UMBRALES DEL TIEMPO

La familia Benvenuto

A principios de 1991, Gustavo Yankelevich (entonces Gerente de Programación del incipiente Telefe) llamó al productor y autor Héctor Toto Maselli para que repitiera su creación de los años 70 (Los Campanelli) pero en una nueva versión adaptada a los 90. Así fue que el Toto (como todos le decían cariñosamente) propuso La Familia Benvenuto. 

Y a los pocos días, en un caluroso febrero de ese año reunió en un bar de pleno centro de la Capital a quienes serían los escritores del nuevo proyecto: el que suscribe, Luis Buero, sumándose también el veterano guionista Angel Pace y el joven dramaturgo Gustavo Rustein. En aquella larga reunión, con varios cafés de por medio, surgieron los personajes de la familia y la frase final que iba a tener cada emisión: “Al Final, Lo Primero Es La Familia”.  No es una expresión nada original, pero a los presentes no se les ocurrió ninguna mejor,  y pegó.

En la idea primitiva se trataba de una familia de clase media cuyo líder, padre y abuelo, carpintero de profesión, (Orlando Marconi), comandaba la misma. Pero Yankelevich propuso la inclusión del actor Guillermo Francella, que se sumó como el sobrino picarón, mujeriego y familiar, que con su humor se convirtió inmediatamente en el protagonista y estrella de la serie.

Pocas semanas después, entonces por el nuevamente privatizado Canal 11 se estrenó un domingo a las 13 horas este ciclo que reunía varias características propias: era en vivo (como los programas de los año 50), transcurría obviamente en tiempo real durante una hora y media dividida en siete bloques, todo se desarrollaba en decorados interiores, y promediando la emisión se reunían varios de los personajes en el patio de la casa a comer “la picada” donde comentaban situaciones y noticias que habían sido publicadas en el diario del día, siguiendo un breve guión escrito esa misma mañana por el propio Maselli, con toda intención de hacer un segmento de humor y opinión basado en la actualidad. Ah, y además La Familia Benvenuto debía ser una comedia, es decir, hacer reír, o al menos, sonreír al televidente, que observaba al final de cada programa cómo los protagonistas se reunían en una extensa mesa a almorzar los tallarines, que eran especialmente preparados detrás del decorado con ese fin durante cada emisión. 

Los guionistas debieron sortear todas estas peripecias pero contando con un elenco estelar encabezado por Guillermo Francella, secundado por Orlando Marconi, Catalina Speroni, Daniel Miglioranza, Horacio Erman, Karina Buzeki, Andrés Vicente, Silvana Di Lorenzo, Judith Gabbani, Chela Cardalda (Yolanda, la vecina solterona enamorada de Guillermo), y los muchachos del bar: Carlos Serafino, Gogó Andreu, Alfonso Pícaro, Cacho Bustamante, Guillermo Brizuela Mendez, y un desopilante mozo afeminado compuesto por Fabián Gianola. El tema musical de presentación, cortinas en cortes y despedida era La Familia, de Ignacio Copani. El director de cámaras fue Victor Stella. Se realizaba en el estudio mayor de Telefe de la calle Pavón 2444, salvo cuando se incendió el canal y debió trasladarse a los estudios Sonotex, de Martinez, por un tiempo. Pese a que los 90 se la llamó la época de la televisión “light”en los Benvenuto se trataba el tema de la falta de dinero en la familia.

Los protagonistas se mostraban nerviosos antes del primer capítulo porque nunca habían trabajado en televisión en vivo, donde no hay respaldo para ningún error, pero luego se fueron acostumbrando y hasta incorporando bocadillos no escritos en el texto original de los guiones, como la expresión “¡te quiero!” de Francella cada vez que se le presentaba una chica portentosa.

 Infinidad de otros actores y actrices, cantantes famosos, deportistas, etc., participaron del ciclo que duró hasta 1995, año en el que falleció el Toto Maselli, su creador. Durante ese período los mediodías domingueros le dieron a Telefe y a la televisión vernácula una medición de rating entre los 26 y 30 puntos, cifra que nunca más se volvió a repetir en ese día y horario. Y quedó convertido en el testimonio del último programa de familia numerosa verdaderamente exitoso, donde se mostraba siempre lo que debiera ser y no lo que es, en los vínculos y en las situaciones cotidianas. Por eso quienes lo vieron lo recuerdan con cariño y lo expresan en las redes sociales, con cierta melancolía provocada por algo que en la vida y en la pantalla, ya no vuelve más.