Hepatitis: un análisis de sangre puede cambiar su futuro

La detección precoz de la enfermedad, en cualquiera de sus tipos virales, permite evitar las serias complicaciones que puede causar, tales como la cirrosis y el cáncer de hígado. Quienes tienen entre 48 y 68 años deben prestar especial atención.

Si tiene entre 48 y 68 años, sus posibilidades de padecer hepatitis C -y no saberlo- son cuatro veces más altas que las de aquellos que nacieron antes o después que usted. La afirmación puede sonar caprichosa, pero lo cierto es que el dato fue confirmado primero en Estados Unidos y luego en la Argentina.

El año pasado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta, en Estados Unidos, publicaron recomendaciones para identificar la infección crónica por virus de hepatitis C (HCV) en personas nacidas entre 1945 y 1965, luego de haber constatado una alta prevalencia de la enfermedad en ese grupo etáreo, según los registros de la "Encuesta Nacional de Salud y Nutrición" (NHANES, por sus siglas en inglés) de ese país.

A partir de ese dato, investigadores del Hospital de Clínicas "José de San Martín", en la Ciudad de Buenos Aires, decidieron indagar si ocurre lo mismo en ese grupo poblacional específico, en la Argentina.

Con ese objetivo, expertos del departamento de Hemoterapia e Inmunohematología y de la sección Hepatología del Hospital analizaron los resultados de los análisis que determinan la presencia o no del virus de la hepatitis C (estudio llamado anti HCV) realizados a 100.154 donantes de sangre, que donaron entre 1998 y 2012.

Los resultados comprobaron que el 1,39 % de los nacidos entre 1945 y 1965 padecía hepatitis crónica C, mientras que sólo el 0,57 % de los nacidos después de ese período y el 0,84 % de los que nacieron antes de 1945 sufría la enfermedad.

"Dado el impacto sanitario de la infección por HCV, que un número importante de infectados desconoce tal condición, y que la atención médica y tratamiento en las fases más tempranas de la enfermedad disminuye la morbimortalidad de la infección, consideramos que en nuestro medio sería recomendable el estudio del anti HCV a las personas nacidas entre 1945 y 1965", concluyeron los autores de la investigación, que fue presentada en junio último en el Congreso Argentino de Hepatología.

"Los CDC de Estados Unidos recomendaron que a todas las personas nacidas entre 1945 y 1965 se les debe hacer, al menos una vez en la vida, el estudio del virus de la hepatitis C, porque es el grupo etáreo que mayor prevalencia de la enfermedad tiene y eso permitiría bajar los costos futuros de las complicaciones derivadas de esta hepatitis", afirmó en diálogo con La Prensa uno de los autores de la investigación, el doctor Jorge Daruich, jefe de la sección Hepatología del Hospital de Clínicas "José de San Martín" y de GEDYT.

El profesional recomendó, por lo tanto, a quienes hoy tienen entre 48 y 68 años que -de no haberse realizado jamás ese estudio-, le soliciten a su médico que se los indique.

LA ENFERMEDAD
La hepatitis es un proceso necro-inflamatorio que se produce en el hígado. Es decir que se caracteriza por la inflamación del hígado y la muerte de las células hepáticas.

Según explicó Daruich, si bien la enfermedad puede ser provocada por múltiples causas -inmunológicas, tóxicomedicamentosas, alcohólicas, bacterianas o por trastornos del medio interno-, el origen más frecuente es el viral. "De acuerdo al virus que la provoca, hablamos de hepatitis A, B, C, D o E", sintetizó el profesional.

Además, de acuerdo a la duración de las hepatitis, se podrán clasificar en agudas (aquellas que duran hasta seis meses) y crónicas (cuando duran más de seis meses).

Las hepatitis agudas suelen "autolimitarse", es decir se curan solas, y permiten una recuperación total de quien las padece. "El virus A y E solamente provocan hepatitis agudas, mientras que las hepatitis B, C y D pueden dar formas agudas o crónicas", detalló Daruich.

En cuanto al orden de frecuencia en que se dan las hepatitis virales en el país, el jefe de Hepatología del Hospital de Clínicas, expresó que la más habitual es la A, seguida por la hepatitis C, luego la hepatitis B y con mucha menor prevalencia las D y E.

No obstante, el experto indicó que todas ellas tienen como característica predominante que la mayoría de las veces no dan manifestaciones, por lo que se suele descubrir su existencia en un estudio durante un chequeo o porque la enfermedad hepática ya se encuentra en una fase muy avanzada y, por lo tanto, hay un deterioro de la función del hígado.

"Esto que uno suele escuchar respecto de la hepatitis, que los ojos se ponen color amarillo, la orina de color marrón o la materia fecal clara es lo menos frecuente. Lo que habitualmente se siente es un cuadro de desgano general, como si fuese un cuadro de tipo gripal, y en dos o tres días la persona se siente mejor", subrayó. Esa señal, tan fácil de pasar por alto, puede dar cuenta de una hepatitis aguda que está evolucionando hacia la recuperación o, si se trata de un tipo crónico, podría evolucionar hacia la cronicidad.

La detección precoz de esta enfermedad permite un mejor pronóstico ya que mediante el tratamiento adecuado es posible alcanzar la cura o, en su defecto, su control y evitar las complicaciones asociadas con algunos de los tipos de hepatitis, entre las que se encuentran la falla hepática fulminante, la cirrosis, y el cáncer de hígado.

"El tratamiento de las hepatitis virales está incluido en el Plan Médico Obligatorio (PMO), de manera tal que -por ley- la obra social, prepaga o quien no tiene ni un peso, tiene cobertura de la medicación en forma gratuita", puso de manifiesto Daruich.

CONTAGIO
La vía de contagio de la hepatitis A y la hepatitis E es la orofecal. "El virus se elimina durante pocos días a través de la materia fecal por lo que la mala higiene de las manos, la contaminación de las aguas o la preparación de verduras que no se hierven son buenas vías de transmisión", apuntó.

En tanto, la hepatitis B se puede contraer al utilizar jeringas, agujas o elementos para realizar piercings y tatuajes que no son descartables o a través de las relaciones sexuales.

"La hepatitis C también se transmite mediante la drogadicción endovenosa, la drogadicción inhalatoria y las prácticas inseguras de inyección o las perforaciones en el cuerpo (piercing) pero no se transmite por vía sexual", añdió Daruich.

DOS POR MINUTO
"El número de defunciones por causas asociadas con la hepatitis que se produce cada año en el mundo es aproximadamente igual al de personas que mueren en las carreteras por lesiones de tráfico, o sea, más de dos fallecimientos por minuto", alertaron la semana última desde la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).

Por esta razón, y con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra hoy, instaron a controlar esta enfermedad -considerada una "epidemia silenciosa"- con medidas simples como mantener una buena higiene, evitar el consumo de alimentos y agua contaminados, vacunarse contra la hepatitis B, practicar sexo con protección y no compartir equipos de inyección o perforación del cuerpo.