La Presidenta quedó satisfecha por retomar vínculo con Cuba

A último momento Cristina se reunió con Fidel Castro

Cristina Fernández obtuvo en Cuba lo que fue a buscar: reunirse con Fidel Castro, dialogar con Raúl Castro sobre el caso de Hilda Molina y relanzar la relación bilateral entre Buenos Aires y La Habana.

La propia Fernández de Kirchner se sorprendió cuando, en la última actividad de su agenda en La Habana, en la Escuela Latinoamericana de Medicina, se hizo presente Raúl Castro quien, al término de esa actividad, la hizo subir a su auto para llevarla al encuentro con su hermano Fidel. La presidenta concurrió sola.

El hecho fue celebrado por la comitiva oficial ya que el último presidente que pudo acceder a Fidel Castro fue en noviembre último, el mandatario de Rusia, Dmitri Medvedev. Castro no estuvo siquiera en los festejos del cincuentenario de la Revolución, lo que disparó interminables rumores acerca de su estado de salud.

La Jefa de Estado no ocultó su "orgullo" porque Fidel coincidió en su positiva apreciación sobre Barack Obama. Lo que sí llama la atención es que muchos dirigentes políticos de la oposición hayan cometido, desde Buenos Aires, el error de criticar a Cristina Fernández por haber viajado a Cuba y no a Estados Unidos para la asunción del presidente de origen afroamericano.

La Casa Blanca nunca invita a mandatarios extranjeros para una ceremonia de esa índole. Por eso, se la puede cuestionar por su estadía en países antiestadounidenses cuando Washington festejaba la llegada de un nuevo presidente. Pero lo otro, es un grave desconocimiento.

Durante su estadía, Cristina Fernández también abordó con Raúl Castro el tema de Hilda Molina. Sin embargo, la estrategia argentino-cubana es mantener bajo siete llaves los resultados de las conversaciones para que la médica disidente se reencuentre con su hijo que reside en Buenos Aires, Roberto Quiñones.

Lo que sí se claro, según altas fuentes de la Casa Rosada, fue que "nunca se habló de la posibilidad de México ni de ningún tercer país". El caso Molina es manejado estrictamente por la presidenta y el canciller, Jorge Taiana.

Precisamente el ministro de Relaciones Exteriores obtuvo el visto bueno de Cristina Fernández para llevar adelante un encuentro diplomático, paradójicamente, nunca antes organizado por un gobierno argentino.

En marzo próximo la presidenta encabezará un seminario de tres días que reunirá, por primera vez, a todos los diplomáticos argentinos que representan al país en el mundo. ¿El objetivo? Una clara "bajada de línea" de Cristina Fernández a todos los representantes diplomáticos -embajadores, cónsules- de cara al complejo 2009.

El motivo del seminario será la promoción comercial porque, está claro, la Argentina necesita mas que nunca de la búsqueda de nuevos mercados ante la retracción de las exportaciones como consecuencias de la crisis internacionales. Pero, dicen, también servirá la megareunión para que Fernández de Kirchner deje en claro cuál es la política que quiere implementar de aquí al 2011, cuando culmine su mandato.

El encuentro de más de media hora que protagonizaron hoy la presidenta argentina Cristina Fernández y el ex mandatario cubano Fidel Castro es el segundo que se realiza desde la asunción de Néstor Kirchner en mayo de 2003.

Fidel Castro visitó a la Argentina durante varios días con motivo de la jura presidencial de Kirchner el 25 de mayo de 2003.

En dicha oportunidad, ambos jefes de Estados estuvieron reunidos durante más de una hora en la Casa Rosada, ocasión en que ambos revisaron la agenda de temas internacionales y Argentina se pronunció contra el bloqueo norteamericano a la isla del Caribe.

Tras recibir una calurosa acogida oficial, Fidel Castro presidió una concentración de miles de simpatizantes en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la UBA, donde pronunció un discurso de varias horas en reivindicación de la revolución cubana.

La buena relación establecida en ese momento, dio pie a que se hablara de la posibilidad de una visita oficial de Néstor Kirchner a La Habana, sin embargo el vínculo se trabó, cuando el gobierno argentino se hizo eco del reclamo del médico cubano residente en el país Roberto Quiñones, para que su madre, la disidente Hilda Molina, pudiera dejar la isla para visitar a su familia en la Argentina.

La negativa de La Habana congeló la relación y la idea de un viaje de Kirchner. Ambos mandatarios ni siquiera se reunieron durante la segunda visita de Fidel Castro al país, con motivo de la reunión de presidentes del Mercosur en julio de 2004, en Córdoba.

Mediante una carta que entregó el canciller Jorge Taiana en mano a su par cubano, Felipe Pérez Roque, Kirchner pidió a Castro que hiciera posible el reencuentro y autorizara el viaje de la médica disidente para que conociera a sus nietos.

La insistencia terminó por disgustar al gobierno isleño que enfrió las relaciones y obligó, luego, a un cambio de embajador argentino en La Habana. Ahora, con la visita de Cristina Fernández parece haberse relanzado el vínculo sumado al gesto del ahora mandatario Raúl castro de permitir que la madre de Hilda Molina, Hilda Torrejón, viajará a Buenos Aires hace mas de seis meses atrás, y aún permanece en esta capital.