La mejor metáfora de nuestra casta política es "El almohadón de plumas"

Cualquiera que prometa generar empleo y no piense eliminar los impuestos al trabajo, miente.

Hace unos días un amigo me recordó un cuento de Horacio Quiroga, El almohadón de plumas, que debo de haber leído al menos tres veces. La primera en la escuela primaria. La mejor metáfora que existe de nuestra clase política.

Los argentinos necesitamos trabajar. Nada hay más importante que tener empleo. El empleo dignifica, da seguridad, horarios e ingresos estables, pertenencia, posibilidades de progreso material, arraigo.

Hace ocho años que la Argentina no produce empleo privado. El empleo privado decrece, decrece, decrece.

Una de las soluciones que se les ocurrieron a los gobernantes, tanto a Fernández como a Macri, es aumentar el empleo público, como compensatorio. Eso es esconder el problema en lugar de solucionarlo. 

¿Por qué decrece el empleo? Porque los comercios, empresas industriales, transportistas y explotaciones agropecuarias no aumentan su actividad. Si hay algún crecimiento puntual (petróleo) es compensado por la caída brutal de otras ramas económicas.

SIN RENTABILIDAD

La actividad económica decrece porque no tiene rentabilidad. Eso inhibe al empresario de invertir, ya que no tiene expectativas de recuperar su inversión. Eventualmente elige mantener el status quo, una especie de quedarse en modo supervivencia. Hubo una expectativa subjetiva al inicio del mandato de Macri que se vio rápidamente apagada por el desmanejo gubernamental en todos los órdenes: monetario, fiscal y de relaciones exteriores.

Tanto en el gobierno de Fernández como en el de Macri sólo prosperan aquellas actividades protegidas por el poder: el Club de la Obra Pública, las petroleras, las mineras, en particular las auríferas, las empresas de servicios públicos (luz, gas), las transportistas. El resto del país, a caminar por el desierto del disfavor gubernamental.

Esta fórmula -sólo ganan los amigos del poder y para el resto ni el saludo- es la fórmula para el fracaso colectivo. 

Tanto Fernández como Macri intentaron engañar a la suerte, hacerle trampa a la realidad, jugar con naipes marcados: emitieron, prestaron dinero ajeno (Anses, BNA) a tasas negativas, retrasaron/retrasan artificialmente el dólar, forzaron obra pública, incrementaron el empleo público.

Ninguno de los dos ataca los problemas por los cuales la Argentina no genera empleo privado. 

Las empresas no generan trabajo porque no ganan dinero, entonces no tienen incentivo a tomar personal. Para que las empresas demanden trabajo requieren tener resultados económicos positivos, que hoy no tienen. Para ello necesitan: que se reduzcan y eliminen impuestos. También que se eliminen los adelantos impositivos; en el actual contexto de tasas de interés al 70%, que el Estado pida adelanto de impuestos mientras toma dinero de los bancos con las Leliq es criminal. Es una injusta y brutal transferencia de dinero desde las empresas (adelantos impositivos) a los bancos (intereses de Leliq). Los adelantos de impuestos son inconstitucionales y deben terminar. 

Y por último hay que eliminar todo impuesto al trabajo. Cualquiera que hable de generar empleo y no proponga eliminar los impuestos al trabajo, miente. Juega, también, con naipes marcados.

LA MAYOR ESTAFA

Los impuestos al trabajo son la mayor estafa que inventó la casta política a quienes hacen que todo sea posible: los trabajadores. Crearon un peaje entre el bolsillo del patrón y el bolsillo del trabajador. De cada cien pesos que sale de la cuenta bancaria de la empresa para pagarle a quien trabaja, a la caja de ahorro del empleado llegan sesenta y seis pesos. Un poco más, un poco menos, según la rama de actividad.

En un acto de inequidad, soberbia e impunidad, inventaron el impuesto a las ganancias, que no es impuesto a las ganancias sino a los ingresos. Un impuesto que en un principio era para altos directivos de grandes empresas, se democratizó hasta alcanzar a un señor que recoge la basura. Cientos de miles de personas. El procedimiento es cobarde y artero. Los políticos son responsables de la inflación, pero no actualizan el rango por el cual un trabajador no debe pagar este impuesto.

Los políticos son responsables de la inflación y además cobran impuesto a la inflación. Abusan del más vulnerable: quien trabaja.

La desprotección de los trabajadores es total. Ningún fiscal, ningún defensor del pueblo a pesar de ellos ganar más de $ 100.000 mensuales, pidió la actualización por inflación de los parámetros de cálculo de impuestos. No lo hacen ni lo van a hacer porque pertenecen a la misma casta que vive de los que trabajan. Les hago fácil la cuenta. El mínimo no imponible tiene que ser el vigente en el año 2000 multiplicado por 45. à 46. à 47. Según el día.

Al trabajador la casta política lo desviste de sus ingresos (recuerden, a la cuenta del trabajador sólo llegan dos tercios de su salario), no contentos con eso le ponen un impuesto que sólo deberían pagar los empresarios. El impuesto a las ganancias es para quienes ganan, esto es, sólo para empresarios. Los trabajadores no ganan, intercambian esfuerzo por dinero; un sueldo no es ganancia. 

OTROS ABUSOS

Los abusos no terminan aquí. Con el dinero que finalmente le llega a su bolsillo luego de perder un tercio en el camino desde la cuenta del empleador y luego de pagar ganancias, va al almacén. Allí, todo lo que compre es mitad comida, mitad impuestos. Cuando pague la luz, mitad luz, mitad impuesto. Y así con todo consumo. Tres categorías de exacciones: a) atraco entre la cuenta del empleador y la suya, b) impuesto mal llamado a las ganancias, c) el 50% de impuesto embebido en todos los productos que compra.

¿Cuánto pretende la casta política sacar de un pobre trabajador? Por eso el dinero no alcanza, por eso no puede comprarse una casa, por eso no puede ahorrar para la vejez. Le quitan su dinero de las manos.

Pero también es así para las empresas, por eso no tienen resto para generar empleo.

Actualmente cada vez que una empresa vende un producto, 50% del precio va a los costos del producto, ganancias incluidas, y el otro 50% va a pagar impuestos, muchos de ellos escondidos a la percepción de las personas (impuestos incluidos en los costos de materias primas, servicios y salarios).

PROPUESTAS

Propongo, concretamente:

* Eliminación de impuesto al cheque, a los sellos y a los ingresos brutos.

eliminación del IVA para combustibles, alimentos y forraje.

* Eliminación de los impuestos internos al combustible.

* Eliminación de todo impuesto municipal, provincial o nacional sobre los servicios públicos.

* Eliminación de todo adelanto, percepción, retención impositiva.
reducción del IVA para el resto de los productos al 10%.

Por lo que quitar impuestos a los alimentos, servicios públicos, combustibles duplicará el salario real de todos los trabajadores.

Es la única manera que veo que las empresas puedan recuperar el aliento y comenzar a generar empleo. La falta de empleo es un círculo de pobreza, retraso, caída de la economía. Le quitan dinero a los trabajadores, estos tienen menos dinero para comprar cosas, las empresas venden menos y pierden dinero, no toman más personal o lo despiden.

MAS PODER DE COMPRA

Para recuperar el poder de compra de los trabajadores propongo que eliminen todos impuestos de la casta política a los trabajadores. Al eliminar estos impuestos se activará el poder de compra de los asalariados -y de los jubilados y pensionados- y pondrá en marcha la economía.

* Eliminar el impuesto a las ganancias a los asalariados y jubilados (como es hoy para el poder judicial y para el ministerio público fiscal), 
eliminar todas las retenciones laborales excepto un 10% para el Anses y la cuota sindical, 

* Eliminar todas las contribuciones laborales excepto el pago de ART.
Esto aumentará el salario real de los trabajadores, que aunado a la caída del precio de los alimentos y servicios producirá un efecto real de riqueza sobre los salarios.

Estas medidas reactivarán la economía y nos permitirán salir de este pozo sin fin al que nos someten Fernández y Macri, verdaderos socios.