Crítica: "El nombre", una divertida e inteligente comedia, con excelentes actores

La intolerancia y el egoismo

 "El nombre" (Le prénom). Coproducida entre Francia y Bélgica, 2012. Dirección y guión: Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patellire. Fotografía: David Ungaro. Música: Jér™me Rebotier. Actores: Patrick Bruel, Valérie Banguigui, Charles Berling, Guillaume de Tonquedec y Judith El Zein. Presenta: Impacto Cine. Duración: 109 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Vincent (Patrick Bruel) será padre y su hermana Elisabeth (Valérie Benguigui) y su cuñado Pierre (Charles Berling) deciden hacer una reunión en su casa, en un barrio alejado del centro de París. A ellos se une Claude (Guillaume de Tonquedec), un músico, que es amigo de Elisabeth desde que eran niños y más tarde se sumará al agasajo, Anna (Judith El Zein), la esposa de Pierre.
La noche se presenta ideal para divertirse, hasta que se toca el tema del nombre del bebé que tendrán Vincent y Anna. Se llamará Adolphe. "Adolf, como Hitler!", grita Pierre sorprendido. "No, Adolphe", responde Claude y la charla que hasta ese momento resultaba amena se convierte en una discusión que toma tales dimensiones que alcanzará casi para romper una amistad de años. Nada será lo mismo a partir de ese momento.
Basada en la obra de teatro "Le prénom" ("El nombre"), representada en París, a partir de 2010 y actualmente en un teatro porteño y adaptada por sus mismos autores, el filme es casi un vaudeville más centrado en los diálogos que en las acciones.

ESCENARIO UNICO
Tratando de compensar lo que vendrá después, con un solo escenario (el interior del departamento de Pierre y Elisabeth) y los mismos personajes en más de cien minutos, el comienzo es una delicia lúdica de montaje, cuyas imágenes recorren con ironía, varias de las calles más conocidas de París. También la presentación de los personajes será juguetona y burbujeante, para luego entrar al departamento y desarrollar la acción entre cuatro paredes, salvo algún flashback que alude a un pasado inmediato.
A través de una excusa, el bendito nombre del bebé, se lanza un interesante contrapunto que habla de la intolerancia de los individuos, el predominio del egoísmo y sus intereses, la banalidad y equivocación de las apariencias y la revalorización de la amistad. Fiel al texto, el brillante diálogo, que también pasa por momentos de efecto y reiteración, desnuda las características de una sociedad, sus clases sociales, junto con sus resentimientos políticos.
Excelentes actores como el argelino Patrick Bruel (Vincent), Judith El Zein (Anna), Charles Berling (Pierre), la simpática Valérie Benguigui (Elisabeth), el impecable Guillaume de Tonquedec (Claude) y Franois Fabian, la inolvidable Maud del filme de Eric Rohmer, "Mi noche con Maud"), en el papel de Franoise, la madre de Pierre y Elisabeth.
Calificación: Muy buena