A 115 años de la Doctrina Drago, hoy reconocida a nivel mundial
El gobierno de Julio Argentino Roca, con su canciller Luis María Drago, impuso en el mundo el principio de la no intervención militar para el cobro de las deudas contraídas con la banca internacional.
El 29 de diciembre de 1902, 115 años atrás, el gobierno argentino encabezado por el presidente Julio Argentino Roca y con Luis María Drago como ministro de Relaciones Exteriores, notificó al de los Estados Unidos de América, presidido por Theodore Roosevelt, su rechazo a la invasión conjunta a Venezuela del entonces Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, Alemania e Italia para cobrar militarmente las deudas que mantenía con ellos el país sudamericano.
A partir de la década de 1820 el conjunto de América Latina había alcanzado un notable nivel de endeudamiento con la banca internacional, que llegó al 47,6% del total del pasivo mundial. A la cabeza del mismo quedó la Gran Colombia con 6,75 millones de libras esterlinas.
Gran Colombia se fue fraccionando en los actuales Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela, que heredaron partes de esa cifra que, con el devenir del tiempo, se fue incrementando.
El 19 de diciembre de 1901 el banquero Manuel Antonio Matos -liderando un grupo de caudillos lugareños y con el apoyo de grandes empresas como la Compañía Francesa de Cables Telegráficos, la Orinoco Steamship Company y la New York & Bermúdez Company, entre otras- inició una guerra civil para derrocar al presidente Cipriano Castro, lo cual devino en una grave crisis financiera que llevó al jefe de Estado venezolano a declarar la suspensión de los pagos de la deuda externa.
PRESIONES
Los acreedores perjudicados por la decisión del presidente Castro presionaron a sus respectivos gobiernos y así las flotas de los tres estados europeos mencionados, en forma conjunta, bombardearon los puertos de La Guayra y Maracaibo, hundieron los barcos venezolanos anclados en ellos, bloquearon Puerto Cabello, asaltaron las aduanas y se apoderaron de todo lo allí existente.
Mientras, acreedores de otros países se sumaron a los reclamos de pago. La sublevación inicial de Matos, a la que se sumaron otros dando a la misma la denominación de "Revolución Libertadora", había recibido el aporte de 150.000 dólares estadounidenses de la época, unos diez millones actuales.
Pese a ello y a la superioridad militar de los alzados, Castro pudo derrotarlos y entonces los acreedores, comenzando por el banco alemán Disconto Gesellschaft, apelaron a sus gobiernos y lograron concretar la operación militar el 9 de diciembre de 1902.
El gobierno estadounidense justificó originalmente la acción de los europeos mediante lo que se conoce como "Corolario Roosevelt", solo opuesto a las anexiones de territorios pero contrario al principio de la "Doctrina Monroe" (América para los americanos) elaborada por el presidente John Quincy Adams para frenar el avance ruso desde Alaska y quien, mediante su política proteccionista mediante la Ley de Aduanas de 1828, dio un gran impulso a la industria estadounidense.
DOCTRINA
De hecho, esa postura de Roosevelt también se contradecía en algo con la "deuda odiosa", la norma que el presidente de ese país -William MacKinley- había impuesto al gobierno de España el 10 de diciembre de 1898 en el "Tratado de París", cuando tras la derrota de este país en la guerra de la independencia cubana -que también implicara el control estadounidense de Puerto Rico y Filipinas desde Madrid- se pretendió que ellos se hicieran cargo de sus pasivos.
No ocurrió, y España debió hacerse cargo. Frente al "Corolario Roosevelt", el ministro argentino Drago, del Partido Autonomista Nacional, apoyado por Roca y el ex presidente Carlos Enrique Pellegrini entre otros, elaboró un dictamen por el cual las deudas no podían cobrarse militarmente, la "Doctrina Drago".
El documento se envió al embajador argentino en los Estados Unidos, Martín García Merou, y en tal sentido reclamó al gobierno de ese país que utilizando su "influencia política, se pusiera fin a la agresión contra Venezuela por tres países extra continentales".
Drago puntualizó que "los capitalistas que otorgan dinero en préstamo a las naciones extranjeras deben evaluar los riesgos con anterioridad; que un estado soberano no está unilateralmente supeditado a los procedimientos ejecutivos y judiciales y que, a pesar de que una nación está obligada a saldar sus deudas, no puede ser forzada a hacerlo", por lo que "ninguna potencia europea puede obligar a una república americana, por medio de la fuerza, al pago de las deudas públicas con los estados o los súbditos extranjeros".
PRESTIGIO
Aunque Roosevelt y su secretario de Estado, John Hay, se mostraron reticentes a intervenir, finalmente, el 13 de enero de 1903 se firmó en Washington el acuerdo por el cual, bajo la presión de los EUA y la invocación venezolana de la Doctrina Drago, los ocupantes europeos se retiraron de sus posiciones.
El principio jurídico adoptado prestigió a la diplomacia argentina y particularmente al propio canciller, que años después pasó a integrar el recién creado Tribunal Internacional de La Haya.
Drago, ya como gran jurista internacional, más tarde fue el autor de la "Doctrina de las Bahías Interiores", también llamadas "Históricas", que da el control de las mismas a los estados ribereños, elaborada para que los pesqueros estadounidenses no pudieran realizar capturas en las costas canadienses en las que, desde mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón al Caribe, operaba pescando bacalao la flota del galés Richard Amerike, el más probable epónimo del continente americano.