"El niño herido que fui ya sanó''

El periodista Mario Massaccesi lleva su exitoso libro 'Soltar para ser feliz' al teatro.

A veces el camino correcto no es el más fácil. Salir de la zona de confort y animarse a hacer eso que se anhela, pero que implica dejar atrás cosas o personas que parecían esenciales, es algo que no muchos se animan a hacer. Y el caso de Mario Massaccesi es el fiel testimonio de que el pasado no tiene porqué determinar el presente.

Justamente por eso, y en su faceta de coach ontológico -experto en brindar herramientas para el logro de objetivos-, el periodista se animó a escribir, junto a Patricia Daleiro, 'Soltar para ser feliz' , un libro que se convirtió en best seller -ya va por su quinta edición- y que, adaptado para teatro, se estuve presentando en el teatro Chacarerean (retoma las funciones en mayo, los jueves a las 20).

Con una historia de vida marcada por los maltratos en su infancia y juventud, Mario prefiere no dar demasiado detalles de esa etapa para "no exponer al niño sufrido que fui'', aunque de ahí nacieron sus ganas de sanar y de compartir con el público las herramientas que lo llevaron a encaminar su vida y alcanzar la plenitud. El conductor -cara visible de los noticieros de El Trece desde hace muchos años- habló con La Prensa de estos nuevos desafíos.

-¿Qué se siente el haber llevado 'Soltar para ser feliz' al teatro?

-Ya hicimos dos funciones y venimos de la gira que fue una buena previa. Estar ahora en el Chacarerean nos llena de emoción, sobre todo porque en estas últimas funciones nos dimos cuenta que el espectáculo sirve, que a la gente le sirve, que se van llenos de cosas y de preguntas y de emoción, entonces estamos muy contentos pese a todo, a la pandemia, a las restricciones.

GENESIS

-¿Cómo surgió la idea del libro?

-Surge porque con Patricia hicimos unos conversatorios en la cárcel de Los Hornos, para mujeres, y cuando salimos de ahí nos dimos cuenta que afuera hay mucha gente que vive en libertad pero la tiene de adorno porque están presos de miedos, de pensamientos, de relaciones, de decisiones que no han tomado. Fue así que empezamos a ofrecer talleres a los que llamamos 'Soltar para ser feliz'. Realmente son talleres muy liberadores, que permiten correrte de ese lugar en el que estás estancado; y fue la gente de Editorial El Ateneo, su directora Mercedes Luza, quien me dijo que eso era lo que le hacía falta al país, gente más feliz. Entonces me propuso escribir un libro, y no tardé nada en decirle que sí. Un libro que en cinco meses va por la quinta edición y eso está buenísimo porque evidentemente la gente tiene ganas de soltar y necesita hacerlo. A partir de ahí, como no podíamos presentarlo en ningún lugar por la pandemia, nos propusieron hacerlo en versión teatral y la hicimos.

-¿Cómo es la relación entre el Mario periodista y el coach?

-Es linda porque ya no estoy las veinticuatro horas sobre el periodista sino que lo dejo descansar un poco para hacer este otro trabajo que me abre muchas posibilidades y que también le abre posibilidades a otra gente. Lo bueno de esto es que el periodista y el coach son complementarios, los dos hacemos preguntas, unos hacemos preguntas para la información y les hacemos preguntas a los otros para abrir posibilidades en la gente.

-¿Qué rol le queda más cómodo?

-El partido está en empate y no tengo ganas de desempatarlo, tengo ganas de que haya tiempo adicional como en el fútbol (risas). Porque le pongo la misma energía a todo lo que hago, porque todo lo que hago es por elección, aunque pierda, aunque me equivoque o aunque me vaya súper bien. Siempre en mi vida he hecho todas las cosas por elección, con lo cual hay una cuota de compromiso muy grande en todo lo que hago. El día que me de cuenta que una profesión va ganando sobre la otra voy a elegir y voy a dejar a la otra en paz.

LAS HERIDAS

-Esta nueva faceta implicó mostrar el público aspectos desconocidos de su vida privada. ¿Hay límites en ese sentido?

-Guardo para mi intimidad los momentos de dolor. Porque los momentos de dolor me ocurrieron cuando era niño y joven. En ese momento no sabía cómo defenderme o cómo cuidarme, y me parece que lo mejor que puedo hacer siendo grande es cuidar al niño que fui. Nos hacemos grandes para cuidar al niño o la niña que fuimos, y para poder restaurar. Yo elijo esta forma, aunque hay muchas maneras de hacerlo. Es una manera de no exponer a ese niño sufrido que fui y me parece que al no exponerlo lo estoy cuidando, como tenemos que hacer con todos los niños.

-¿Siente que el Mario de la infancia estaría orgulloso del hombre en que se convirtió?

-El Mario chiquitito, herido, maltratado ha restaurado todas sus heridas. Eso me permite compartir este momento de felicidad que estoy pasando en lo personal y en lo profesional. Ya se ha reparado todo y esa es la mayor satisfacción. Me animo a compartirlo y a hacerlo público tanto en un libro, en un taller o en un teatro porque es la evidencia de que se puede.

POR SU NOMBRE

-¿Cuál diría que es la herramienta clave para soltar?

-Tener la intención de hacerlo. Después vamos viendo el cómo, con quiénes, la manera, pero si tenés la intención de soltar algo que te pesa, que te asfixia, que te agobia, si la intención de soltar es clara están todas las posibilidades para poder hacerlo. Después hay que identificar muy bien qué es lo querés soltar, ponerle nombre a eso que querés soltar. o a quién en caso de que sea una persona. Porque a veces necesitás soltar un jefe, un hijo, una pareja. Una vez que le pusiste nombre hay una pregunta que yo siempre hago que es para qué, qué te permitiría soltarlo hacia adelante, porque al abrir la posibilidad de qué te permite eso ya sabés cuáles son los resultados que necesitás.

-¿Qué proyectos se vienen?

-Viene un próximo libro para fin de año y viene el 'Soltar para ser feliz' con una yapa, pero también para fin de año. Porque como se está vendiendo tan bien nos cuesta soltarlo, valga la redundancia (risas).