Fue proclamada en Pergamino por el cardenal Angelo Amato, enviado especial del papa Benedicto XVI; es el séptimo argentino que alcanza esa condición

La religiosa María Crescencia Pérez fue declarada beata

"La Iglesia nos propone con este acontecimiento un modelo de vida, que muestra la belleza del Evangelio cuando es vivido con radicalidad, coherencia y hondura", subrayó en un comunicado la Conferencia Episcopal Argentina.

La religiosa María Crescencia Pérez, quien dedicó su vida a la educación y cuidado de niños enfermos de tuberculosis, fue proclamada hoy beata en la ciudad bonaerense de Pergamino por el cardenal Angelo Amato, enviado especial del Papa.

"Concedemos a la venerable sierva de Dios María Crescencia, virgen, religiosa profesa de la congregación de las Hijas del Huerto, que testimonió la caridad evangélica con sencillez, humildad y dulzura, que de ahora en adelante sea llamada beata", leyó el purpurado en nombre de Benedicto XVI ante una multitud congregada en el circuito El Panomámico.

Crescencia Pérez se convirtió así en el séptimo argentino en ser declarado beato, honor de los altares que también alcanzaron las monjas Nazaria Ignacia March Mesa, María Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas o Madre Maravilla) y María Ludovica De Angelis, el coadjutor salesiano Artémides Zatti, la laica Laura Vicuña y el indio mapuche Ceferino Namuncurá.

La Iglesia abrió casi medio centenar de causas para canonizar a religiosos y laicos argentinos que dieron testimonio de su fe o murieron por su fidelidad al Evangelio, pero ninguno alcanzó la instancia máxima de la santidad.

El único que ostenta la condición de "santo" es Héctor Valdivielso Sáez, aunque no se lo considera "totalmente argentino" porque el religioso nació en Buenos Aires pero su causa de canonización se inició en España, donde murió mártir junto a otros compañeros de congregación.

Entre los procesos más emblemáticos, aunque frenados a pesar del interés político-eclesiástico que conllevan, figuran el sacerdote Gabriel "Cura" Brochero, quien evangelizó a lomo de mula las sierras cordobesas y fray Mamerto Esquiú, valorado por ser el relator de la Constitución.

Más recientes son las presentaciones en favor de la santidad del cardenal Eduardo Pironio, los religiosos palotinos asesinados en la dictadura Pedro Duffau, Alfredo Leaden, Alfredo Kelly, Salvador Barbeito y Emilio Barletti, y el empresario Enrique Shaw.

La Conferencia Episcopal Argentina destacó el modelo de vida de María Crescencia Pérez, proclamada hoy beata por el cardenal Angelo Amato, enviado especial del papa Benedicto XVI.

"La Iglesia nos propone con este acontecimiento un modelo de vida, que muestra la belleza del Evangelio cuando es vivido con radicalidad, coherencia y hondura", subrayó en un comunicado.

Los obispos argentinos manifestaron "alegría y gratitud" por el don de la vida consagrada de la monja y expresaron "confianza" en que su ejemplo y intercesión suscite nuevas vocaciones religiosas y sacerdotales.

Asimismo, invitaron a los fieles a "reconocer en esta beatificación una nueva llamada de Dios para responder a la común vocación a la santidad que todos recibimos en el bautismo, según la rica y vigente enseñanza del Concilio Vaticano II".

"Los santos son quienes, mejor que nadie, han plasmado el estilo pastoral que reclama la nueva evangelización y que se caracteriza por la alegría, el entusiasmo y la cercanía", explicaron.