Tardó en llegar, pero al final Messi tuvo recompensa

"Tarda en llegar. Y al final. Y al final, hay recompensa", cantaba Gustavo Cerati y se aplica a la perfección a Lionel Andrés Messi. Pasaron 151 partidos con la Selección de Argentina -récord de presencias- , cuatro finales perdidas y al final llegó el momento de levantar por primera vez un trofeo con el combinado albiceleste mayor porque sí había en el haber una medalla dorada en los Juegos Olímpicos 2008 en Beijing. 

Debía ser de película para el capitán argentino y lo fue porque su bautismo de campeón se dio nada más ni nada menos que ante Brasil y en el mítico Maracaná. Al diez no le tocó brillar en la definición ante la verdeamarela, pero eso no importa porque atrás quedaron las finales ante Brasil en 2007, Alemania en 2014, y Chile en 2015 y 2016.

El máximo goleador en la historia del Seleccionado se llevó los trofeos de goleador y de mejor jugador de la Copa América 2021, pero eso para él es lo que menos importa porque en el torneo de Chile en 2015 rechazó la distinción individual tras caer por penales con el local.
Ante Brasil disputó su partido número 40 por la Copa América y allí se quebró la racha. En Barcelona su primera Champions League llegó a poco de debutar en el primer equipo pero con la Selección todo fue distinto.

 El 17 de agosto del 2005 ante Hungría, La Pulga se puso por primera vez la Albiceleste y tuvo un debut de pesadilla porque a los 43 segundos, el árbitro Markus Merk lo expulsó luego de sacarse con las manos a un defensor. Los testigos de su debut aseguran que Messi lloró durante 30 minutos y se le vio enojado con lágrimas.

Luego tocó el Mundial 2006 en Alemania con su imagen con la cabeza baja tras la eliminación en cuartos de final por penales ante el local y sin poder ingresar un solo minuto. Un año después, Lio disputó una gran Copa América en Perú, pero Brasil se impuso con comodidas en la definición.
 Cuatro años después llegó una nueva ilusión cuando se juntaron los dos más grandes futbolistas argentinos con Maradona como entrenador. Otra vez Alemania fue un duro escollo y la goleada acrecentó el dolor del 10 argentino.

La Pulga no se dio por vencido pero en 2011 llegó uno de los golpes más duros con la Copa América en Argentina donde incluso se fue silbado en la eliminación ante Uruguay. En 2014 se dio una histórica oportunidad de revancha en la final del Mundial en el Maracaná pero Mario Gotze arruinó el festejo e hizo que fueran los alemanes los que celebraran una vez más.

Ya en ese momento Messi se planteaba que es lo que sucedía, por qué en Barcelona había podido celebrar de inmediato y con su Selección, el título le seguía siendo esquivo.

A la Copa América de 2015 en Chile fue con una nueva ilusión y se llegó una vez más a la final, pero el que levantó la Copa tras los penales fue el local. Messi se fue masticando bronca y un año después creyó que era la suya. La Copa Centenario en Estados Unidos fue el escenario donde La Pulga sufrió una de las mayores decepciones de su carrera. Le tocó fallar la primera ejecución desde los 12 pasos en la definición por penales de una nueva final ante Chile y ver una vez más como los trasandinos daban la vuelta olímpica.

Al salir del vestuario con toda la frustración encima, Messi decidió anunciar públicamente su salida del combinado nacional: "Ya está. Se terminó para mí la Selección. Son cuatro finales, no es para mí. Lamentablemente lo busqué, era lo que más deseaba. No se me dio. Creo que ya está".

Fue una renuncia que no se concretó porque el 10 volvió a intentarlo y tras darle la clasificación al Mundial al equipo de Sampaoli, llegó una nueva decepción en Rusia con la derrota ante la campeona Francia. Con el desembarco de Lionel Scaloni se dio la renovación en el Seleccionado y la Copa América de Brasil en 2019 se vivió sin demasiada expectativa pero la derrota en la semifinal ante la verdeamarela volvió a ensanchar la herida para el capitán.

La Copa América 2020 no pudo disputarse por la pandemia del Covid-19 y luego de que se descartara Colombia, el torneo debía disputarse en la Argentina. El destino marcó que luego de que el Gobierno argentino rechazar por motivos sanitarios ser sede, la Copa recayera otra vez en Brasil. El local era el gran candidato pero esta vez la historia tenía preparado un nuevo giro inesperado y el Maracaná debía ser el escenario donde Lionel Andrés Messi rompiera la maldición y levantara su primer trofeo con la Selección.