La Selección argentina encontró buenas noticias en La Paz

Llegaron para aportar soluciones

La aparición de Exequiel Palacios en el equipo representó un acierto de Scaloni y el aporte de fútbol y pausa en el medio campo. Tagliafico, en el lateral izquierdo terminó con la discusión de quién debe ser el 3 y el Toro Martínez estableció que es el 9 que buscaba y necesitaba el equipo.­

En el fútbol nuestro todo es grandilocuencia, todo es exageración. Se pasa de ser el peor a ser un dios; de ser habitante de un sótano a adueñarse de lo más alto y glamoroso del podio; se pasa sin escalas de asemejarse a un café bien amargo, de esos que sirven para recomponer ciertas situaciones, a la mejor y dulce torta de dulce de leche. Somos así, pasamos de la catástrofe al Olimpo. La Selección no resiste, no puede evitar escapar a esos lineamientos argentos. La doble fecha de Eliminatorias dejó dos caras: un equipo abusivo del "pase delibery" y otro tiempista, con orden colectivo, compacto y preciso en el dominio de la pelota.

Lionel Scaloni apuesta a la renovación lógica y necesaria y en ese aparece el ensayo y la búsqueda constante. Centró gran parte de sus expectativas en el tándem Paredes-De Paul, pero demasiado juntos no parecen cómodos. Y en La Paz se disimuló (no tanto contra Ecuador) por la presencia de Exequiel Palacios. El volante tucumano apareció en el equipo con la tendencia clara de no salir. Es más llegó para aportar soluciones.

Un juego de paralelismos no lleva a mencionar a Román en Boca, Verón en Estudiantes, Iniesta en Barcelona. Lo que ellos fueron para esos equipos, el ex volante de River se perfila para serlo en la Selección. Siempre fue el que más salió, tanto para defender como para atacar; el pase exacto, el dominio de los tiempos tan necesarios en el fútbol, fueron las cualidades marcadas por Palacios para darle la razón a la elección del entrenador. Hizo intenso al equipo y lo hizo descansar, siempre dependiendo de la necesidad del momento. Y con ello desmitificó aquello de correr con escaso recorrido en el Bayer Leverkusen. No se notó, no le importó y la Selección lo disfrutó.

Joaquín Correa y Lucas Ocampos, cada uno con su estilo, han ocupado un sector del campo para que el DT ya no se preocupe cómo llenarlo. Nicolás Tagliafico le puso cerrojo a la discusión sobre el lateral izquierdo.

El Toro Lautaro Martínez parece haber desplazado toda polémica en cuanto al punta que tiene que andar cerca de Lio Messi. Pifió un par de chances en la altura, metió una con carambola, pero al margen del gol, el delantero del Inter buscó siempre, haciendo de la movilidad un mandamiento.

Hubo buenas noticias en La Paz, pero por ahora se trata de un equipo que intenta perfilarse hacia la búsqueda de la excelencia, con la renovación como estandarte.