VISTO Y OÍDO

Con “K” de Kristalina

Es peronismo es una inagotable caja de sorpresas ideológicas. La última estuvo a cargo de Alberto Fernández que el viernes confesó que él y Kristalina Georgieva, titular del FMI, tienen la misma visión del mundo. O el PJ y la izquierda han vivido equivocados execrando al organismo durante décadas o allí pasó algo raro. ¿Qué? Que el gobierno necesita un acuerdo con el Fondo para cerrar la negociación con el Club de París por más de 3 mil millones de dólares que vence en mayo y quiere que la entidad le apruebe un acuerdo “stand by” en lugar de uno mucho más exigente de facilidades extendidas.

“Waiver electoral”

Lo que pretende Fernández es una suerte de “waiver” electoral; que el Fondo dé el visto bueno a la situación argentina sin exigir (al menos públicamente) un superajuste. Le pide al organismo lo mismo que le reprochó haberle otorgado a Mauricio Macri para que ganara las elecciones. Pero en ese sentido parece oportuno recordar que el gobierno anterior consiguió un préstamo de más de 40 mil millones de dólares a cambio de un ajuste fiscal que le costó la derrota en las urnas. Y también que Fernández ya le hizo un ajuste a los jubilados que llegando a las urnas se va a sentir en toda su crudeza.

Homenaje a Cristina

Martín Guzmán aprendió rápido el arte de la declaración política. Dijo el jueves que consideraba “aceptable” un acuerdo con el FMI en mayo como si él tuviera la última palabra. Opinó además que el firmado por Macri hace dos años era de “baja calidad” porque ajustaba el gasto. El va a firmar al parecer uno de alta calidad, sin ajuste. Este despliegue retórico es un homenaje a Cristina Kirchner que no quiere un acuerdo que le haga perder las elecciones como le ocurrió a Macri. Y no va a permitir que lo apruebe el Congreso por lo que el presidente y su ministro simplemente se curan en salud.

Sordos ruidos

Llamó la atención entre consultores políticos la encuesta de una consultora cercana al kirchnerismo Analogías con resultados adversos al presidente Fernández. En materia económica detectó: “Las expectativas económicas se siguen deteriorando aceleradamente con énfasis desde el mes de noviembre. El “pesimismo relativo” pasó de un entorno del 50%, que persistía desde junio, a un 60% aproximadamente en este monitor del mes de enero. Respecto al sesgo de la política económica, sólo un 20% observa un carácter expansivo, luego un 50% cree que es “de ajuste” y un 30% no puede opinar”.