Artista pionera y buena gente­

 

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Conocí personalmente a Ramona Galarza a comienzos de 1995. Luis Landriscina preparaba la embajada artística que lo acompañaría a la celebración de las Fiestas Mayas que organiza cada año la Sociedad Argentina en Miami, presidida en ese entonces por don Pedro Cáccamo, otrora destacado dirigente del atletismo en nuestro país. El elenco convocado lo encabezaban el propio Landriscina, Ramona, el cantor salteño Raúl Palma, un juvenil Chango Spasiuk con sus músicos (Fabio Zini, Chacho Ruíz Guiñazú, Cuchu Pillado), Julio Marbiz y Rubén Horacio Bayón en las presentaciones. En Miami se uniría al grupo Daniel Bouchet, otro crédito argentino, notable intérprete de tango, radicado ya en aquellos lares. Mariela Salguero y un servidor en la danza de tango y folklore. En aquel tiempo Landriscina nos había cobijado bajo su ala como una suerte de padrino artístico y nos regaló aquella experiencia iniciática (fue mi primera presentación artística fuera del país) que quizás nunca le he agradecido lo suficiente.

Algo inexperto, abrumado por sentirme un novato entre tantos consagrados, recuerdo que encontré en Ramona y en su esposo Fernando López (quien supo ser un encumbrado directivo del sello Odeón) la calidez, la empatía y el acompañamiento que estaba necesitando. Tal vez no supe dimensionarlo en aquel momento, pero de sólo pensarlos ahora, con su picardía y su afabilidad, me embarga una ternura infinita.­

Volvimos a encontrarnos muchas veces, dentro y fuera de los escenarios. Ella siempre con la misma simpatía y simpleza (Fernando falleció en 2005), con la risa generosa, con la coquetería que era su sello. Modesta, como la habían señalado desde la cuna (su verdadero nombre era Ramona Modesta Onetto). Cercana, frágil, inquieta como el Paraná al que se asomaba el boliche de su padre en Corrientes cuando era niña. Muy lejos del pedestal y del bronce en el que, no tengo duda, merece que se la venere por pionera y buena gente.­

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La cantora correntina Ramona Galarza, acaso la máxima figura de la canción litoraleña, conocida popularmente como la novia del Paraná, falleció hoy en Buenos Aires, a los ochenta años de edad, dejando una huella imborrable en la cultura popular argentina a partir de su voz inconfundible y sus más de sesenta discos registrados. Así lo informó el presidente del Instituto de Cultura de Corrientes, Gabriel Romero, a los medios, quien precisó que la cantante murió en el Hospital Pirovano, adonde había sido llevada tras sufrir un paro cardiorrespiratorio.

Inolvidable intérprete de clásicos como `Merceditas', `La vestido celeste', `Galopera' y una versión en guaraní de `Kilómetro 11', Galarza participó en nueve películas (`Ya tiene comisario el pueblo', `Mire que es lindo mi país', `Argentinísima' y más). Precisamente, la primera aparición pública de esta artista nacida en la ciudad de Corrientes fue en la pantalla grande, cuando en 1958 participó del filme `Alto Paraná', de Catrano Catrani, protagonizado por Ubaldo Martínez, en donde actuaba y cantaba un chamamé.­

Instalada en Buenos Aires desde 1960, formó parte del resurgimiento del folklore del que participaron también otras figuras como Los Chalchaleros, Los Fronterizos y Los Quilla Huasi. "Era un momento en el que todo era folklore, y llegué yo con el chamamé y me fue muy bien, gracias a Dios. Sólo soy un granito de arena que llegó en el momento justo, pero antes que yo estuvieron Montiel, Sosa Cordero, Tarragó Ros, Cocomarola, Vera Lucero. Esa gente es la que hizo todo. Yo tuve suerte de llegar en el momento justo'', confió en una entrevista.­

Hermana del bailarín y coreógrafo Pedro Sombra, a lo largo de su trayectoria recibió muchos premios con los que siempre se reconoció su aporte a la difusión del género chamamecero, lo que la convirtió en una referente insoslayable. Su fama trascendió las fronteras al punto de ser reconocida no solo en América latina sino también en Estados Unidos, en donde realizó actuaciones en el mítico Carnegie Hall de Nueva York.

Su última presentación pública fue el 22 de enero de este año en la Fiesta Nacional del Chamamé, en su amada Corrientes y acompañada de la cantante María Ofelia.­