Gastón Pauls: "Cuando uno consume fuerte, tarde o temprano coquetea con la muerte''

El actor regresa a la televisión como conductor de "Seres libres", un programa sobre las adicciones.

Alejado del papel de galán con el que lo vimos saltar a la fama hace más de 25 años, cuando era uno de los protagonistas de 'Montaña rusa', Gastón Pauls vuelve a la televisión con un programa con el que busca generar conciencia sobre las adicciones. "Es de alguna manera mi mensaje después de muchos años de consumo, el mío y el de mucha otra gente que ha consumido'', dice Pauls del otro lado del teléfono.

'Seres libres', el ciclo que desde mañana a las 22 podrá verse por la pantalla de Crónica TV, contará cada semana con el testimonio de diferentes figuras del ambiente artístico quienes relatarán en primera persona sus experiencias. Fabiana Cantilo, Juanse, Andrea Rincón, Toti Ciliberto, Rodrigo Tapari, Andy Chango y El Mono de Kapanga son algunos de los invitados al ciclo, que también mostrará informes en exteriores con adictos en recuperación. No sólo pondrá el foco en adictos a las drogas sino también en adictos al juego, al sexo y a las pastillas.

-¿Con qué se va a encontrar la gente cuando vea 'Seres libres'?

-Es un mensaje de que se puede salir, de la muerte, del encierro, de la oscuridad, y que otra vida es posible. Es intentar poner al servicio de otros el dolor que padeció uno. No siempre es posible transferir el dolor o compartirlo, pero por lo menos que cierta gente pueda escuchar lo que ocurre con el consumo, los lugares a los que te lleva, los lugares que te perdés conocer; el programa es eso. Yo hace trece años que estoy en recuperación así que me parece interesante que los medios de comunicación puedan tener un espacio así, de debate real y lejos de las caretas de lo que el consumo es.

HACERSE CARGO

-¿Cómo cree que lo va a recibir el público y hasta qué punto no se mezcla con algo de morbo?

-A todos los que hemos estado ahí, en el consumo, al borde la muerte viendo el infierno y todos los demonios posibles, lo que menos nos interesa es el morbo porque nosotros estuvimos ahí y ahí no hay morbo, hay muerte. Quizás a muchos les parecerá morboso escuchar a un famoso o a cualquier persona no famosa contar sus experiencias. A aquellos que les parezca morboso, seguramente es porque tienen alguna relación con el consumo, necesitan consumir morbo. A mí lo único que me interesa ahora es consumir vida y desde ese lugar está hecho el programa, y también desde ese lugar las personas conocidas y no conocidas públicamente están contando su experiencia. Ojalá los medios de comunicación puedan hacerse cargo y ser responsables con esto, porque en muchos casos no es un morbo del televidente el que genera cierto ruido sino que es el morbo de los productores, de los que dirigen los canales y de los conductores. Ojalá en este caso se genere una campaña para concientizar porque muchas veces el que está colaborando con el morbo no está lejos de que le toque a él o a cualquier persona cercana.

-El que usted lo haya pensando y lo conduzca, ¿cree que ayuda a que ese morbo no esté ya que puede comprender al que está hablando?

-Bueno, claro. Es algo que a mí me pasa todo el tiempo. Cuando cualquiera de los entrevistados me está contando algo, yo sé que hay un lugar donde si pincho tenemos lágrimas y sangre por una semana en los medios. Pero yo no quiero llegar al llanto, quiero llegar a la liberación. A veces el llanto libera, pero lo que digo sólo libera si hay un objetivo posterior, que es de verdad pasar el mensaje. No nos podemos detener en el morbo porque perdemos tiempo.

ETAPA OSCURA

-¿Cómo logró que figuras conocidas accedieran a hablar compartiendo sus experiencias?

-Proponiéndoselos. En algunos casos fue mucho más fácil de lo que creía. Sabía que como es un programa que nunca se hizo de esta manera podía llegar a generar cierto miedo; lo que pasa es que ellos saben que yo soy uno más de los que ha estado en ese infierno, entonces creo que vieron desde dónde iba a ser hecho el programa. No fue tan difícil. Los que fui llamando inmediatamente dijeron que sí.

-¿Cuál fue el momento más difícil de esa "etapa oscura'', como usted la llama?

-La cercanía de la muerte. Uno cuando consume, y consume fuerte, tarde o temprano coquetea con la muerte. Yo lo sentí varias veces. Ni siquiera es una muerte placentera, es una muerte horrorosa a la que uno se acerca. Creo que eso y la soledad, el desamparo y la angustia crean un combo fatal. Gracias a Dios no es hoy mi presente, pero lo recuerdo y lo tengo presente para no volver ahí.

-¿Cómo se sale?

-Primero, reconociendo el problema, que es lo más difícil de todo porque es una enfermedad de ceguera y de negación. Vos sabés que estás en problemas pero creés que lo podés manejar. El primer paso es darse cuenta de que uno no es libre, el segundo es llegar a creer que algo te puede ayudar y el tercero es pedir ayuda. Son tres pasos fundamentales. En mi caso los cumplí: tuve que darme cuenta, aceptar mi derrota y pedir ayuda, y la ayuda vino.

-¿Quién lo ayudó en ese momento?

-Primero Dios y después Agustina (Cherri), que era mi pareja en ese momento, y los profesionales y los grupos. Voy a grupos anónimos de recuperación de adictos a los narcóticos.

-¿Cómo vivió su entorno su enfermedad?

-Con dolor, con preocupación, pero también con valentía. Me acompañaron en el proceso de recuperación, que es el que más me interesa hoy recordar, de qué manera hice los pasos para llegar a estar donde estoy hoy. Con muchísimo trabajo y dificultad, pero también con mucha fe y compañía. No me sentía solo.