LOS 30 AÑOS DEL BFN

Un pedido que no es capricho

"Nos está faltando que el Ballet Folklórico Nacional lleve el nombre de Santiago Ayala 'el Chúcaro'. Fue gracias a él y a su generosidad de haber entregado toda su obra, que hoy existe. Todas sus creaciones, sus muchos años de trabajo, el Maestro los donó a la Nación'', le contaba el bailarín y coreógrafo Hugo Jiménez a La Prensa en septiembre pasado. Discípulo dilecto del Maestro, el fundador del Ballet Salta aclaraba además que "no se trata de un capricho, es algo que ocurre en todo el mundo. El Ballet Nacional de México lleva el nombre de su creadora, Amalia Hernández; el de Rusia se llama Igor Moiséyev. El Chúcaro merece también ese gesto hacia él''.

Consultado hace pocos días, Juan Cruz Guillén, estrecho colaborador y biógrafo de Ayala, afirmó que por un proyecto de ley promovido por la ex diputada Dulce Granados, que fuera aprobado, la compañía debería llevar el nombre del célebre bailarín cordobés. Y agregó incluso que desde las filas del Ballet se impulsó hace unos años la idea de agregar también a Norma Viola a la denominación oficial. "Nunca se cumplió'', admitió Guillén. "Los chicos de ahora no son los del grupo fundador. No conocieron al Maestro y a Norma, no escucharon nunca sus felicitaciones ni sus gritos, y uno no puede querer lo que no conoce'', arriesgó.

Desde la oficina de prensa de la Dirección Nacional de Organismos Estables, dependiente del Ministerio de Cultura, aclararon que no existen registros oficiales de un eventual cambio de nombre. Mariano Luraschi, actual subdirector a cargo, sentó también su posición al respecto: "Tengo entendido que se votó pero el tema quedó en la nada porque la idea es abrir el Ballet y no que el nombre que lleve lo limite. Como Ballet Nacional, y esta es mi opinión personal, creo que debe reflejar las distintas corrientes que existen dentro de la danza folklórica. Así como en su momento los referentes fueron 'el Chúcaro' y Norma, y lo van a seguir siendo, quizás más adelante, en otros treinta años aparezcan otros bailarines que lleguen a hacer las mismas cosas y se los estaría dejando de lado''.