Encuentros, culpa y deseo en "Rosita", de Verónica Chen

Un sensible relato familiar

"Rosita" (Argentina, 2019). Dirección y guion: Verónica Chen. Fotografía: Gustavo Biazzi. Edición y montaje: Delfina Castagnino. Arte: Augusto Latorraca. Música: Juan Sorrentino. Actores: Sofía Brito, Marcos Montes, Dulce Wagner, Javier Drolas, Mariana Chaud, Luciano Cáceres, Noemí Frenkel y otros. Duración: 96 minutos. Clasificación: apta para mayores de 13 años.


Lola es una mujer joven. Parece que su última pareja puede tener futuro. Ahora llega a la casa, después de pasar por el pequeño salón de belleza donde trabaja. Dos chicos juegan con la Play. Son sus hijos, Gus y Alejo. Pero Rosita no está. Dicen que se fue con el abuelo al outlet. Rosita es la nena más chica. Las horas que pasan, el celular olvidado del abuelo y el televisor encendido, la terminan de descontrolar.
La imagen en la pantalla muestra la planta de residuos donde se encontró el cadáver de una nena que sufrió un abuso. La ida a la comisaría para denunciar la desaparición enfrenta a Lola con sus miedos. Su padre tiene un prontuario y esas fotos en la comisaría que también hablan de abusos a chicos en una familia ensamblada la remiten a su propia historia, el abandono del padre que se repite con el abandono de los padres de cada uno de sus chicos. Porque ella está sola. Sin el padre de Gus, pero tampoco el padre de Alejo, ni el padre de Rosita.
La vida repite la historia. Coincidencia o karma. Sólo lo saben las viejas piedras calientes que coloca en la espalda de los clientes. Pero Rosita va a volver con el abuelo y la historia da un giro en espiral y vuelve al pasado.

DRAMA PSICOLOGICO
El inicio policial deriva en un drama psicológico que enfrenta a una mujer sola frente a la responsabilidad de tres hijos. Pero también a una mujer sola y un padre que eligió el camino que lo separó de la familia y le hizo conocer la cárcel. Espacio contemporáneo donde conviven la culpa y el deseo, la incomunicación y la desconfianza, los baches de una educación y los resquemores sociales que impiden confesar las propias limitaciones.

"Rosita" es un relato que marca, a la vez, un fuerte enfrentamiento y un sólido diálogo entre padres e hijos. Dos momentos de la historia lo señalan, la protesta de los chicos que en la casa del abuelo reniegan del tipo de hogar que les puede dar la madre circunstancialmente, y la confesión de un padre en que conviven la violencia, la culpa y un sentimiento de familia que el tiempo puede llegar a consolidar.
Sofía Brito, en el papel de Lola, y Marcos Montes, en un difícil trabajo de composición, destacan en un elenco homogéneo. La directora Verónica Chen ("Vagón fumador", "Mujer conejo"), siempre sorprende con la creatividad que acompaña la elección de sus contenidos.
Fotografía, locaciones marinas y escenas tan inesperadas como auténticas (el borracho del andén) dan solidez a un sensible filme argentino.

Calificación: Muy buena