EN "EL COLOR DE MI BAILE" SE HERMANAN EL TANGO Y EL FOLCLORE

Paisajes y ritmos

Ficha técnica:
El color de mi baile. Idea, coreografía y dirección general: Luis Pereyra. Puesta en escena y vestuario: Nicole Nau. Arreglos musicales: Horacio Banegas, Mono Banegas, V. Velázquez, A. Piazzolla, Pablo Aznarez, Juanjo Domínguez. Asistente técnico: Ramiro Pacheco. Intérpretes: Nicole Nau, Luis Pereyra, Horacio Banegas, Jana Banegas. Hasta el domingo, en el Centro Cultural Borges.

Se adivina en la búsqueda que ha emprendido el coreógrafo y director Luis Pereyra con esta obra, la intención de hermanar los ritmos musicales argentinos en una única y definitiva expresión cultural.

En sus treinta años de carrera, Pereyra ha transitado alternativamente, a través de la danza, el tango y el folclore. De origen provinciano, se formó como bailarín de la mano de Mario Machaco, Hugo Jiménez y Santiago Ayala "El Chúcaro", y alcanzó luego renombre internacional con "Tango Argentino".

Hoy, más allá de conducir a un elenco numeroso en el Café de los Angelitos, Pereyra eligió montar un espectáculo de cámara para las presentaciones que realizará hasta el domingo en Buenos Aires, y que repetirá desde la semana próxima en gira por Alemania, Austria y Holanda.

Un primer acercamiento a la idea que lo moviliza lo plasma el director a través de una historia danzada de ribetes trágicos en la que él mismo personifica a un compadrito de los de antes, y su compañera, Nicole Nau, a "la Catalina", mujer de carácter fuerte y andar sinuoso, que pagará caro la entrega incondicional a ese hombre.

En el minuto aciago de un arrebato de furia, con el cuerpo inerme de la paica entre los brazos, volverá sobre el Malevo el recuerdo de los días felices que conocieron juntos, la comunión en el baile, el floreo y la conquista. Todo esto reflejado en coreografías de vistosa ejecución y marcado dramatismo.

Por cuerda separada, la obra instala al cantautor santiagueño Horacio Banegas como una suerte de voz de la Tierra, valuarte de la provincianía y de los colores y matices que esa otra Argentina oculta tiene para compartir.

LA TIERRA LATE

El punto de encuentro entre lo urbano y lo periférico, si se quiere, lo señala en esta obra "Los sonidos de mi tierra", un bello tema con letra de Pereyra y música de Banegas, que expone, justamente, el distanciamiento histórico que ha perdurado entre el folclore ciudadano y el de las provincias.

Nau y Pereyra se permiten respirar entonces un nuevo aire y se abren al juego que proponen el zapateo, los pañuelos en vuelo, el revoleo de faldas, aunque dejan en claro que la convivencia armoniosa entre la chacarera y el tango, entre la zamba y la milonga, a nivel masivo sigue siendo una cuenta pendiente.

La pareja protagónica revalida con este trabajo los elogios que recibió en producciones anteriores, también de carácter íntimo, como "Bailando en soledad". La ductilidad de carácter y la riqueza percusiva del zapateo hacen de Pereyra un artista único. Otro tanto puede decirse de Nau, que habiendo nacido y crecido en Alemania abrevó en la danza netamente argentina y la enaltece con cada interpretación.

Banegas, se sabe, es uno de los pilares de la identidad musical santiagueña y -en dupla con su hijo Jana- no puede esperarse de él más que buena música y un mensaje de respeto hacia los valores que supieron inculcarle sus antecesores.

N. M. S.