EL PULSO DE LOS MERCADOS

Las tasas de derivados nos muestran que Wall Street se prepara para una corrección

El panorama internacional se mantiene estable, gracias a una sucesión de buenas noticias. Si bien, Donald Trump continñua denunciando fraude, el mercado sigue entusiasmado por el balance de poder que salió de las urnas, sobre todo con un Joe Biden con las manos atadas por el Capitolio. Los avances con las vacunas contra el virus chino también son un aliciente para los inversores. 

El movimiento alcista lleva quince días. El Dow Jones cerró ayer en 29.263,48 unidades; el S&P 500 en 3.557,54 enteros; y el índice Nasdaq en 11.854,97. Pero hay una efervescencia de fondo que preocupa a algunos comentaristas. En primer lugar, el actual de la jefe de la Casa Blanca -un empresario ultraexitoso que llegó a presidente- no parece dispuesto a dar el brazo a torcer. Donald Trump quiere quedar en los libros de Historia como el presidente al que le robaron una elección. 

También se miran con atención los planes de Joe Biden respecto a la llamada segunda ola de la pandemia. El jueves se registró en Estados Unidos un nuevo récord de contagios diarios (hasta 200.000) y la cifra más alta de óbitos desde inicios de mayo, 2.239 personas. Qué hará el liderazgo demócrata ante esta situación. Siguen circulando rumores de que se piensa una estrictísima cuarentena (cuatro a seis semanas) hasta que comience una vacunación masiva. Según algunas fuentes, esto podría generar una corrección en el Dow Jones de hasta el 10%. Como sea, las tasas de derivados (cada vez más altas para protegerse de las caídas de precios) nos muestran que el mercado se prepara para una corrección.

Ayer, leíamos que el Centro de Estudios del JPMorgan es pesimista para el comienzo del año próximo. Esperan que la economía estadounidense se contraiga un 1 % en los tres primeros meses de 2021, en razón de las nuevas restricciones y confinamientos. Pero repuntaría un 4,5 % y un 6,5 % en los trimestres posteriores, según JPMorgan.

Con respecto a los commodities no hubo grandes cambios. El petróleo subió ayer a 42,15 dólares el barril. Sigo pensando de que hay una probabilidad alcista (48 dólares), a pesar de los miedos por la segunda ola del virus chino. El oro cotiza a 1.870 dólares y podría haber esa corrección que ya hemos mencionado hacia los u$s 1.800. Y de ahí hacia los 2.000.

Definitivamente, estos últimos meses mostraron el auge de las criptomonedas. Me veo obligado a sacar pecho. El lector de La Prensa sabe que aquí lo adelantamos. El bitcoin está en el orden de 18.300 dólares. Puede haber correcciones (16.000), pero el sesgo es alcista con objetivos en los u$s 21.000. ¿Qué está pasando? Entran nuevos inversores, que han cambiado el chip respecto a esta novísima modalidad de inversión. Buscan protección de los desmadres que causa la inflación generada por la emisión de billetes.

Me gustaría destacar que el bitcoin se encuentra en la infancia de sus posibilidades. Hay un límite en la cantidad, sí, pero el ingreso sigue siendo complicado para el inversor no avezado. A medida que se popularicen las billeteras electrónicas aumentará la demanda de ésta y las restantes criptos. Será un tendencia dominante de la década.

La Argentina tuvo otra semana negra, con la media sanción de ese ridículo impuesto a la riqueza que pergeñaron Máximo Kirchner y Carlos Heller. No hará otra cosa que espantar potenciales inversores y fomentar la emigración de los creadores de trabajo. Al fin de cuentas, nadie ha hecho tanto por la prosperidad de Uruguay, Paraguay, Brasil y Chile que los gobiernos peronistas de este siglo.