El presidente de Venezuela desea tres submarinos, diez helicópteros y decenas de tanques

Chávez llega a Rusia para una megacompra de armas pesadas

Antes de pisar Moscú, ofreció en Bielorrusia intercambiar materias primas por automóviles y repuestos. Insistió en que desea equipar "varios batallones" a todo trapo.

Moscú  - "Soy un amante de la libertad que viene de Irán y va hacia Moscú para asegurar la paz en el planeta", proclamó el lunes en el Festival de Venecia el presidente venezolano Hugo Chávez, quien llegó a Rusia para concretar la compra de tres submarinos, vehículos blindados, tanques T-72 y 10 helicópteros Mi.

El mandatario sudamericano ratificó su decisión de "equipar varios batallones", aunque declinó brindar cifras exactas. Ambos gobiernos mantienen una estrecha cooperación militar, plasmada en contratos por más de 4.000 millones de dólares entre 2005 y 2007.

El dignatario arribó a Moscú procedente de Bielorrusia, donde se entrevistó con su par Alexander Lukashenko, a quien dijo traerle "saludos del eje del mal". Cabe recordar que el ex Jefe de Estado norteamericano, George Bush, usó tal denominación en 2002 para referirse a Irak, Corea del Norte e Irán (segunda escala de la gira internacional que viene realizando Chávez).

"Deseo agradecerte el colosal apoyo que nos has dado. Esto es, ayuda financiera -Caracas le otorgó un millonario préstamo- y permitir que nuestra compañía mixta Petrolera Belo Venezolana opere con éxito tres yacimientos en la Faja del Orinoco", destacó el anfitrión.

En lo que representa su cuarta visita a Lukashenko desde 2006, el verborrágico presidente propuso suministrarle por vía marítima materias prima como aluminio, hierro y productos petroquímicos, a cambio de recibir diversos vehículos y piezas de repuesto. El mandatario recorrió la planta donde la empresa MAZ fabrica micros, camionetas, camiones y tractores.

ECOS DE VENECIA

"Mi visita a Venecia sirvió para alimentar el espíritu de comunicación entre el pueblo italiano y el venezolano", resumió Chávez, quien llamó telefónicamente al premier Silvio Berlusconi para agradecerle "la seguridad y hospitalidad recibida". También reiteró su ambición de ir nuevamente al Vaticano y reveló que su madre "me hubiera querido sacerdote".

Muy distinto fue el balance de sectores del oficialismo e incluso de la oposición democristiana, que criticaron las ovaciones tributadas al ex militar. "Fue penoso; probablemente lo aplaudieron los mismos que aquí protestan por la falta de libertad de prensa, pero no se preocupan por las radios y cadenas televisivas que clausura allá", reprochó el líder de la Unión Democrática de Centro, Pier Ferdinando Casini. (ANSA, EFE, AP y Télam)