Nunca antes una intérprete femenina había actuado junto al histórico coro de la magna sala vaticana

La Capilla Sixtina se abre a la mujer

En un hecho inédito en la Santa Sede, la mezzo Cecilia Bártoli asumió un repertorio de piezas antiguas junto a la Cappella Musicale Pontificia Sistina, integrada por veinte hombres y treinta y cinco niños.

Fundada en 1471, la Cappella Musicale Pontificia Sistina, estrictamente vedada para mujeres, se manejó desde entonces hasta ahora con voces masculinas, a las que se integraron registros de niños para suplir las cuerdas femeninas, ello sin perjuicio, en altri tempi, de la emasculación de adolescentes (castrati) que se incorporaban para cubrir el mismo espacio.

Compuesto en la actualidad por veinte hombres y treinta y cinco niños, hace pocos días el eximio coro italiano logró quebrar esta suerte de tabú plurisecular. Consecuencia, sin duda, de los nuevos aires que el Papa Francisco introdujo en el Vaticano, lo cierto es que el conjunto invitó a la mezzo Cecilia Bartoli a participar de su último concierto.

Bajo la dirección del titular de la agrupación, Massimo Palombella, la exquisita cantante romana intervino en la traducción de obras de Josquin des Prés, Tomás Luis de Victoria, Tomasso Allegri y Giovanni Pierluigi da Palestrina y del canto gregoriano, y lo hizo envuelta en un clima singularmente emotivo para ella por el significado de su presencia primeriza en ese ámbito.

"Nunca había tenido la oportunidad de cantar una música tan antigua", dijo Bartoli, "que requiere un lenguaje agraciado y es fascinante tanto por su belleza profunda como por su simplicidad". Por otro lado, agregó después de esta tocante experiencia, "además de estar rodeada de los frescos de Miguel Angel, la acústica de la Capilla Sixtina es maravillosa por su naturalidad, que hace que hasta un suspiro se transporte nítidamente en el aire".

SEPTIMO CIELO
Directora desde hace ya varios años de los Festivales de Pascua de Salzburgo y exquisita intérprete de coloratura, Bartoli explicó también al cabo del concierto que "la música es al mismo tiempo emoción y reflexión, un idioma que no necesita ser expresado con palabras porque va directo al alma".
Formado como Collegio di Cappellani Cantori por Sixto IV, el de la Capilla Sixtina es desde ya el coro más antiguo del mundo. Su cometido principal consiste en acompañar todos los actos litúrgicos presididos por el Pontífice. Pero más allá de las ceremonias de culto, la agrupación ha venido realizando últimamente presentaciones fuera de su sede en iglesias de Cremona, Lecco, la Toscana, y maneja un laboratorio de voces blancas denominado Scuola Puerorum.
Con repertorio definido por las colecciones de la Biblioteca Apostólica Vaticana, su recalcitrante anclaje en la tradición impidió hasta hace poco la realización de cualquier registro discográfico. Esta modalidad se rompió también, ya en 2015, cuando grabó "Cantate Domine", y también en 2016 ("Palestrina") y 2017 ("Venite Domine"), este disco con protagonismo de Cecilia Bartoli, integrado por piezas compuestas para las celebraciones papales de Adviento y Navidad.
"Nunca me había imaginado que podía cantar en el Capilla Sixtina", concluyó la artista peninsular. "Para mí es un sueño, absolutamente inspirador, que me hizo sentir en el Séptimo Cielo".