Filosofía para chicos

RAZON Y FE

¿Por qué los niños deben aprender filosofía? Es una pregunta que da por hecho que los niños deben adquirir cierta formación acerca de la madre de todas las ciencias. Simplemente porque saber filosofía significa entender la propia esencia del ser humano, su ubicación en el universo y otorga ciertas herramientas para poder descubrir la verdad y lograr alcanzar la felicidad sobre este mundo.

Si a un niño de primaria, hoy en día con una maduración cada vez mayor, se le enseña ciertas nociones básicas de la filosofía es muy posible que ayude a formarlo a partir de firmes bases para el resto de su vida, aunque nunca más vuelva a leer sobre el tema. ¿Acaso un ciudadano que tuvo la posibilidad de realizar solo la primaria se olvida durante el resto de su vida de sumar, restar, dividir o escribir?.

Días pasados en una muy interesante nota publicada por el diario El Mundo de Madrid, su autora Irene Hdez. Velasco, reflexionaba acerca de este tema.

"Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres", decía Pitágoras hace más de 2.500 años, recuerda y cuestiona que la Filosofía, la disciplina que precisamente enseña a pensar, a cuestionar, a sacar conclusiones, a aplicar respuestas críticas a los problemas cotidianos y, en definitiva, a vivir de forma reflexiva se encuentra cada vez más arrinconada en los planes de estudio y negada para los chicos.

Los más pequeños no sólo pueden filosofar, sino que en opinión de numerosos expertos deben hacerlo y tienen que hacerlo.

Al respecto, recuerda a Matthew Lipman (1926-2010), un filósofo y educador estadounidense considerado como uno de los grandes propulsores de las ventajas que la Filosofía puede aportar a los más pequeños y al bien común.

El pedagogo estadounidense concluyó que debía ser en el colegio donde se aprendiera a pensar, a preguntarse sobre cuestiones filosóficas y a formar juicios razonables. Si no, sería demasiado tarde.
"Ese convencimiento -desarrolla Velasco- le llevó primero a crear unos cuentos filosóficos para niños de 11 y 12 años cuyo objetivo era enseñarles a ser críticos, estimularles a hacerse preguntas y a tratar de respondérselas".

Tras estudiar durante un año el efecto de esas lecturas en los alumnos, Lipman 
concluyó que los beneficios de filosofar se veían reflejados en todas las áreas del conocimiento. Y en sus propias palabras: "la Filosofía es por excelencia la disciplina que plantea las preguntas genéricas que pueden servirnos de introducción a otras disciplinas y prepararnos para pensar en las demás disciplinas".

En definitiva lo concreto estaría en conectar aquella curiosidad que poseen naturalmente los chicos con las grandes preguntas de la filosofía como ¿de dónde venimos? ¿hacia donde vamos? ¿qué pasa después de la muerte? ¿Existe Dios? ¿Venimos de los primates? ¿qué es el bien? ¿qué es el mal?, etc, etc, etc.

Si bien los cuentos, los juegos (ya existen algunos para celulares o plays) y el arte podrían ser los elementos para acercar la filosofía a los niños, sería aún más importante incorporar la materia filosofía en las escuelas primarias.