La noticia triste llegó por medio de un entusiasta defensor de la porteñidad, dando cuenta de uno de los ya muchos decesos en cuarentena, la otra pandemia que asola a la sociedad. "Nadie como Alberto Cortés ha resumido en sus versos la ausencia de un amigo: el hueco que deja al partir, no lo puede cubrir la llegada de otro amigo...'' La semana pasada dejó de existir Armando Luis Pozzi, quien fuera por años titular de la afamada perfumería de avenida Santa Fe, y que proveía pelucas a los artistas del Teatro Colón.
LA GRAN VIA DEL NORTE
Pozzi amaba y admiraba la `gran vía del Norte` que lo vio nacer en 1924. Fue por décadas presidente de la asociación de amigos de la avenida. Creó y orquestó los inolvidables desfiles de primavera, engalanando con flores y trayendo a la Guardia del Mar marplatense para realzar el acontecimiento. En el lujoso Plaza Hotel cerraba siempre la semana.
Fue un arquetipo de Buenos Aires. Vio emplazar a principios de la centuria pasada la Iglesia San Nicolás de Bari y los subterráneos de la ciudad. Y casi todo el siglo XX bajo su mirada transcurrió. Fiel y progresista empleador, amigo que hizo culto de la amistad, un verdadero hacedor, creativo, magnánimo, visionario y, sobre todo, generoso.
"Armando Luis, siempre te recordaremos. Tu memoria nos ilumina". La misiva fue enviada por Armando Taurozzi, otro promotor incansable de iniciativas en busca de mejorar la calidad de vida de los vecinos de Buenos Aires, titular de la Vecinos de Recoleta y frecuente integrante de la sección Correo de Lectores de La Prensa, con interesantes propuestas, vinculadas a la movilidad urbana, la organización del tránsito, la higiene urbana, la polución de todo orden (aérea, visual, acústica), el resguardo de los espacios verdes y la defensa del patrimonio cultural, entre otras.
DESFILES MARAVILLOSOS
Recuerdo haber sido testigo durante años de aquellos desfiles maravillosos, que sumaban además de la coreografía, carruajes musicales, a los que se sumaban muchas veces sin previo aviso, figuras del espectáculo, cantantes y artistas de toda índole, que brindaban un marco formidable para dar la bienvenida a una fecha significativa. Porque llegar a esta etapa del año, más allá de las circunstancias, es siempre un símbolo promisorio. Hemos superado el duro y a menudo dramático invierno, volvemos a cantar como las cigarras esperando la calidez de días mejores.
Ciertamente, estos acontecimientos festivos están ausentes del calendario desde hace tiempo. Ni la Asociación de Amigos de Avenida de Mayo, ni de la calle Florida, o la misma avenida Corrientes, han logrado desde hace tiempo reactivar aquellos encuentros ciudadanos, en busca de homenajear al mismo ámbito que compartimos cotidianamente y que nos brinda una identidad inconfundible que trascendido el tiempo.
LIDERES SOCIALES
El interrogante es ¿dónde han quedado esos líderes sociales que, como Pozzi y tantos otros, impuso aquellos rituales comunitarios de convivencia, más allá de los muchos obstáculos que le imponían los gobiernos de turno? Sería sencillo imaginar los grotescos giros de las nuevas comparsas de políticos, sindicalistas, empresarios o comerciantes mezquinos que acentuaron su prevalencia en estos días oscuros. Alimentar las controversias, en nada celebra la vida. Abramos la esperanza, esa rara flor en vías de extinción, para saludar un nuevo tiempo donde recuperar la alegría y las emociones del corazón que late en las calles de nuestra bella ciudad, mientras la nostalgia de aquellos desfiles coronaba la vida en cualquier esquina, con un café compartido bajo el sol.
