Bacterias, protagonistas de la naturaleza

Son los organismos más abundantes del Planeta. Aunque no las vemos, se encuentran presentes en todos los ámbitos: viven en el suelo, el agua, los animales, las plantas y el cuerpo humano. Dos especialistas sacan del anonimato a estos microscópicos seres unicelulares al explicar cómo son y qué funciones cumplen.

Están formadas por una sola célula, por eso se define a las bacterias como microorganismos "unicelulares". Su tamaño oscila entre los 0,5 y 5 micrones, es decir que son mil veces más pequeñas que un milímetro y -por lo tanto- son invisibles sin la ayuda de un microscopio.

Otra de las características sobresalientes de estos seres microscópicos es que son capaces de resistir las condiciones más extremas: aguas a gran temperatura o ácidas, desechos radioactivos, las profundidades tanto del mar como de la corteza terrestre, bajo o nulo oxígeno, hipersalinidad... incluso algunas bacterias pueden sobrevivir en las condiciones extremas del espacio exterior.

"Las bacterias son los organismos más abundantes del Planeta y se encuentran presentes en todos los hábitats terrestres", señaló en diálogo con La Prensa el doctor Hugo Gramajo, investigador del Instituto de Biología Molecular de Rosario (IBR).

"Viven en el suelo, en el agua, colonizando epitelios del hombre, de los animales y de los vegetales; también pueden ubicarse sobre superficies inertes", apuntó por su parte el doctor Horacio Lopardo, jefe del servicio de Microbiología del Hospital de Pediatría "Prof. Dr. Juan P. Garrahan" y presidente de la Sociedad Argentina de Bacteriología, Micología y Parasitolgía Clínicas (SADEBAC).

Aunque el rol de las bacterias dentro del complejo ecosistema que conforma la naturaleza ha tenido poca prensa, lo cierto es que son responsables de múltiples y fundamentales procesos. En un intento por devolverles el protagonismo que merecen, Gramajo y Lopardo describieron las características y particularidades de estos omnipresentes seres.

NOMBRE Y APELLIDO

Puede decirse que las bacterias -como los humanos- tienen nombre y apellido. Y es que para identificarlas se las denomina según el género y la especie a la que corresponden, por ejemplo: Bacillus subtilis o Staphylococcus aureus.

Sin embargo, la diversidad de bacterias existentes es tan grande que por ahora sólo se ha logrado identificar un porcentaje reducido de ellas. "La cantidad de especies bacterianas es enorme y se estima que hasta el momento los científicos que nos dedicamos a la bacteriología sólo fuimos capaces de aislar y crecer menos de un 10% del total de estas especies que existen en la naturaleza", advirtió Gramajo.

En cuanto a su apariencia, los especialistas indicaron que estos microorganismos pueden tener formas diversas, que incluyen: esferas (cocos), bastones (bacilos) y hélices (espirilos).

Por otra parte, a diferencia de las células de animales y plantas (células eucariotas), las bacterias son organismos procariotas ya que su material genético (ADN) no presenta un núcleo definido -rodeado por una membrana nuclear- sino que éste se se encuentra disperso en el citoplasma.

POR DOS

Ambos expertos explicaron que las bacterias se multiplican mediante una reproducción asexual, denominada "fisión binaria", por la cual una célula da lugar a dos hijas idénticas.

En tanto, el presidente de la SADEBAC precisó que para nutrirse las bacterias generalmente utilizan sustancias orgánicas que pueden provenir de seres vivos o muertos, aunque hay algunas bacterias que incluso pueden nutrirse a partir de sustancias inorgánicas.

Sobre la forma de movilizarse, Gramajo comentó que muchas bacterias disponen de flagelos o de otros sistemas de desplazamiento.

DONDE VIVEN

Como se ha dicho, las bacterias están en todos lados pero "hay especies bacterianas a las que sólo se las encuentra colonizando o infectando al hombre, hay otras que sólo se las encuentra en el medio ambiente, y otras circunstancialmente pasan de un medio a otro y si bien son ambientales pueden colonizar o infectar al hombre y viceversa", aclaró Lopardo.

A la totalidad de bacterias que viven en el organismo humano se le llama "microbiota" y está compuesta por cientos de especies distintas. "Los seres humanos sanos están tapizados de microorganismos en todas las estructuras que se encuentran en contacto con el exterior: piel, mucosas orofaríngea, gastrointestinal y genitourinaria", afirmó Lopardo.

"La microbiota es diferente según los distintos órganos o sistemas en los que se encuentre: la microbiota del intestino es distinta de la de la boca o la de la piel", añadió el investigador del IBR, quien para ilustrar la ubérrima diversidad de especies de bacterias existente detalló que sólo en el intestino grueso conviven más de 500.

SUS FUNCIONES

De acuerdo con los especialistas, la microbiota dentro del cuerpo humano forma un complejo ecosistema junto con las células humanas y de manera interactiva realizan diversos procesos biológicos.

"Los microorganismos presentes en el intestino están altamente involucrados en la maduración y proliferación de las células intestinales y también funcionan como un ejército aliado, modulando nuestro sistema inmunológico", graficó Gramajo, para luego agregar: "La microbiota intestinal forma una barrera de defensa contra los microoganismos patógenos que nos amenazan continuamente, ayudan a fermentar o metabolizar parte de los alimentos que no podemos digerir, incluyendo las secreciones que producen al día las células epiteliales a lo largo del intestino y -como resultado de su metabolismo- producen una serie de sustancias ácidas (ácido láctico, ácido butírico, acético) que no sólo sirven como fuente de energía, sino que también acidifican el medio permitiendo la solubilización de minerales como el calcio y el magnesio".

Asimismo, los investigadores indicaron que las bacterias producen algunas vitaminas como las del complejo B o K y otros nutrientes esenciales para el organismo.

¿BUENAS Y MALAS?

En opinión de Lopardo y Gramajo, no puede hablarse estrictamente de bacterias buenas y malas, ya que -según explicaron- la misión de las bacterias no es producir daño o beneficio sino que lo que buscan es reproducirse en medios que le sean propicios, adaptarse a ellos y perpetuarse como especies en el tiempo. No obstante, sí se puede afirmar que su interacción con el hombre puede producir efectos benéficos o nocivos.

"Desde ese punto de vista, se podría decir que las "malas" son las bacterias patógenas para el ser humano y también están las patógenas de animales y de plantas, que perjudican indirectamente nuestra especie", subrayó el investigador del IBR.

Algunas de las bacterias patógenas más conocidas son: Mycobacterium tuberculosis causante de la tuberculosis; Vibrium cholerae causante del cólera; Yersinia pestis, que causa la peste bubónica; o el Streptococcus pneumoniae, que produce infecciones pulmonares severas.

Del otro lado del ring, están las "buenas", como las que forman parte de la microbiota normal del organismo -entre ellas se destacan los lactobacilos y las bifidobacterias, que en condiciones normales impiden la colonización de los epitelios por otras bacterias que podrían resultar nocivas y sirven para realizar procesos alimenticios como la fabricación de quesos, yogures, embutidos- o bien las que pueden ser utilizadas para realizar control de plagas de insectos, bioremediación de suelos y aguas contaminadas, por ejemplo, algunas especies de Pseudomonas o de Rhodococcus.

OPORTUNISTAS

No hay que perder de vista que las bacterias que conforman la microbiota del organismo humano en ocasiones se convierten en patógenas y causan enfermedad. "Para que se produzca una enfermedad tiene que darse la combinación justa de factores, del mismo modo que ocurre con una llave y su correspondiente cerradura", ejemplificó Lopardo.

"Las denominadas bacterias oportunistas, muchas de ellas parte de nuestra microbiota, pueden producir infecciones graves cuando la persona sufre algunas alteraciones inmunológicas o bien por enfermedades como diabetes, cirrosis o anemias", añadió Gramajo.

"Esto significa -prosiguió Lopardo- que hay un porcentaje variable de la población sana que está colonizado con estas bacterias sin padecer ningún tipo de enfermedad infecciosa, pero hay individuos debilitados o particularmente susceptibles, que cuando entran en contacto con ellas, se enferman".

En ese sentido, el jefe de Microbiología del Hospital Garrahan citó el caso de la bacteria Neisseria meningitidis, comúnmente conocida como meningococo, que coloniza la mucosa orofaríngea de personas sanas, pero en las susceptibles puede producir enfermedades graves como la meningitis bacteriana aguda o la meningococcemia.

COMO COMBATIRLAS

Respecto al modo de prevenir las infecciones bacterianas, los especialistas dijeron que las alternativas más efectivas son: el uso de vacunas, el lavado de manos y la higiene en general.

En tanto, en aquellos casos en los que los médicos han evaluado que corresponde, el tratamiento habitual de esta clase de infecciones consiste en la administración de antibióticos.