El estudio de los carruajes que usaron nuestros próceres no ha sido motivo de demasiadas indagaciones, por otra parte quedan a veces pocas informaciones. En el caso del general Bartolomé Mitre hemos encontrado algunos datos e información que no han sido objeto de comentarios en la bibliografía del prócer.
Seguramente que utilizó algunos de los carruajes de la época, para llegar al puerto la familia cuando se trasladó a Carmen de Patagones de donde Bartolomé volvió con seis años en 1828, o cuando viajó al campo de don Gervasio Rosas, en Montevideo y en otros momentos de su vida.
Los dos primeros de los que tenemos noticias son una coupé y la llamada
El carrocero como que el año anterior había dos medallas de honor en la Exposición Universal de París, lo que nos permite afirmar que eran un afamado carrocero el que se había contratado.
Entre sus ubicaciones la empresa bajo el rubro Lelorieux e hijos, se instaló en la Av. Montaige entre 1861 y 1864; los talleres se trasladaron con el nombre Lelorieux Hermanos a la Av.de la Grande Armée, y estableció una sucursal en 1871 en Lille. Y como Leloreieux & Cia, se instaló en la Av. Wagram, donde trabajaba en 1914.
Cuando se encontraba fabricando nuestro carruaje un diario de París al dar a conocer los adelantos que se daban en las nuevas naciones, afirmaba "si se necesita una prueba de ello, bastaría transportarse a los campos Elíseos y allí, en los talleres de M. Lelorieux, se verá un magnífico coche de gala que acaba de ser encargado a ese hábil fabricante por el gobernador de Buenos Aires''.
CALLES ANGOSTAS
Por lo angostas de las calles céntricas se debió modificar el radio de giro en 1858, tarea que estuvo a cargo de Eduardo Zimmermann.
Durante la presidencia Mitre usó un coche alquilado, y tenía un vehículo según podemos comprobar alguna correspondencia de su archivo. El 24 de junio de 1865 desde el Cuartel General en Concordia, camino a ponerse al frente de las tropas del ejército de la Triple Alianza le escribió al general Juan Andrés Gelly y Obes: "Ha llegado mi coche con un vidrio roto; y como son especiales no hay como reemplazarlos''.
Hombre meticuloso agregó: "En la despensa de mi casa hay un cajoncito (si es que no lo he mandado al parque, como casi lo creo), que contiene los vidrios de repuesto del coche. Sírvase mandarme uno de los vidrios planos que es de los rotos, supongo que el baúl del coche venía en el mismo buque, lo que debe saber Señorans, que lo embarcó. Digo esto, porque gasta ahora no ha aparecido en lo descargado, y me hace falta, pues ahí traigo mi ropa''. En la próxima carta le avisó que el baúl "venía con el coche, no se ocupe pues de esto''.
Los vidrios no aparecían por lo que el 2 de julio le decía a Gelly y Obes: "Los vidrios deben estar necesariamente en casa o en el parque, pero como no aparecen, le mando la muestra del grosor del vidrio, advirtiéndole que si tamaño es de cincuenta por cincuenta centímetros''.
El 5 de julio en una de sus casi diarias correspondencias le encargó: "Sírvase decirle a Vázquez que me remita la silla nueva de mi uso en que montaba a caballo en Buenos Aires, pues necesito tener dos monturas en campaña. Que me la mande haciéndole arreglar un yabrá, completándola de freno y riendas fuertes, así como de cinchas nuevas, y adjuntando una bajera gruesa, todo lo cual puede tomar de mi cuenta en lo de Astoul''.
Se trata de la talabartería de
EN CORRIENTES
El carruaje particular lo utilizó Mitre durante toda la guerra, y cuando regresó a Buenos Aires para hacerse cargo del Poder Ejecutivo, ante la acefalía por la muerte del vicepresidente en ejercicio Marcos Paz durante la epidemia de cólera,
De la generosidad de Mitre es que le regaló a don Domingo de Oro un coche, el 25 de setiembre de 1862 poco antes de asumir la presidencia, este le escribió desde San Juan: "Más siento que se haya extendido Ud. hasta un coche, porque amigo, yo se muy bien que Ud. es pobre y el valor de un coche no es poca cosa para pobre. En fin. Prescindiendo ya de esto, no necesito expresarle cuánto excita mi gratitud tal demostración''.