Una nueva Conquista del Desierto

CON EL DESAROLLO DE LA DIAGONAL ARIDA PODRIA DUPLICARSE O TRIPLICARSE EL PBI

La mayor superficie continental del país es desierto o secano. Se denomina Diagonal Arida. Si trazamos una línea imaginaria desde Jujuy a Bahía Blanca, todo lo que queda al sudoeste de esa línea son tierras con bajas precipitaciones, con la excepción de la selva fría de la cordillera patagónica (Bariloche).

El desierto incluye toda la zona cordillerana, Cuyo, la meseta patagónica, el oeste de las provincias centrales y el oeste de Formosa y Chaco.

Son áreas que para poder ser productivas agrícolamente requieren de riego. No es necesario eliminar bosques nativos para aumentar el área productiva, hay que regar tierras, en su mayor parte vírgenes.

La agricultura que se lleva a cabo en esas zonas se denomina de oasis, esto es, que toman el agua de otras fuentes distintas a la lluvia, ya sea desvío de ríos de deshielo o de pozos (napas y ríos subterráneos).

Existen numerosas ventajas de esta agricultura. Una de ellas, es que permiten cultivos o ganadería de alto valor unitario. Por ejemplo, en Río Negro, cultivan azafrán. Hay nuevas experimentaciones con alfalfa. La calidad de la alfalfa de nuestro país es superlativa, con más de 20% de proteína y exportable a precios diferenciados.

Por nuestra diversidad de altitudes y temperaturas, las posibilidades de cultivos y cuidado de animales es casi ilimitado.

Tenemos todo un nuevo país ante nosotros que podría duplicar o triplicar el PBI actual. Es cuestión de imaginarlo. Y llevarlo a cabo.

Es una parte de nuestra Argentina con baja densidad de población, con carencias en infraestructura para la producción (líneas de FFCC abandonadas, carreteras en mal estado, ausencia de puentes que obligan a largos rodeos, inexistencia de internet y provisión de electricidad cara y defectuosa, ausencia de red de gas natural) y de infraestructura para la vida humana: viviendas, escuelas, hospitales. 

Es una región rica, que produce energía eléctrica que es consumida en otras partes del país, con grandes carencias de agua para riego, para animales y para consumo humano, agua que muchas veces corre hasta el mar sin utilización. Los caudalosos ríos patagónicos son una clara muestra de ello.

COLONIZAR

Actualmente son tierras con bajo valor inmobiliario excepto aquellas que tengan derecho al agua. El riego es costoso, no sólo en la instalación de maquinarias u obra civil sino en su mantenimiento y consumo de energía eléctrica o combustible. Es un gasto diario, un insumo de las cosechas, ausente de la ecuación económica agropecuaria de la pampa húmeda, que toma su agua de las precipitaciones.

En mi nota del 8 de julio en este Suplemento argumentaba por qué necesitamos distribuir la población por todo el territorio nacional. Enuncié dos estrategias de colonización y redistribución de la población dentro del territorio: 1. Segunda Conquista del Desierto y 2. Relocalización de organismos del Estado en el interior (excepto Ministerios).

RIEGO

Se necesita llevar riego a todo el país de tal forma de incorporar esas tierras desérticas a la silvicultura, agricultura y ganadería y para ser habitables por el hombre. La fuente de riego dependerá de cada zona, ya sea canalización de cursos de agua o pozos. Sea lo que sea es una obra civil fenomenal, que debe implicar la administración del agua de deshielo de tal forma que no se desperdicie e impedir que el agua dulce llegue al mar, la creación de reservorios y el bombeo de agua desde las zonas bajas (la pampa húmeda) a las altas, lo que también contribuirá a evitar las periódicas inundaciones. El otro recurso es el agua subterránea, lo que también nos permitirá controlar las napas. Este proyecto requiere inteligencia, capital y mano de obra. Es una de las herramientas política para estimular a la población que actualmente vive en los conurbanos a asentarse en el resto del país. Es extremadamente estúpido cubrir con cemento las tierras más fértiles del mundo.

INFRAESTRUCTURA

Volver productivas las áreas desiertas requiere de FFCC (en principio rehabilitar los que existen), puertos para barcazas, y carreteras. Al atraer más población, se requerirán viviendas, escuelas, hospitales, comisarías y registros civiles para que la gente se case y anote los nacimientos, harán falta comercios, teatros, bares, galpones, silos, clubes deportivos, tendido de internet, de energía. Todo eso requiere mano de obra para edificarlo, mantenerlo y atenderlo. El objetivo es despoblar las grandes urbes, ocupar el territorio y darle una mejor calidad de vida a personas que hoy están hacinadas, sobrepasadas por la delincuencia común, con pésimo servicio médico y educativo para sus hijos. Debemos desarmar la bomba política que es el conurbano.

FORESTACION

Proceder a convertir al menos un 10% de la extensión en bosques. Plantar de tres tipos: con especies nativas, de frutas secas (nogales, almendros, castaños) y de maderas nobles (cedros, robles) que constituirán una riqueza invalorable para las futuras generaciones, dentro de cien años, cuando éstas maderas sean escasas en todo el mundo.

Actualmente el Banco Mundial dispone de un multimillonario presupuesto (28 mil millones de dólares), a ser desembolsado en varios años, para luchar contra el calentamiento global. Uno de los objetivos es la forestación. Nosotros podemos ofrecer recomponer parcialmente la pérdida de biomasa que representa la tala del Amazonas en el subcontinente, lo que puede ser un plan atractivo para la ONU. Además que un aumento de la superficie de bosques aumentará la humedad general de nuestro territorio.

Las estrategias pueden ser varias según la tenencia de la tierra. Ofrecerle a los propietarios contratos de plantación y mantenimiento a cambio de recompensa monetaria (como ocurre actualmente con la servidumbre de la explotación petrolera) o arrendar esos campos para que otra persona lo haga o hacer acuerdos de aparcería sobre el rédito de la venta de madera dentro de algunas décadas, u ofrecerle comprarle la tierra, o trasladarle al propietario el contrato con el Banco Mundial. Existen infinidad de alternativas. 

Facilitar el acceso a la tierra mediante créditos. Actualmente la totalidad de los créditos hipotecarios de los bancos públicos se destinan a la compra de propiedades urbanas, lo que sube los precios de la mismas, esto es, provoca una espiral por lo que se convierten, involuntariamente, en parte del problema. La silvicultura en semejante extensión requerira ingente mano de obra.

CULTIVOS DE SECANO

Por lo general no sólo son demandantes de mano de obra (intensivos) sino que tiene altos precios unitarios, desde hierbas finas, frutas finas, frutales, alfalfa, quinoa, vides, olivares, otros casos muy particulares, como el azafrán ya mencionado, criar animales para lanas finas, como el mohair, la explotación integral de la cabra, para carne, cuero, lana, leche y quesos, lo que se puede acompañar con el procesamiento in situ. Además con grandes posibilidades de exportación.

EN ORIGEN

Actualmente, con la excepción del vino y sólo porque una ley lo prohíbe, por lo general las materias primas se elaboran en el gran Buenos Aires. Para hacer repasadores de algodón, se traslada el algodón en bruto hasta, por ejemplo, el municipio de San Martín, donde se lava, se hila, se teje y confecciona. Eso quiere decir que se transporta tierra y desperdicio, lo que luego será la merma, en lugar de transportar repasadores desde el interior de la provincia del Chaco hasta algún depósito en el conurbano para su distribución comercial. ƒsa manera de pensar la Argentina es la que debe cambiar. No sólo el transporte es arbitrariamente caro hoy: transportamos merma. Es ilógico. 

La elaboración en origen tiene varias ventajas: una que requiere mano de obra en las provincias y no en el Conurbano por lo que traslada la demanda, la segunda es que se consume energía en origen. Actualmente se traslada la energía de El Chocón hasta el Gran Buenos Aires, con el consiguiente desperdicio durante el transporte por las líneas de alta tensión. La energía del futuro será diferente, será nodal.

El plan de repoblamiento de la Argentina se complementa con el traslado de oficinas públicas, la consiguiente mudanza de funcionarios, y una concepción diferente de la generación y consumo de energía eléctrica.

Busquemos una Argentina federal, porque de ello depende nuestro bienestar futuro.