Soluciones para reducir los daños

Cualquiera puede equivocarse, pero en el caso de la medicina un desacierto puede ser fatal. Por eso existe, a nivel internacional, un interés creciente en desarrollar programas para mejorar la seguridad del paciente, que reduzcan y minimicen al máximo el riesgo de error en la atención sanitaria.

Las equivocaciones en el área de la salud pueden surgir en distintas instancias del proceso de atención: durante la consulta médica, en el momento de la realización y posterior interpretación de los estudios diagnósticos, cuando se prescribe y administra un tratamiento, al comprar las medicaciones... En cada etapa, entra en juego una compleja red de factores que incide de forma directa tanto en los resultados esperados como en los obtenidos a la hora de ejercer la medicina.

Si bien el médico sigue siendo el pilar fundamental en la atención sanitaria, la incorporación de nuevas tecnologías y la necesidad de abordajes multidisciplinarios de las enfermedades, sumadas a la existencia de diversos sistemas para la prestación de servicios de salud (obras sociales, prepagas y demás) ha llevado a que el concepto de "error médico" sea reemplazado por el de "seguridad del paciente".

Ocuparse de esta problemática nace de un hecho concreto: aunque los profesionales de la medicina rara vez producen un daño intencional a sus pacientes, la realidad demuestra que "los pacientes sufren daños todos los días, en todos los países del mundo, en el proceso de obtención sanitaria".

Así lo advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2005 lanzó la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente con el objetivo de tomar medidas para corregir los problemas que contribuyen a la atención no segura.

A partir de estudios realizados por esta entidad creada por la OMS, se identificaron una serie de problemas y soluciones para la seguridad del paciente. Estos son algunos de los más significativos:

PROBLEMA 1: medicamentos de aspecto o nombre parecidos. La existencia de nombres confusos de medicamentos es una de las causas más comunes de error de la medicación y es una preocupación en todo el mundo. Con decenas de miles de medicamentos actualmente en el mercado, el potencial de error por causa de nombres confusos de los medicamentos es importante. Contribuyen con esta confusión la caligrafía ilegible, el conocimiento incompleto de los nombres de los medicamentos, los productos nuevos en el mercado, los envases o etiquetas similares, el uso clínico similar, las concentraciones similares, las formas de dosificación, la frecuencia de administración, la falta de reconocimiento por parte de fabricantes y organismos de reglamentación del potencial de error y la falta de realización de rigurosas evaluaciones de riesgo, tanto en caso de las denominaciones comunes como de las marcas registradas, previo a la aprobación de los nombres para los productos nuevos. Entre los ejemplos que dan lugar a este tipo de error, se menciona el caso de dos drogas distintas cuyos nombres comerciales en Australia y Brasil adoptó formas parecidas: Losec (omeprazol) y Lasix (furosemida).

SOLUCION: se recomienda asegurar la legibilidad de las recetas, mediante una mejora de la caligrafía y la impresión, o el uso de órdenes preimpresas o recetas electrónicas. Exigir que las órdenes de medicamentos y recetas incluyan tanto la marca como la denominación común, la forma de dosificación, la concentración, las instrucciones e indicaciones de uso, también puede resultar útil para diferenciar los medicamentos de aspecto o nombre parecidos.

Pedir la lectura posterior y la aclaración de las órdenes orales y mejoras en la comunicación con los pacientes son otras formas importantes de reducir el potencial de error.

También se recomienda la capacitación y educación de los profesionales de atención sanitaria sobre medicamentos de aspecto o nombre parecidos y el importante riesgo de errores de medicación.

PROBLEMA 2: identificación de pacientes. En toda la industria de la atención sanitaria, la identificación incorrecta de los pacientes continúa dando como resultado errores de medicación, errores de transfusión, errores de prueba, procedimientos en la persona incorrecta y alta de bebés que se entregan a las familias equivocadas.
Los principales campos donde puede darse una identificación incorrecta de los pacientes incluyen la administración de medicamentos, flebotomía, transfusiones de sangre e intervenciones quirúrgicas.

SOLUCION: existen tecnologías más nuevas que pueden mejorar la identificación del paciente, por ejemplo los códigos de barras.

Para identificar a los pacientes con exactitud, la planificación cuidadosa de los procesos de atención asegurará la debida identificación del paciente antes de cualquier intervención médica y proporcionará una atención más segura.

Asimismo, es conveniente asegurar que las organizaciones de atención sanitaria cuenten con sistemas implementados que hagan énfasis en la responsabilidad principal de los trabajadores de la atención sanitaria de verificar la identidad de los pacientes y hacer coincidir los pacientes correctos con la atención correcta. Y que se fomente el uso de al menos dos identificadores (por ejemplo nombre y fecha de nacimiento) para verificar la identidad de un paciente en el momento de la admisión o de la transferencia a otro hospital o entorno de atención y previo a la administración de la atención.

PROBLEMA 3: comunicación durante el traspaso de pacientes. Durante un episodio de enfermedad o un período de atención, un paciente podría, potencialmente, ser tratado por una serie de facultativos médicos y especialistas en múltiples entornos, incluyendo atención primaria, atención ambulatoria especializada, atención de emergencia, atención quirúrgica, cuidados intensivos y rehabilitación. En forma adicional, los pacientes se moverán a menudo entre áreas de diagnóstico, tratamiento y atención en forma regular, y podrán encontrarse con tres turnos de personal por día, suponiendo esto un riesgo de seguridad para el paciente en cada intervalo.
La comunicación entre las unidades y entre los equipos de atención en el momento del traspaso podría no incluir toda la información esencial, o podría darse la interpretación incorrecta de la información. Estas brechas en la comunicación pueden provocar graves interrupciones en la continuidad de la atención, un tratamiento inadecuado y un daño potencial para el paciente.

SOLUCION: Si bien actualmente no existe una práctica ideal para mejorar la comunicación al momento del traspaso, un estudio de traspasos entre médicos llegó a la conclusión de que la comunicación precisa y no ambigua, cara a cara entre las personas, era la mejor manera de asegurar traspasos efectivos.

El diseño mejorado del sistema aumentará la capacidad de los prestadores de atención de comunicarse efectivamente, aprovechando las ventajas del conocimiento de los factores humanos, procurando reiteraciones en los procesos de atención, creando funciones obligatorias y reduciendo los pasos en los procesos para disminuir, por ende, las posibilidades de error.

En parte, los problemas que surgen en el momento del traspaso se originan en la forma en que están educados (o no) los prestadores de atención sanitaria. La incorporación de técnicas de informes de situación tales como el proceso SBAR (sigla en inglés correspondiente a Situación, Antecedentes, Evaluación y Recomendación) pueden proporcionar un marco estándar para la comunicación en el momento de traspasos de atención de pacientes.
Además, la racionalización y estandarización de los informes de cambio de turno puede mejorar el razonamiento crítico, al igual que minimizar el tiempo que se pasa lejos del paciente.

PROBLEMA 4: realización del procedimiento correcto en el lugar del cuerpo correcto. Los procedimientos en sitios incorrectos (que incluyen el lado equivocado, el órgano equivocado, el lugar equivocado, el implante equivocado y la persona equivocada) si bien son poco frecuentes, no son un evento raro.
Considerados incidencias evitables, estos casos son en gran parte el resultado de una mala comunicación y de información no disponible o incorrecta. Los análisis detallados de estos casos indican que uno de los principales factores que contribuyen al error es la falta de un proceso preoperatorio estandarizado, y probablemente un grado de automatización del personal (verificar sin pensar) en la forma de encarar las rutinas de verificación preoperatorias.

SOLUCION: establecer la realización de la cirugía correcta en el lugar del cuerpo correcto como una prioridad de seguridad en los establecimientos de atención sanitaria.

También se debe asegurar que las organizaciones de atención sanitaria cuenten con protocolos implementados que prevean la verificación previa del procedimiento y el sitio deseados y, si correspondiera, de cualquier implante o prótesis; que se exija a la persona que realice el procedimiento que marque inequívocamente el sitio de la operación, con participación del paciente, a fin de identificar correctamente el lugar donde se desea hacer la incisión o la inserción; que se disponga la realización de una instancia inmediatamente previa al comienzo del procedimiento, donde se reúna todo el personal participante (y el anestesista relacionado).

PROBLEMA 5: prevenir las infecciones asociadas a la atención de salud. El bajo nivel de cumplimiento con la higiene de las manos es una cuestión universal en la atención sanitaria. Esto contribuye a la transmisión de microbios capaces de causar infecciones evitables asociadas a la atención sanitaria. Se estima que más de 1.400.000 personas en todo el mundo sufren de infecciones contraídas en hospitales. Las infecciones asociadas a la atención sanitaria ocurren en todo el mundo y afectan tanto a países desarrollados como a países en vías de desarrollo.

SOLUCION: la antisepsia de manos disminuye la incidencia de infecciones asociadas a la atención sanitaria. La higiene de las manos es, por lo tanto, una acción fundamental para asegurar la seguridad del paciente que debe tener lugar en forma oportuna y efectiva en el proceso de atención.

Se ha demostrado que una mayor adherencia a las pautas y normas sobre higiene de las manos disminuye la propagación de infecciones asociadas a la atención sanitaria.

Por eso, se aconseja: promover la observancia de la higiene de las manos como prioridad del establecimiento de atención sanitaria; abastecer de lociones sanitarias para las manos con base de alcohol, fácilmente accesibles, en el punto de atención a los pacientes; permitir el acceso a un suministro de agua seguro y continuo en todas las canillas, y las instalaciones necesarias para llevar a cabo la higiene de las manos; educar a los trabajadores de la atención sanitaria sobre las técnicas correctas de la higiene de las manos; y exhibir recordatorios que promuevan la higiene de las manos en el lugar de trabajo.