cuenta que en algunos momentos probablemente participen, comenten o cosas por el estilo.

-¿Cómo ve el teatro infantil en nuestro país? ¿Cree que se los subestima como espectadores a los más pequeños?

-Creo que las producciones más grandes, en muchas situaciones, sí. Pero también he visto cosas muy hermosas para chicos. Hay grupos que hace años hacen productos preciosos y cuidados para ellos.

-¿Cree que una vez que pase la pandemia algo se modificará en la forma de ver teatro?

-No lo sé, pero pienso que no. El teatro es el teatro. El streaming es otra cosa que no es teatro.

-¿En qué momento se encuentra la versión cinematográfica de 'Como si pasara un tren'?

-Está en etapa de preproducción. Las fechas se fueron modificando por la pandemia; pero seguimos muy entusiasmados con la película.

-¿En qué otras cosas se encuentra trabajando?

-Estoy con un par de obras en gateras. Entre ellas, 'Azul y la Navidad', que se iba a estrenar en mayo de 2020 en el teatro Picadero. Estamos esperando volver a programar ese estreno. También se acaba de editar la versión en papel de 'Como si pasara un tren' y 'Todo lo posible', por la editorial de Jorge Dubatti, Libros del Espectador. Y sigo dando clases de dramaturgia.