LA ESTRELLA NORTEAMERICANA DE LA OPERA MUNDIAL TENIA SETENTA Y OCHO AÑOS

Murió la genial Beverly Sills

La soprano que aplaudió el público de todo el mundo se extinguió en Nueva York. En Buenos Aires cantó "Lucia" junto a Alfredo Kraus en el Colón en 1972.

Beverly Sills, una soprano que marcó uno de los mejores capítulos de la ópera de los Estados Unidos, murió el lunes a los setenta y ocho años en Nueva York después de una larga lucha contra el cáncer que comenzó en 1974 cuando fue operada y el problema pareció haber remitido. Sills, nacida en Brooklyn (Nueva York) había dejado de cantar en 1980. Sin embargo, su figura y su música se mantuvieron en el medio artístico de los Estados Unidos a través de presentaciones en la televisión donde actuaba con su amiga, la comediante, Carol Burnett. Ambas montaron un programa transmitido desde el Metropolitan de Nueva York en el que protagonizaban duetos de temas tradicionales a los que agregaban líneas de su propia invención. VOZ INTERNACIONAL Cantó en teatros de la ópera de todo el mundo, incluyendo Italia, Alemania y Gran Bretaña y los públicos latinoamericanos también la conocieron. En 1965 interpretó a Doña Anna del "Don Giovanni" de Mozart en el Palacio de Bellas Artes de México, a donde regresó en 1969 para cantar el papel principal de de "Lucia de Lammermoor", de Donizetti. En 1972 interpretó "Lucia" en el teatro Colón, con Alfredo Kraus en el protagónico masculino, en una función que resultó considerada de antología. Entre sus grabaciones figuran "Manon", que ganó el premio al mejor álbum de ópera, y en 1978 su álbum "Music of Victor Herbert" ganó el Grammy, el mayor galardón de la música de los Estados Unidos. Nacida con el nombre de Belle Miriam Silverman, la cantante grabó dieciocho óperas, varios álbumes como solista y apareció en numerosos especiales de televisión. A partir de 1990 se reeditaron las grabaciones de sus mejores días, los que la convirtieron en una de las grandes figuras de la ópera del siglo XX. Tras debutar en Filadelfia en 1947 en "Carmen" de Georges Bizet, Sills comenzó a ascender en el "bel canto" de los Estados Unidos hasta convertirse en la gran figura de la New York City Opera. NOBLES PAPELES En 1955 interpretó el papel principal de la ópera "El murciélago" de Johann Strauss. Posteriormente, fue aclamada por sus interpretaciones en "Manon" de Massenet, "Giulio Cesare" de Handel, así como por diferentes papeles en obras de Donizetti. En 1980 recibió la Medalla de la Libertad concedida por el entonces presidente Jimmy Carter para asumir después el cargo de directora general de la New York City Opera, cargo que ejerció hasta 1989, y durante su gestión logró mantener la institución a flote durante un difícil período. Más tarde, en 1994, fue nombrada en la dirección del neoyorquino Lincoln Center y en 2002 asumió la dirección de la Metropolitan Opera, cargo que ocupó hasta el año 2005, cuando anunció su retiro por motivos familiares y luego enviudaría de su marido, Peter Greenough. En los últimos años había dedicado gran parte de sus actividades a ayudar a niños discapacitados, que según sus biógrafos, reunió 70 millones de dólares en presentaciones organizadas por un grupo dedicado a la asistencia de estas personas. Las razones de esa dedicación estuvieron en sus hijos, Muffy y Peter, quienes tuvieron distintos problemas de discapacidad y que la han sobrevivido. A. D. V.