UN DOCUMENTAL RECREA LA PROFECIA DEL LIBRO DE SAN JUAN

Imágenes del Apocalipsis

La miniserie, que acaba de estrenar el primer capítulo de los diez que se filmarán, presenta una exquisita calidad cinematográfica. El director es Simón Delacre.

Pocas cosas pueden resultar menos extrañas hoy en día que meditar sobre la proximidad del fin de los tiempos. A esa cercanía, que era una sospecha vehemente para la Iglesia al menos hasta hace unos años, adhirieron desde san Pío X a Paul Claudel, desde Belloc y Newman a Donoso Cortés o nuestro Gustavo Martínez Zuviría. Hoy podría pensarse que cualquier persona evoca esa idea, aunque más no fuera por la peste que asuela al mundo. Ya sea porque se esté horrorizado ante el conteo de muertos o, peor aún, porque se advierta que un designio más siniestro se va consumando en medio del pánico. Pero el Apocalipsis, esa profecía que abraza todo el tiempo de la Iglesia hasta la segunda venida de Cristo, con una referencia constante a los últimos tiempos, sigue siendo en buena medida ignorado. Y no es extraño que así suceda, cuando el libro escrito por el apóstol san Juan ha sido dejado de lado entre quienes le niegan su carácter profético y quienes han visto en él apenas un poema alegórico.

Por eso la aparición de un documental que vuelve a proponer una lectura del último libro de las Sagradas Escrituras es para agradecer. Más aún porque esa lectura se presenta con una exquisita calidad cinematográfica.

El responsable de esta proeza es Simón Delacre, un director de cine de 39 años.

CLARIDAD

Delacre acaba de estrenar el capítulo I de su documental en YouTube el pasado 26 de marzo y está avanzando con los siguientes.

El Apocalipsis es un libro de difícil lectura y, como toda profecía, tiene cierta oscuridad. Incluye visiones del apóstol san Juan que aluden a la consumación de la historia, entre sucesos descomunales y una tribulación como nunca antes se vio. Sin embargo, sería un contrasentido que el mensaje sea por completo oscuro e incomprensible cuando Apocalipsis significa en griego "Revelación". Suele pasarse por alto también que su mensaje tampoco se agota en el anuncio de catástrofes, sino que su fin es el consuelo y la esperanza.

Mediante imágenes y la narración de un locutor, el documental sigue el texto bíblico y en una interpretación literal, en la senda de los primeros padres de la Iglesia y de lo que recomienda Pio XII en su encíclica Divino Afflante Spiritu. La interpretación se apoya en los escritos patrísticos, los del cardenal Louis Billot y los de san John Henry Newman, entre otros. Esa interpretación literal no desconoce sin embargo que el Apocalipsis está escrito con un lenguaje simbólico que se busca descifrar.

El primer capítulo de la serie, que ya suma medio millón de vistas desde su estreno hace un mes en https://www.elapocalipsis.org/, se titula Cartas a las 7 iglesias y nos presenta a san Juan exiliado en la isla griega de Patmos por orden del emperador Domiciano en el año 95 d.C.

Desde su destierro, san Juan escribe cartas a las siete iglesias de Asia -Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea-, que eran sufragáneas de la suya. Cada carta contiene un reconocimiento por su labor, una admonición por sus faltas y una promesa de recompensa para quienes se mantengan fieles.

Esas palabras a las siete iglesias son interpretadas aquí como alusiones a siete épocas en la historia de la Iglesia universal. Efeso sería el primer tiempo de la Iglesia; Esmirna, las persecuciones romanas; Tiatira, el esplendor de la Cristiandad en la Edad Media. Cada una, a su vez, encierra una enseñanza para el hombre de hoy.

La adaptación del texto al lenguaje cinematográfico no ha sido nada fácil, pero el resultado es soberbio. Delacre confiesa que "desde el principio sabía lo que no quería hacer: un trabajo para la persona que ya está al tanto del tema". 

"Quería un cine entretenido, de buena calidad, para que lo vea el que no es católico". Para eso trabajó con material de archivo -fotos de alta resolución de grandes obras de la pintura universal- y con filmaciones propias, para hacer el documental más ameno y atractivo.

Así, incluso a las imágenes estáticas les incorporó "una animación digital para que las figuras del cuadro cobren movimiento, y no quedara todo en enfocar la obra y acercarse con la lente. Esa animación permite ver, por ejemplo, cómo san Miguel Arcángel clava su espada al demonio", señala.

ESTRUCTURA

En cuanto a la estructura de los capítulos, comenta que es similar a lo que hizo Castellani en su libro: se mencionan dos o tres versículos y luego se explican. "No quería caer en el recurso fácil de poner los versículos en una placa negra y luego explicarlos, que para eso está el libro, así que filmamos a un actor escribiendo en la playa, en un lugar que quiere representar la isla de Patmos", apunta.

"A esa escritura que va trazando el actor le sigue la explicación narrada por un locutor, ilustrada con las pinturas animadas, las líneas de tiempo, etc. En los siguientes capítulos empezará a haber más efectos", añade. "Me gustaría filmar los cuatro caballos del Apocalipsis con actores, con un buen vestuario, un escenario apropiado", confiesa.

Delacre, casado y con dos niños pequeños, cuenta que "tenía una pequeña empresa de alquiler de juegos para cumpleaños, actividad que de un día para el otro se cortó en marzo del año pasado por la cuarentena". Entonces se dispuso a "aprovechar el tiempo que tenía disponible para encarar este viejo proyecto". Para eso vendió su empresa y lo invirtió en el documental.

El capítulo Cartas a las 7 iglesias es el primero de una serie de septenarios, al que le seguirán los siete sellos (que representan el auge y caída del cristianismo entre guerras y hambre), las siete trompetas (herejías) y las siete copas (castigos de Dios). Más adelante aparecerán el Anticristo o "Fiera del Mar" (el mar es un símbolo asociado al mundo o la política), y el Pseudoprofeta o "Fiera de la Tierra" (la tierra firme es la religión).

"La miniserie la pensé en diez capítulos -según Delacre-, con el último dedicado al sermón escatológico de Jesús". De ese total, el director cuenta que lleva escritos tres guiones. Pero admite que lograr un trabajo profesional como el que se propuso cuesta mucho esfuerzo y dinero -el primer capítulo costó 28.000 dólares, de los que solo cubrió el 30%- y que no podrá continuar si no consigue los fondos.

Sobre lo que resta filmarse, es oportuno recordar que el Apocalipsis no es una crónica lineal, sino que pertenece a otro género literario, el profético, que tiene sus propias reglas, entre ellas la recapitulación y la historicidad. Su estructura es en espiral: es decir, san Juan toma un aspecto de la historia de la Iglesia y lo desarrolla hasta la Parusía, para luego volver atrás, con el fin de iluminar otra faceta de esa historia hasta llegar otra vez a la Parusía.

MILENARISMO

Hay un elemento del Apocalipsis que suele generar discrepancias -esta vez no fue la excepción- y es el milenarismo, del que trata el capítulo XX del libro. Un asunto que en la miniserie ya fue adelantado al hablarse de la recompensa para los justos. Los milenaristas sostienen que habrá un período de paz y prosperidad para la fe en la tierra por mil años, o por una gran cantidad de años, después de la Segunda Venida de Cristo. Frente a tal idea se alzan quienes sostienen que la venida de Cristo va a ser simultánea con el Juicio Universal, sin período de prosperidad.

Delacre responde en ese sentido que se sujetó a una lectura literal, y dice que la Iglesia lo que condenó es el milenarismo carnal, algo que está explicado en el filme.

Por lo demás, la miniserie plantea que nuestro presente se correspondería con la última etapa antes de la Parusía. Un tiempo en el cual la influencia que tenía la Iglesia se va reduciendo con rapidez hasta la nada misma y en el que aparecerá el Anticristo.

Sobre esa figura del Anticristo, se ha dicho que presidirá la apostasía ya consumada, y también que será la cabeza de un imperio tan organizado, fuerte e implacable como era el Imperio Romano. San Pablo llamó al Anticristo "Anomos", hombre sin ley, hombre de pecado. Y que el obstáculo para la aparición de esta figura es el Katéjon que los santos padres asociaron con el Imperio romano. Una asociación que no deja de ser paradójica, ya que el Imperio romano, siendo perseguidor de la Iglesia, garantizó sin embargo el orden con su ejército y su cuerpo jurídico.

Ese "orden romano", la romanidad, compuesta de cuatro pilares -familia, propiedad, ejército y religión-, prosiguió hasta nuestros días, si bien es cierto que hoy asediados y tambaleantes.

Delacre no ve que haya aparecido todavía una figura como la del Anticristo ni como la del Pseudoprofeta, que otros sí ven. "Cualquier de los nombres que se mencionan se queda corto. Puede que sean anticipos de aquellas otras figuras. Cristo dice que se van a levantar muchos falsos profetas. Pero "el" falso profeta no lo veo. En el Apocalipsis se dice que al Pseudoprofeta lo obedecerá el mundo entero, que va a hacer portentos, y que le va a transmitir la autoridad al Anticristo para que todos lo sigan. Eso no lo veo".

Sin embargo, sí cree en la proximidad del fin de los tiempos, y sostiene que el mayor signo que puede verse hoy en ese sentido es la apostasía de la Iglesia.

Pero también acepta que hay signos misteriosos que se han manifestado en torno a la actual pandemia, como la consolidación de un gobierno mundial sin Jesucristo, el surgimiento de filántropos que impulsan sospechosas vacunas para salvar a la humanidad o, en general, la entronización de la ciencia. "Si -concede-. Lo del gobierno mundial o Soros ya muchos lo ven hoy con claridad. Y son signos claros del Anticristo".

"Porque el Anticristo -prosigue- va a ser alguien que va a encabezar todo este movimiento mundial. El Señor del mundo se va a aprovechar de todo este mundo globalizado. A eso apunta la cuarentena".

La Parusía puede estar más o menos próxima. Porque eso depende de dos libres albedríos, el de Dios y el de los hombres, que con su prédica y ejemplo pueden apartar ese final. Pero si se atienden a las manifestaciones de la ira de Dios -como corrupción de la cultura, tortura de la ciencia, poder político convertido en tenebroso-, o la herejía actual, una herejía total, que no niega solo la obediencia a la Iglesia sino hasta la razón, y que engendra un hombre débil que acepta todo lo que le dicen los diarios, la realidad actual parece reflejada.

En cualquier caso, Delacre ofrece en su documental una guía tradicional y segura para entender el Apocalipsis. Y dice que se decidió a filmarlo porque está convencido de que la explicación que allí recoge "nos da la llave para interpretar el tiempo que vivimos". Claro que, como destaca en la apertura del primer capítulo, nada de lo que se dice en el filme pretende ser dogma, salvo que Cristo vuelve.