El análisis del día­

El fuego en Chile podría incendiar a la Argentina­

 

­En las elecciones chilenas realizadas para modificar su Constitución, votó el 40% de la población, una abierta y franca minoría. Triunfó la izquierda y grupos nóveles, surgidos al calor de la batalla callejera. En manos de la izquierda y de una minoría ha quedado, entonces, la redacción de una nueva Constitución. Esto es un problema pues las democracias modernas son de masas y acá ha prevalecido una minoría.

 

Elisa Loncón ha asumido el domingo 4 de julio de 2021 la Presidencia de la Convención Constitucional chilena. Se trata de una profesional universitaria doctorada en lingüística, con estudios realizados en el extranjero, que se autopercibe mapuche, aunque todo evidencia su condición de mestiza, por lo tanto una genuina mujer originaria de América, como son los zambos y los mulatos.­

Integrada a la cultura de los conquistadores ha declarado al periódico El País de España que ella se encuentra capacitada para ejercer esas funciones porque los mapuches tienen mucha práctica en acuerdos horizontales, en vista que a lo largo de la historia se realizaron 50 parlamentos o acuerdos con los chilenos. Esa forma de expresarse, mapuches por un lado y chilenos por el otro, es peligrosa en un país donde el problema con la Araucanía se agrava por la violencia que ejercen minorías exaltadas. Los autodenominados mapuches son mestizos criollos integrados a la sociedad por medio del trabajo, la escuela, las rutas, el comercio, la electricidad, el turismo, los hospitales, los carabineros y las Fuerzas Armadas. Que la pobreza sea una realidad de ese territorio no significa que haya ensañamiento con los araucanos, pues la pobreza en América Hispana se halla en todos lados. Elisa Loncón es una muestra incontrastable de la integración mestiza. Son todos chilenos. Que haya países o pueblos más discriminadores que otros no habilita la invención de una Nación y menos de un Estado.­

En la misma entrevista afirma ser partidaria de que el Estado comparta el poder de decisión con todos los pueblos originarios¨ Esta manifestación es de una gravedad inusitada, además de un disparate, y podría afectar a nuestro país, en momentos en que la Argentina está gobernada por partidarios del indigenismo. Un Estado no comparte el poder con nadie. Es la organización política que se da un pueblo o Nación para gobernarse. Las elecciones y el Parlamento deciden la dirección de ese Estado.

Sin lugar a dudas es una mujer que mediante el esfuerzo, el talento y el estudio, ha escalado socialmente. ¿Es solo mérito de ella? ¿O Chile tiene algo que ver en su ascenso social?­

Finalmente asegura que "la bandera mapuche representa la resistencia y un nuevo modo de relación con la sociedad''. ¿Resistencia a quién? ¿Al Estado chileno? ¿O a la injusticia social? Si es al Estado chileno, sus habitantes tendrán problemas, y si es a la injusticia social, no se hace necesaria la bandera mapuche, con la bandera chilena, que es la de todos, y las ideas claras podrá o no alcanzarse la justicia social, pero eso dependerá de la potencia política que construyan.

La izquierda fracasada con la caída del Muro busca afanosamente contar con minorías para volver al ruedo, Elisa Loncón no oculta su condición de izquierda y su valoración del gobierno de Salvador Allende. Sería interesante que los constituyentes chilenos surgidos de las calles hirvientes de Santiago y Valparaíso y que señalaron a la desigualdad social como la razón de todos los males se enteren que en la Argentina, la justicia social se logró con un Presidente democrático, salido de las Fuerzas Armadas, que corrió la bandera roja que envolvía a los gremios y colocó allí la bandera argentina y a San Martín en el centro del proscenio. Con eso alcanza y sobra.­