Desde el Gobierno Nacional evalúan comprarle a China para evitar otro veto británico

Tras la baja de los Mirage, el cielo sigue desprotegido

En 2015, miles de personas despidieron en Tandil a los míticos aviones tras 43 años de servicio y una destacada actuación en Malvinas. Hoy su reemplazo es una incógnita, pero se apuesta a Fadea y al mantenimiento de aeronaves.

 

 

Hace 5 años, en un magnífico día en Tandil, la Fuerza Aérea Argentina le decía adiós a los míticos Mirage, esos cazas que asombraban por sus maniobras y velocidad, y que habían sido claves en el conflicto del Atlántico Sur entre nuestro país y el Reino Unido. 

A la VI Brigada Aérea, el lugar de la despedida, habían llegado 200.000 personas que se paseaban entre los hangares comprando merchandising, asistiendo a charlas de veteranos de Malvinas o sacándose fotos con las distintas aeronaves exhibidas, desde el Pampa y el Pucará hasta los helicópteros Bel 212, Sea King o el enorme Hércules C-130, otro avión emblema.

Por entonces, el brigadier general Mario Callejo, quien era el jefe de la FAA, señalaba en el acto central: "hubiera sido mi deseo poder comunicar en esta misma ceremonia, qué sistema de armas con las mismas características será el que lo reemplace. Las circunstancias hacen que ello aún no pueda ser definido, debiendo aguardar a que las autoridades nacionales recientemente electas lo resuelvan".

De esas palabras pasó mucha agua bajo el puente. Exactamente tres administraciones: Cristina Kirchner, Mauricio Macri y un año de Alberto Fernández, pero ninguna pudo resolver la cuestión.

Es cierto, hubo sondeos, estudios de los distintos ofrecimientos y hasta un veto británico para que el gobierno argentino no adquiriera tecnología de punta, como pasó con el preacuerdo que había con Corea del Sur para comprar los FA-50, que tienen algunos componentes fabricados en Londres.

 

HISTORIA

Diseñados por la empresa francesa Dassault en la década del '50, los Mirage ganaron prestigio con su performance en la Guerra de los 6 Días que enfrentó a israelíes y árabes en 1967, pero también con su desempeño en el conflicto por las Islas Malvinas, donde no sólo atacaron posiciones británicas sino que también custodiaron la plataforma continental y sirvieron de escolta para otros aviones argentinos.

A partir de su llegada a Buenos Aires en 1972, se fueron comprando distintas versiones hasta llegar a los 92 aparatos. Durante el conflicto del Atlántico Sur, 11 de ellos fueron derribados, quedando solamente 4 en actividad hasta 2016, cuando se decidió la baja definitiva tras 43 años de servicio.

El comodoro retirado Oscar Aranda Durañona, veterano de Malvinas en A4-B y que voló con Mirage luego de 1982, le explica a La Prensa las particularidades de este avión insignia: ``La primera vez que volé con Mirage noté que tenía poscombustión, que significa que cuando uno pone el motor a pleno, da una inyección de combustible a la parte posterior del tubo de chorro y larga una llamarada de fuego impresionante. Cuando uno despega da una potencia interesante y hace que gane velocidad rápidamente. El Mirage fue planificado para vuelos en altura, por lo tanto para combates a nivel del piso no va. Como contrapartida, el que volábamos nosotros no tenía reabastecimiento en vuelo, y a veces aterrizábamos sólo con 5 minutos de combustible. Recién al final de Malvinas se lo empezó a utilizar de una forma más inteligente, sobre todo a los Dagger''. 

ACTUALIDAD

Reemplazar ese rendimiento no es tarea fácil. De hecho, tal como ocurrió durante la cobertura del G-20 en Buenos Aires, el cielo argentino no tuvo unidades supersónicas y hoy los únicos escuadrones de caza que quedan son los A-4 afincados en Villa Reynolds, en San Luis, y los IA-63 Pampa III en las bases de Tandil y Mendoza, que si bien tienen capacidad de ataque, no dejan de ser aviones de entrenamiento avanzado.

En la actualidad los mecánicos están haciendo un gran esfuerzo para mantener operativos los A-4, cuyos cálculos más optimistas hablan de una vida útil de 5 a 7 años más.

``Nunca tuvimos aeronaves de última generación, siempre tuvimos la anterior, esto hay que tenerlo muy en cuenta, porque después la Fuerza Aérea es criticada por volar aviones viejos, salvo el caso de los Mirage III que llegaron nuevos'', señaló Xavier Isaac, jefe de la Fuerza Aérea Argentina, en una entrevista con la revista especializada Pucará.

El escenario no ha cambiado en la última década y se barajaron varias alternativas. Hace algunos años la Fábrica Argentina de Aviones, Fadea, planeó construir junto a Brasil una versión del Gripen sueco con componentes nacionales, pero aun así quedaba un 20% de repuestos de fabricación estadounidense. O sea, con un hipotético embargo. También se mencionaron el modelo israelí Kfir y el F-16 de USA, pero fueron descartados por la conducción aeronáutica.

Se pensó entonces en medida paliativa: reacondicionar aeronaves que pudieran ponerse nuevamente en servicio. Un caso es el de los Pampa II, que se modernizarían a una versión digital, similar a la tecnología que tienen los Pampa III. Para ello el Gobierno promulgó la ley 27.565 que permitió la creación del Fondo para la Defensa, una medida que busca sacar del olvido el tema de la reposición e incorporación de material.

El Fondef fue presentado por el ministro Agustín Rossi cuando era diputado, pero logró recién en noviembre último el dictamen del Congreso con el apoyo de todas las bancadas. Tiene un presupuesto de 34.000 millones de pesos para 2021 (unos 400 millones de dólares) y será destinado exclusivamente a la recuperación y modernización de las Fuerzas Armadas. 

CHINA

"Ahora con el Fondef está volviendo el interés con China, pero la conducción de Defensa tiene una concepción muy clara de que tenemos que ser pragmáticos'' opina el jefe del Ejército Juan Martín Paleo, quien recuerda que la guerra en Malvinas dejó como enseñanza ``no depender'' de los insumos de un único vendedor, como pasó con los británicos. No obstante, destaca que ``China es un gran oferente por calidad, capacidad de financiamiento y porque tenemos visiones del mundo comunes y complementarias".

Para reafirmar esa posición, Rossi mantuvo días atrás un encuentro con el embajador chino Zou Xiaoli, con el fin de avanzar en los vínculos bilaterales entre ambos países. Abordó temas como la pandemia y la ciberdefensa, pero sobre todo la compra de las dos unidades que les interesan a los jefes militares: el JF-17 para la Fuerza Aérea y los vehículos blindados a rueda 8x8 para el Ejército. 

"En la Fuerza estamos explorando otros actores, pero si la opción es `no occidental', será no occidental. Lo importante es que, antes de firmar nada tenemos que tener bastante claro qué esperamos del proveedor, qué firmamos, porque la letra chica va a ser más importante que nunca", definió Isaac.

El problema, claro está, radica en dos cuestiones: la logística y la desconfianza que aún persiste sobre el gigante comunista. Y Aranda Durañona, que también es Doctor en Historia Militar, cree que esta negociación es más geopolítica que económica: ``¿Galtieri sabía que luego de combatir a la guerrilla marxista-leninista en la Argentina, ahora con la guerra de Malvinas se pasaba a depender de Rusia y China? Hoy estamos en esa situación, Inglaterra no nos tiene confianza y por eso nos bloquea, aunque nosotros tampoco los queremos''.

ALINEACION BENEFICIOSA

Por último, en un diálogo con este diario el consultor político y director del Observatorio Sino-Argentino, Patricio Giusto, cree que a pesar de las grandes diferencias culturales, la alineación del Gobierno con Oriente puede ser algo beneficioso para nuestro país. 

"La Argentina se ha acercado a China como hicieron casi todos los países de Latinoamérica en las últimas décadas, por tener una complementariedad económica natural. China es un socio indispensable e irremplazable para la Argentina. Las diferencias culturales y la distancia geográfica pesan y seguirán pesando, pero se ha impuesto lo económico por encima de todo. China se ha afianzado como nuestro primer socio comercial, lo que es una tendencia irreversible, al tiempo que la potencia asiática también se ha convertido en importante fuente de financiamiento e inversiones en grandes obras de infraestructura. No hay ningún otro país del mundo que pueda ofrecernos lo que nos ofrece China. Lo lamentable es que aún carecemos de visión estratégica sobre esta relación, claramente más aprovechada por la parte china que por nosotros", expresó.