Crítica: "El periodista", la sátira en la manipulación de los entrevistados por los medios

La cruda verdad de los medios

Con lucidez y escasos y bien usados medios narrativos, Diego Recalde desnuda esa realidad del "blanco" o "negro", "amigo" o "enemigo" que hoy exhiben medios, funcionarios y gran parte de la opinión pública.

"El periodista". Argentina, 2012. Dirección y guión: Diego Recalde. Fotografía: Diego Epstein y Laura Gismondi. Música: Trío Ibañes. Actores: Diego Recalde, Martín Broussalis y Héctor Alba. Presenta: Diego Recalde. Duración: 62 minutos. Calificación: Para todo público.

Diego Recalde, humorista, guionista, actor, director, músico, es un "outsider" del cine.  Recalde es un cineasta independiente, que filma a partir de los mínimos recursos de los que dispone, fotografías, una cámara, él mismo y dos o tres actores y un tema elegido. El resto es creatividad, imaginación puesta al servicio de manera simple, directa de lo que se quiere decir.
 
En "El periodista" habla de la tan vapuleada y tan de moda, manipulación del entrevistado, por periodistas, por autoridades oficiales, o por cualquier otro, que quiere que el que aparece frente a una cámara, opine de tal manera, porque eso favorece a una determinada franja política, social, económica.
 
De Recalde hasta el momento se conocieron "Sidra" (2002) una magnífica comedia hecha a través del sistema de fotomontaje y la comedia negra "Habano y cigarrillos" (2009), sobre ex compañeros de estudios. En cada una de ellas y en "El periodista", el creador, con humor, a veces satírico, cruel, ingenuo, cuestiona al hombre, en sus facetas, sociales, morales, políticas.
 
LOS INTERESES
 
En cada una de sus películas Recalde pone de manifiesto y subraya, que quién insiste para que el otro opine de determinada manera, o acepte tal hecho, es porque detrás esconde un interés particular, oculto, que le conviene por tal o cual razón.
 
En "El periodista", puede verse a un notero en la calle, que le pide a la gente su opinión, sobre a quién va a votar en las próximas elecciones. A partir de eso y frente a la cámara encendida, hombres, mujeres, jóvenes, mayores, muchos de ellos algo distraídos, responden "no sé", "no conozco los candidatos", "Cristina", "Macri", etcétera.
Ante esas respuestas el notero, les pide en voz baja, que por favor opinen de dos maneras distintas, porque él -el periodista-, quiere quedar bien con el medio en el que trabaja y complacer a sus jefes, pero como no sabe a favor de quién está el medio, es mejor contar con dos opiniones, distintas por cada entrevistado.
 
Con lucidez y escasos y bien usados medios narrativos, Diego Recalde desnuda esa realidad del "blanco" o "negro", "amigo" o "enemigo" que hoy exhiben medios, funcionarios y gran parte de la opinión pública.
 
Calificacion: Buena